Beso Inuit

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Ha pasado una semana desde que Atsushi besó a (y agarró accidentalmente la teta de) Akutagawa. Una semana desde Akutagawa la hizo a un lado, desde que Atsushi intentó y falló en disculparse, desde que su lengua se negó a funcionar correctamente, desde que Akutagawa afirmó que nunca volvería a ser su tutora. Desde que Atsushi fracasó en su intento de atrapar a la chica por la que había estado colada desde poco después de comenzar el curso escolar.

—¿Está dormida? — pregunta Kunikida. Si Atsushi no la conociera mejor, no habría notado la preocupación bajo su tono áspero.

—No,— niega Yosano. Un dedo le pincha el costado. Atsushi se retuerce pero se niega a levantar la cabeza de donde descansa entre sus brazos—. Solo miserable.

Kunikida suspira.

—Déjala,— dice Dazai—. Tardará otra semana en reunir el valor para acercarse a su amada. Más o menos.

—¿Por qué tanto tiempo?— pregunta Kenji. Atsushi empieza a dudar que el chico más joven sea tan inocente como todos creen—. ¿No empeorará las cosas?

—Estoy de acuerdo,— interviene Kyouka. Atsushi aprieta los dientes—. Pero aún está demasiado asustada.

—¡Por favor, dejen de hablar de mí como si no estuviera aquí!— Atsushi se endereza, con las mejillas sonrojadas por la vergüenza y el enfado— ¡Aprecio sus buenas intenciones, pero no quiero oír hablar de eso!

Todos la miran fijamente. Todos menos Dazai parecen sorprendidos.

—De acuerdo,— dice Kunikida—. Empecemos con la reunión, entonces.

—Gracias,— suspira Atsushi.

Atsushi está encargada de hablar con los delegados de clase. Tiene que reunir la información relativa a sus decisiones para un stand para el próximo mes. El tema elegido por el consejo estudiantil es una Agencia de Detectives, a petición de Ranpo.

—Ahí estás,— dice una voz hostil, sobresaltando a Atsushi. Se gira justo a tiempo para ver a Nakahara Chuuya, otra alumna de último curso, dando un último paso hacia ella. El ceño fruncido de su rostro es aterrador a pesar de su baja estatura—. Te he estado buscando, bastarda—. Antes de que Atsushi pueda pronunciar palabra, Nakahara la empuja. Atsushi tropieza unos pasos hacia atrás—. ¿Cómo te atreves a meterle mano a mi chica Akutagawa?

Atsushi rompe a sudar frío. Sacude la cabeza, con las palabras de nuevo atascadas en la garganta.

—Así que lo niegas,— sisea Nakahara—. Tampoco la besaste, entonces, supongo.

Las piernas de Atsushi parecen de gelatina. Abre y cierra la boca.

Di algo. ¡Lo que sea!

—A-A-Accidente...

—¡No me vengas con esa mierda!— Nakahara ruge. Atsushi chilla—. ¡Si de verdad hubiera sido un accidente, al día siguiente te habrías disculpado como es debido! En lugar de eso, ¡la has estado evitando!

—¡No! — Atsushi niega. Aunque es verdad. Ha estado evitando a Akutagawa, llegando a propósito antes de lo habitual, marchándose más tarde y pidiendo a sus amigos que se aseguren de que no haya moros en la costa siempre que sea posible para no encontrarse con Akutagawa. Pero no porque ella quiera, ¡es por el bien de la otra chica!—. Yo...

—Eres una cobarde,— gruñe Nakahara—. Vas por ahí fingiendo ser toda dulzura y cariño, pero con la única persona que...

—¿Qué...?— Si Atsushi pudiera desaparecer, si el suelo bajo sus pies pudiera abrirse y tragársela entera en ese mismo instante, lo agradecería enormemente. Pero eso no ocurre, y en su lugar, se gira lentamente, encontrando unos ojos sin fondo enfocados en otra chica—. ¿Qué haces?

—¡No me mires así!— Nakahara gruñe— ¡Lo que te hizo esta gamberra no estuvo bien!

—Te pedí que me dejaras encargarme,— sisea Akutagawa—. ¿No es así?

—...Sí...

—¿Entonces por qué?

Es como si Atsushi no estuviera allí. Akutagawa no le dedica ni una sola mirada. Ni siquiera de reojo. Atsushi quiere llorar.

—¿Por qué pareces más enfadado conmigo que con ella?

—¡Porque fuiste a mis espaldas cuando te pedí específicamente que no lo hicieras! Y ella...— Ahí está, por fin. Una mirada. Atsushi vuelve a quedarse sin palabras—. ¡Ella es una tonta! ¡Una torpe! ¡No significó nada para ella!

Nakahara pasa junto a Atsushi. Sus hombros se rozan. Akutagawa vuelve a centrarse únicamente en la pelirroja.

—Oye...

—No, no me toques.

Nakahara levanta las manos. La mirada cautelosa de Akutagawa no desaparece.

—Vamos. Lo siento. Tienes razón, no debería haber ido e intentar jugar a la caballero...

—No, no deberías haberlo hecho—. Akutagawa está de acuerdo. Nakahara empieza a bajar las manos—. ¿Quién dijo que podías moverte?

Resoplando, Nakahara levanta más los brazos. Atsushi se queda mirando, sintiendo que se le forma un nudo en el estómago.

—Vámonos. Las clases están a punto de empezar.

—No necesito que me acompañes a mi salón.

—Lo sé. Pero tu hermana me lo pidió, sólo sigo órdenes.

Akutagawa entrecierra los ojos. Nakahara ladea la cabeza.

Se ven muy bien juntas, piensa Atsushi. El nudo se tensa.

—Bien,— dice Akutagawa. Entonces, para sorpresa de Atsushi, esos ojos como el cielo nocturno sin estrellas encuentran los suyos—. Tú. Nos vemos en la azotea cuando acaben las clases.

Atsushi asiente, sin arriesgarse a hacer el ridículo intentando hablar y fracasar estrepitosamente.

Akutagawa se marcha sin pronunciar otra palabra. Nakahara se asegura de lanzar una mirada desagradable a Atsushi antes de seguir a la chica más alta.

El cielo de la tarde trae a Atsushi algo de tranquilidad. Es imposible que ocurra algo desastroso bajo un cielo tan azul. E incluso si ocurre, incluso si Akutagawa se planta delante de ella y afirma odiarla, encontrarla repulsiva y horrible, entonces... entonces...

—Respira, Nakajima—. Atsushi gira la cabeza tan rápido que da un respingo. Akutagawa no parece impresionada ni divertida ante otra muestra de, como ella diría, absoluta falta de competencia—. Respira.

Atsushi lo hace. Respira hondo, aguanta diez segundos y suelta el aire. Tras un par de vueltas más, se siente preparada para escuchar lo que Akutagawa vaya a decirle.

En lugar de hablar, Akutagawa avanza, toma la cara de Atsushi entre sus manos y presiona su nariz contra la suya, frotándola un par de veces.

—Listo,— declara Akutagawa. Por alguna razón, evita los ojos de Atsushi—. Ahora estamos a mano.

Y se marcha. Dejando atrás a una Atsushi muy confundida. 

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⏰ Última actualización: Apr 24 ⏰

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