Capítulo 5. Conjeturas

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Desde que las clases de cálculo comenzaron a incluir más letras y símbolos extraños, Seishu ha podido sentir el incremento de su odio hacia ellas. Sin embargo, desde hace días, no ha cruzado por su cabeza la idea de saltarse alguna. La razón puede atribuirla a varios factores y, de hecho, en este preciso instante, se manifiesta el más reciente de la lista. No se trata de Akane, tampoco de Shinichiro. Por extraño que parezca, la persona que voltea cada tanto a mirar hacia su lugar es Kokonoi, su compañero de habitación.

Seguramente cree que lo hace de forma discreta, que Seishu ignora sus intenciones por completo. Es molesto porque, vamos, a nadie le gusta la sensación de ser vigilado todo el tiempo, cuanto menos por alguien con el que las primeras interacciones no fueron gratas en absoluto. Es gracioso porque lo ha atrapado al menos dos veces, y Kokonoi vuelve a mirar al frente enseguida, como un gato que finge desinterés en todo lo que le rodea.

—Para que pongan en práctica el tema de hoy, les proporcionaré integrales ya resueltas y ustedes comprobarán que el resultado sea correcto.

La instrucción del profesor hace que dirija la mirada hacia el pizarrón otra vez, en donde la primera integral para la tarea toma forma. Seishu exhala por la boca antes de comenzar a apuntar, ni siquiera tiene idea de cómo se las arreglará con ello. Ahí es cuando se arrepiente de no haber bajado el volumen de la música en sus audífonos durante la sesión entera.

Kokonoi levanta la mano, hace un par de preguntas referentes a la tarea y el profesor responde con gran entusiasmo. Puede que él sea el único de todos los demás que sí va a entregar una tarea completa.

El final de la clase marca también el final de la jornada escolar, y también una oportunidad para ir en busca de la única persona que le hace sentir un poco menos fuera de lugar cuando lo ve. Es verdad que le ha tomado poco tiempo establecer algún tipo de vínculo con los amigos de Mikey, pero, incluso ese logro, lo relaciona con Shinichiro.

Debe darse prisa si quiere alcanzarlo antes de que se vaya a la sala de profesores, así que es el primero en abandonar el aula cuando el profesor se ha retirado. En su semana de ingreso, dar con alguna de las aulas había sido una travesía con un sin número de inconvenientes; hoy, al menos, ya ha conseguido memorizar dónde se encuentran las áreas importantes. El club de artes marciales está incluido en ellas.

Se olvida de Kokonoi y su vigilancia constante en cuanto cruza la puerta; los pasillos están repletos de alumnos que van y vienen como hormigas antes de que caiga una tormenta. En el trayecto, entre un grupo de chicos con uniforme deportivo, alcanza a distinguir a Hanma Shuji. Por supuesto, no rehúye de su mirada; se la sostiene hasta que la distancia ya no se lo permite.

Tararea en el último tramo, alentado por la ausencia de otras personas y el sonido lejano de sillas y puertas al cerrarse. Tan solo unos metros lo separan de su destino, aunque no se refiera a la entrada del club: Shinichiro está apoyado contra la puerta mientras teclea rápidamente en el teléfono, con los hombros caídos y el ceño fruncido. Seishu piensa en acercarse despacio para sorprenderlo, lo cual no resulta, puesto que levanta la cabeza cuando él apenas va a intentar no hacer ruido al caminar.

La expresión de Shinichiro se transforma en automático una vez que lo ve, curva los labios hacia arriba para recibirlo con una sonrisa que provoca que a Seishu se le acelere un poco el corazón. Quiere echarle la culpa a la caminata, al calor en el ambiente y al hecho de que tenía prisa por llegar antes de que se marchara. Sin embargo, la única verdad golpea sus costillas en cada latido.

—Creía que no vendrías hoy, Seishu. ¿Qué tal las clases?

Shinichiro le gusta igual o más que antes.


≫ ♡ ≪


En cuanto nota que Inui toma el camino contrario hacia los dormitorios, Hajime concluye que tendrá la habitación para él solo durante un rato. No sabe a ciencia cierta a dónde se dirige su compañero, aunque puede hacerse una idea vaga al respecto. Por otro lado, tampoco le interesa. Está bien que haga lo que quiera, pues duda que después de su última confrontación, Inui esté considerando autosabotear su vida académica.

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