Strangers

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Por la ventana se proyectaba un ligero destello de sol,indicando que el día ya había comenzado, mientras todos probablemente estaban desayunando con sus seres queridos, en la vida de Lando todo era diferente, cada madrugada su habitación se dejaba consumir por un silencio abrumador, lo cual solo indicaba una cosa, Carlos de nuevo había llegado a confundirlo.

Mientras Lando se levantaba de su cama, con la visión un poco borrosa, podía observar su ropa tirada en el suelo y su cama un poco más desorganizada de lo normal.

Mierda.

Lo extraño pero no tan extraño para Lando era que...no había nadie, solo se escuchaba el ruido de su respiración, y esa sensación tenía un nombre.

Carlos Sainz Vázquez de Castro.

Carlos lo había acostumbrado poco a poco a esa sensación de soledad, normalmente cuando haces el amor aquella persona con la que compartiste aquel momento tan especial, te despierta con un cálido beso en la mejilla, mientras te dice lo mucho que te ama, pero Carlos no era una persona con esas costumbres, aquel hombre podría hacerte tener la mejor noche de tu vida, pero al despertar hacerte la vida trizas, ese era su maldito poder.

-Mierda Carlos, donde te has metido?? - decía el mensaje que escribía Lando en su teléfono para el madrileño.

Algo que Lando no le decía a Carlos era que el estaría dispuesto a dejar todo para estar con el, que no le importaban los demás cuando estaba con el, pero el sabía que si le decía sus sentimientos el solo lo desecharía como un simple papel usado y jamás lo volvería a ver ya que para Carlos sus encuentros solo eran por conveniencia.

Pasaron horas y horas en las que aquel mensaje nunca tuvo respuesta y Lando comenzaba a sentirse tonto por todos esos sentimientos que no lo dejaban en paz, no podía creer que se había enamorado de un cretino que solo lo utilizaba cuando tenía ganas.

Así que con el corazón en la mano se puso su ropa más cómoda y se dirigió a el bar más cercano que habia, y allí comenzó a beber mientras trataba de olvidar, y al cabo de un rato algunas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

-Oye bonito estás bien? - Decía un desconocido mientras se sentaba en la barra junto a un Lando ya un poco ebrio

-D-digamos que no - Decía Lando mientras tomaba un sorbo de cerveza

-Pues es tu día de suerte, porque tengo una cerveza que te ayudará a sentirte de puta madre - Decía aquel desconocido mientras le ofrecía un vaso con cerveza de dudosa procedencia

Lando estaba demasiado borracho, tanto como para olvidar que en una discoteca nunca se reciben bebidas de desconocidos, pero para Lando eso era lo que menos importaba en ese momento, el solo quería olvidar, olvidar y olvidar...

Así que sin cuestionarle nada a aquel hombre tomó el vaso con seguridad y lo bebió todo, hasta el fondo y en el preciso momento en el que el dejó el vaso en la barra aquel desconocido se esfumó entre la gente, perdiéndose así de la vista de Lando.

Lando comenzaba a sentirse mareado, el pensaba que era por los efectos de tanto alcohol, pero de lo que no se había percatado era que aquella última bebida tenia droga.

Entre tambaleos se levantó de la silla, ya con la vista borrosa, viendo solo puntos de colores en vez de luces, ya con la mirada perdida entre tanta gente, hasta que sintió como su cuerpo se chocaba contra una persona, al levantar la mirada vio una silueta que reconocía perfectamente, era Carlos, quien lo miraba de manera confundida y algo preocupado.

-Lando estás bien? - Decía el madrileño mientras le agarraba la cara con ambas manos

-P-pues de puta madre la verdad - Decía entre dientes

Carlando OneShots | Music Donde viven las historias. Descúbrelo ahora