Con el corazón roto y un poco tomado, Jimin se da cuenta que los labios de su profesor no sabían nada mal.
¡Importante!
-Este au fue principalmente publicado en twitter (X) bajo el mismo nombre: @ikoodrum
-Historia de mi autoría, no se aceptan copia...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
...
—Te ves hermoso.
Bien, Jimin definitivamente no podría acostumbrarse a esa clase de comentarios, mucho menos en la media hora que llevaban juntos en aquel bonito restaurante. Sus sonrojos y respuestas atropelladas eran la constante en aquella cita.
—Usted... digo, tú también te ves muy apuesto.
La sonrisa del profesor Jeon también era algo a lo que difícilmente se acostumbraría. En su mente se había grabado el semblante serio y casi intimidante del hombre durante sus clases, esto último siendo bastante atractivo para Jimin y una de las razones por las que terminó aceptando aquella salida.
Pero la sonrisa del profesor... ¿Cómo podría describirla? ¿Cálida? ¿Encantadora? ¿Tierna?
Bien, era perturbadamente todo lo anterior al igual que hermosa. Sus ojos que siempre lanzaban dagas en sus horarios de clase ahora eran brillantes y juguetones. Hasta su postura era relajada en comparación a la forma en que su cuerpo parecía estar tan recto como un poste de luz.
—No es necesario que digas comentarios que no quieres decir, soy consciente que lo último que deseabas era tener que salir conmigo, Jimin. Y lo siento pero no lo siento.
—¿Qué?
El cuerpo de Jeon se curvó un poco hacia adelante como si quisiera compartir algún secreto con Jimin. Su camisa se apretó alrededor de sus brazos apoyados en la mesa. Jimin casi debe morderse los labios para evitar soltar un suspiro.
—Eso, que aunque quisiera sentirme un poco culpable por traerte hasta aquí... no lo hago, no me arrepiento de ello.
¿Qué?
Aparentemente el rostro de Jimin reflejaba bastante bien el desconcierto y lo confundido que estaba porque Jungkook solo negó con una pequeña sonrisa en sus labios y se recostó nuevamente en su silla.
—Olvídalo.
Ya... pero olvidar ¿qué?
Jungkook soltó una corta risa.
—Eres bastante expresivo.
Jimin sintió que sus mejillas volvían a sonrojarse. Su rostro probablemente parecía estar bajo una fiebre de cuarenta grados y no sólo un enrojecimiento por vergüenza.
El menor aclaró su garganta.
—Yo...
Jungkook pasó uno de sus dedos sobre la copa llena de agua que habían dejado los meseros cuando recién llegaron al restaurante. Un movimiento sin ningún tipo de interés oculto pero Jimin se había perdido en él, uno de los largos dedos de su profesor tocando el borde de aquella copa era... más atractivo de lo que debería ser.
