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Se depertó con la respiración muy agitada y tardo cinco putos minutos en reconocer que estaba en casa de Aizawa.

Mierda, vale, cuando pudo visualizar todos los muebles a su alrededor y el instinto de alerta desapareció, pudo ser consciente del picor de sus antebrazos, los cuales parecían haber sufrido graves daños en sus pesadillas.

Maldijo internamente. Probablemente debía almenos vendarlos para que no rocen con las sábanas.

Miró el reloj. Las cuatro de la mañana. Vaya mierda.

Tomó unas cuantas respiraciones profundas para calmar su ansiedad antes de atreverse a levantarse de la cama sin vomitar.

Una vez sus latidos se realentizaron, se icorporó para ir al baño ,se enjuagó los antebrazos para que no se infectaran ( ya los curaría mañana ), los vendó y rezó para poder volver a dormir un par de horas.

El pánico que parecía haber desaparecido afloró de nuevo cuando notó la puerta del baño abrirse, e intentó con torpeza cubrirse las heridas en vano.

Tarde.

Present Mic se quedó mirándolo. Desvió la mirada sorprendido a sus antebrazos y a su cara simultáneamente con una expresión que no fue capaz de identificar.

-Lo siento -dijo suavemente y cerró la puerta.

Mierda.

Se lo va a decir a Aizawa, joder.

Suspiró pesadamente. Aceptando la realidad y siendo consciente de que ya no iba a poder dormir, fue a la cama a comerse la cabeza.

Como supuso, no pudo pegar ojo.

Amaneció demasiado rápido para su parecer y aunque aún era muy temprano como para ir a clase,  no tenía más que hacer acostado sin razón, por lo que se levantó en siliencio para hacer el desayuno.

Era un hábito que había adquirido desde que empezó a quedarse aquí a dormir, un forma silenciosa de expresar su gratitud por sus maestros sin necesidad de palabras.

Se le daba muy bien leer caras, había crecido con la necesidad de hacerlo.

Una simple arruga en el labio de su madre marcaba la diferencia entre si se iba a llevar una paliza por hablar o simplemente gritos.

Gracias a esto, se daba cuenta de cuales eran las comidas que les gustaban más de todas las que hacía. Esta mañana decidió ir a lo seguro, además estaba convencido de que había molestado bastante.

Cuando llegó a la cocina, para su horror, estaba Present Mic ya vestido haciendo café, para Aizawa, supuso.

Trató de guardarse la verguenza y decir un débil "buenos días" que fue respondido con una sonrisa amable.

-Perdona si te he despertado, hoy tengo unas reuniones antes de entrar a clase y me tocaba madrugar -explicó en voz baja.

-No pasa nada, ya estaba despierto -respondió él con la mirada cansada.

Present Mic arrugó los labios, como si estuviera dudando entre hablar o no.

-Oye, Katsuki, disculpa el incidente de anoche, debí haber tocado la puerta.

Se tensó vergonzosamente, pero luego dijo:

-Fue mi culpa, no cerré bien.

Su maestro suspiró antes de sonreír.

-Solo quiero que sepas que sé que tienes bastante más confianza con Shôta, pero puedes contar conmigo para lo que necesites o quieras -dijo revolviéndole el pelo cariñosamente.

Ese tipo de contacto solía causarle escalofríos, pero por alguna razón este no le molestó.

-¿Se lo vas a decir a Aizawa? -preguntó con una sonrisa triste.

Yamada le miró comprensivamente.

-Eso no me corresponde, pero ninguno de los dos nos vamos a decepcionar o vamos a juzgarte. Las recuperaciones no son lineales y tú lo estás haciendo muy bien. Por este trabajo he tenido que lidiar con muchas situaciones del estilo y sé de primera mano que tan malo puede ser. Lo estás haciendo genial.

Miró a su maestro sorprendido.

-Gracias -dijo avergonzado.

-Nos vemos en clase de inglés en un rato, pequeño oyente -se despidió mientras salía por la puerta.

Relajó los hombros y suspiró pesadamente. Se dispuso a hacer el desayuno en silencio.

Al poco, Aizawa apareció en la cocina.

-Buenos días chico, ¿Hizashi se ha ido ya?

-Hace poco. Ha hecho café. Yo estoy haciendo el desayuno.

El mayor se deslizó rápidamente para echarse una taza (demasiado grande para ser sano, pero no le dio importancia).

Se sentaron en la mesa y Katsuki le tendió un plato servido a su maestro.

-¿Tú no comes nada?

-Ya he desayunado -mentira.

-No tenías que madrugar tanto, podías habete quedado en la cama algo más, ¿Has dormido bien?-preguntó sospechosamente Aizawa.

-Me escuchaste, ¿verdad? -asumió Katsuki con fastidio.

-Parecían bastante malas.

-Nada nuevo -se quejó.

-Llevas sudadera -apuntó Aizawa.

Joder.

-No es tu problema -replicó a la defensiva, como siempre hacía para escapar de las situaciones que le incomodaban.

-De hecho, ser tu tutor legal significa que sí es "mi problema". Entiendo si no quieres hablarlo conmigo, pero por favor, háblalo con la psicóloga.

-Lo haré -murmuró con fastidio.

Aizawa dirigió su mirada al reloj de la cocina.

-Me temo que falta poco para que empiecen las clases. ¿Estás bien para ir?

-Sí -después de la charla con Present Mic, no estaba especialmente nervioso.

Aizawa escaneó su cara en busca de mentira, pero como no la vió, se encogió de hombros suspirando.

-Como quieras. Si la mañana se te hace cuesta arriba, ve a los dormitorios y yo hablaré con los profesores.

-Vale. Gracias -añadió en voz baja.

-No las des, chico.

El día no había empezado taaaaan mal.

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Me di cuenta de que Present Mic y Bakugô nunca había habían interactuado, así que hice esto jajsjsjsjaj

No os imagináis las ganas que tenía de empezar a subir esto espero de corazón que lo disfrutéis, o lloréis, los dos me sirven :)

Todas las opiniones constructivas son bienvenidas, siempre busco ideas en vuestros comentarios y me ayudan mucho, asíq ue sed libres de comentar.

Hasta la próxima.

Superando miedos/ Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora