Superando miedos/ Parte 2

-5-

Nada más abrir los ojos se dio cuenta de que iba a ser un día difícil.

Decidió que lo primero que tenía que hacer a ver si se despertaba  fue meterse en la ducha y rociarse con agua fría hasta espabilarse.

Se quitó la ropa sin mirarse al espejo (no quería tener un disgusto tan temprano) y se bañó. Se puso el uniforme y salió cuando notó los golpes en la puerta de Kirishima, el cual le saludó con un beso al cual todavía no se acostumbraba.

-¿Qué tal has dormido? -preguntó el pelirrojo mientras pasaba un brazo por su cintura.

-Bien -dijo sin mentir, la medicación era buena.

-Me alegro. ¿Cómo llevas el examen?

-Tch, si quieres buscar quien lo lleve tan mal como tú habla con pikachu.

-No es justo, vas a sacar un 100 -dijo lloroqueando. La respuesta totalmente madura de Katsuki fue sacarle la lengua.

Tenían que dejar de hacer el tonto o llegarían tarde a clase.

...
T

ras el examen, el cual duró una hora,  Aizawa ordenó sus carpetas y suspiró con desgana.

-Bien, mocosos, a mi no me gusta y a vosotros seguro que tampoco, pero como vuestro tutor me obligan a hacer "actividades cursis"de vez en cuando -advirtió Aizawa mientras repartía un folio que solo tenía una pregunta en la parte superior.

Katsuki tomó el folio y leyó la pregunta con desinterés.

¿Cómo te ves dentro de diez años?

La pregunta le dejó un poco tocado, porque realmente no sabía qué responder.

Lo único que siempre había querido en su vida desde que tenía memoria era ser el héroe número uno, pero ahora más cosas habían entrado en la ecuación.

¿Segurían sus amigos aguantándolo?

¿Aizawa y Present Mic le apoyarían aún?

¿No le habría dejado Kirishima?

O quizás estaría solo, como realmente se merecía.

La ansiedad empezó a burbujear un poco en su estómago. No sabía nada. No se veía a sí mismo rodeado de gente dentro de diez años, tenían que haberse cansado de él a esas alturas.

Tampoco había pensado mucho en el futuro porque daba por hecho que para esas alturas ya se habría quitado del medio.

Su respiración se estaba agintando y la clase de repente se estaba sintiendo muy pequeña.

Suficiente con esta actividad de mierda.

Se levantó más bruscamente de lo que pretendía llamando la atención de gran parte de la clase y dejó la hoja vacía en el escritorio de Aizawa, el cual le miró preocupado.

Salió del aula sin mirar a nadie  antes de tener un ataque de ansiedad delante de todos sus compañeros y se dirigió a los dormitorios.

Escuchó a lo lejos como Aizawa hablaba con alguien y un segundo después, escuchar los inconfundibles pasos de Kirishima tras él.

-¡Katsuki! ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? -le preguntó el pelirrojo cuando logró alcanzarlo en la puerta de la residencia.

Suspiró intentando encontrar las palabras que explicaran cómo se sentía.

-Solo me he puesto un poco nervioso -terminó admitiendo de mala gana mientras entraba en su dormitorio. Y se sentaba en la cama.

-¿Y qué lo ha provocado? -preguntó el pelirrojo tumbándose con la cabeza apoyada en sus piernas.

Katsuki pareció dudar un momento.

-No sabía responder a la pregunta -dijo en voz baja.

-Venga ya, no me creo que nunca hayas pensado cómo te verás en 10 años -bromeó Eijiro.

-En realidad no -admitió con vergüenza- en mi cabeza solo estaba ser el número uno, no entraba en los planes que nadie fuera a querer estar conmigo.

Eijiro lo miró fijamente.

-Me alegro entonces de que tus planes hayan cambiado -habló con una sonrisa sincera.

Katsuki sintió sus mejillas ardiendo, pero antes de darle la oportunidad al otro de reirse, desvió el tema.

-¿Y tú, cómo te ves tú en diez años? -preguntó distraídamente acariciando los mechones rojos del contrario.

El pelirrojo reflexionó un segundo, sonrojándose ligeramente.

-Me imagino contigo, eso seguro...viviendo en una casa juntos que seguramente tú decorarías porque soy pésimo y me regañarías, nuestra propia agencia, seguro que la mejor, un perro pequeñito, un bebe...

Un momento.

¿Un bebe?

¿De verdad Kirishima pensaba que era buena idea involucrar a un pobre niño con él?

Ya le parecia raro que quisiera pasar toda la vida junto a él, pero estaban hablando de un niño, una criatura sin culpa, no se merecía tener un padre como él, como su madre.

-No -dijo secamente sin pensarlo mucho.

Kirishima le miró sin entender incorporándose.

-Tú no quieres tener un niño conmigo -dijo fríamente.

Realmente adoraba la idea, de poder hacer las cosas bien, de no traumatizar a un niño, ser mejor que sus padres, pero la frase "el abusado se convierte en abusador" pitaba en sus oídos demasiado alto.

Y era verdad. Ya lo había comprobado con Deku. Aunque ya lo hubieran arreglado, el pasado no se podía cambiar, Dios, hasta le había dicho que se suicidara.

Eijiro agarró su mano temblorosa suavemente, notando que estaba en una crisis.

-Katsuki, si no quieres está perfecto, pero la razón por la que te niegas a la idea no está bien.

-No quiero joderle la vida, sabes que lo haría.

- No eres como tu madre.

No podía estar más en desacuerdo con eso.

-En realidad sí. No tengo paciencia, grito cuando algo no es como quiero, trato mal a la gente...

-Ya lo hablamos con tu psicóloga. Eso es un escudo que has creado por tantas malas experiencias, sin embargo, desde que estás trabajando en eso, has cambiado mucho en ese aspecto. Y mejorarás más.

Katsuki bajó la mirada en silencio para no delatar las lágrimas traicioneras que picaban en sus ojos. Kirishima alzó su cara para que lo mirara.

-Aún somos muy jóvenes, pero no quiero que te niegues a la felicidad solo porque piensas que no la mereces.

-No creo que sea tu mejor opción para formar una familia. Si así es como te ves en diez años, entendería que quieras buscar otra persona para hacer esos planes.

-No se me ocurre a nadie mejor que tú.

A Katsuki se le ocurrían muchos, pero no dijo nada.

-Sé que no me vas a creer, pero eres una buena persona. Tu temperamento es algo que estás manejando cada día mejor y te aseguro que tener una vida contigo sería la mejor decisión que he tomado.

Katsuki solo le abrazó con fuerza, si Eijirô se iba ahora no lo iba a aguantar. El pelirrojo como siempre lo complació tumbándose junto a él.

-Te quiero, idiota.

-Yo a ti más.