Esa misma mañana todo el pueblo se estaba reuniendo para ver al nuevo heredero y futuro líder de si pueblo, solo se escuchaban los murmullos de las personas preguntándose si sería niño o niña. El rey camino hasta los aposentos de su esposa suspiró al estar frente a la puerta donde descansaba su esposa e hija.
Tomo un respiro antes de entrar, entro al cuarto encontrando una de las imágenes más hermosa ante sus ojos. Su reina cantándole a su bebé, me acerco abrazando a su esposa.
Esta última se sobre soltó por el repentino acto, no se percato que su rey estaba en su habitación.
-Ya es hora.
La reina asintió mirando a su pequeña en sus brazos, miro por la ventana las personas aglomerarse para conocer a futuro heredero. Ella no quería que el pueblo rechazará a su hija, quería que todos vieran lo que ella veía en su linda bebé.
-Vamos reina mía.
Tomo su mano saliendo de los aposentos para llegar con las multitud que esperaba ver al nuevo miembro de la familia.
Llegaron con los ciudadanos del reino, la reina miro a todos con su bebé en brazos suspirando. Dirigió su mirada a su esposo y este asintió y hablo.
-Su atención por favor….
Todos callaron, el rey no era alguien aterrador sin de mal carácter. Era alguien muy educado y recto, le gustaba que todo estuviera en orden para tener paz y control de la situación.
-Estamos aquí para presentar al nuevo ser que acaba de nacer, para gobernar y protegerlos….
Miro a reina, está se acercó extendiéndole la bebé.
-Acá está su futura reina…
Todo el pueblo se quedó sorprendido por la bebé, algunos maravillados por la pequeña otro desconfiaron de que ella seria su reina.
-Su nombre es Shin Ryujin, futura reina de este reino….
El rey se la entrego a su esposa nuevamente como si la niña quemará, al reina la tomo sonriendo hacia su bebé. El rey estaba por hablar pero fue interrumpido por la reina.
-Se que tienen dudas pero les aseguro que pueden confiar en ella así como lo hicieron conmigo…..
Un gran silencio invadió todo el lugar, el reino respetada mucho la reina era una mujer hermosa y amable. La única que pudo conquistar el corazón del rey y la única que podía llevarle la contraria.
El pueblo la llama el rayo de sol, porque su sonrisa brillaba como el mismo sol en las mañanas.
-Sera un gran reina…. Yo sé qué así será.
Todo el pueblo gritó el nombre de la princesa, una gran sonrisa se asomó en los labios de la reina feliz de que el pueblo aceptará a su bebé. Miro al rey hizo reverencia y volvió a sus aposentos.
Y así pasaron los días en la misma rutina, el rey las visitaba una vez al día y se iba sin más.
-Lo mismo de siempre.
Miro al rey enojada por su acto tan frío y cortante con su hija. No era su culpa nacer niña y no cumplir con el deseó del rey.
-Yo….
-Tu nada.
La reina lo cortó sin dejar que terminara de hablar, fulminándolo con la mirada haciendo que el rey tragara en secó.
-Es tu hija por Dios, no puedes ser así con ella. No es su culpa.
-Lo sé.
-¿¡Y porqué lo haces!?
Acto seguido la bebé empezó a llorar captando la atención de sus padres, fue tonada en brazos por su madre mientras su padre solo la observaba sin decir o hacer algo.
-Sal de aquí.
Demandó la reina sin mirarlo, no quería alterar más a su hija. El rey solo salió de la habitación sin decir nada, dejando a su reina y princesa sola.
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Como su majestad diga
AventuraEs una historia que refleja que no se necesita estar atada a alguien para hacer lo que amas