ALEX
El día que tanto espere acaba de tocar a mi puerta, la carrera del desierto, Dios como amo ese lugar.
Ibamos en camino al lugar donde es esta hermosa carrera, mi papá iba adelante, detras iban Letty y Mia, luego iban Jesse, vince y León, y finalmente Austin y yo.
Lo voltee a ver y el también me vio, le sonreí y acelere, vi por el retrovisor como el negaba sonriendo y me seguía.
Los guardias de la entrada ya reconocían nuestros autos asique nos dejaron entrar sin mostrar nada, en cuanto llegamos mucha gente se abrió paso para nosotros dejando que estacionaramos bien los autos.
Cuando bajé de mi auto, mis ya conocidos amigos se acercaron a mi junto a otras personas.
—¿que hay, lex?—me saludó Jimmy, un amigo desde hace ya tiempo
—todo bien, ya sabes, ganando carreras—Respondi sonriendo
—así veo—dijo viendo mi auto me volteo a ver y se acercó a mi —que tal si tu y yo, apostamos
Lo mire sonriendo y asenti riendo—solo si apuestas el Dodge que esta en tu garaje
Apartó un mechón de mi rostro y sonrio—de acuerdo,pero si yo ganó, vas a tomar algo conmigo, ¿te gusta la idea?
—solo si logras ganarme—dije quitandome las gafas de sol
Algunos de sus amigos me observaban fijamente, otros amistosos y otros, como decirlo, coquetos.
Jimmy se río y alguien, detrás mio, me tomó por la cintura enrollando su brazo y atrallendome hacia el, besó mi mejilla y me abrazó colocando su cabeza en mi hombro, de inmediato supe quien era, Austin.
—¿estas bien, hermosa?—preguntó algo molestó, ¿y a este que le pasa?
—si, Jimmy y yo solo apostabamos, correre contra el, ¿verdad Jimmy? —le explique, voltee a ver a mi amigo el cual miraba a Austin enojado
—si, linda—dijo sonriendo —en fin, nos vemos,dime que te gustaría comer, porque te llevaré a comer cuando pierdas.
—ya largate—le dijo Austin, vi su rostro y lo confirme, estaba enojado, lo abrace y se calmó un poco
Jimmy y sus amigos se fueron, dejandome sola con Austin el cual me tomo de la mano y me colocó sobre el capó de mi auto.
—¿estas bien?—le pregunte, el asintió y sonrei—¿que fue eso?
—nada, solo quería estar contigo, además se nota que a ese imbécil le gustas—bufó molesto y tome su rostro
—¿estas celoso?—le pregunte sonriendo
—no
—si lo estas—le dije, el empezó a negar con la cabeza
—¿yo?, ¿Celoso?, ¡Ay porfavor!, no soy celoso—empezó a balbucear un montón de cosas diciendo que el jamás se pondría celoso, mentira