Caos de Luna Llena

Encuentros

Su mente se sentía a mil por hora, necesitaba salir de ahí, después de todo lo que hizo tenia el atrevimiento de acercarse a él ¿quería acabar el trabajo? Miro a los lados con el corazón en la garganta, se había escondido en un rincón muy alejado de todos, estaba en una posición vulnerable, si los otros merodeadores se aparecieran él no tendría oportunidad alguna, los otros merodeadores ¿dónde estaban?

Desvió su mirada de Lupin, quien parecía estar diciendo algo por el movimiento de su boca, pero el era incapaz de siquiera intentar entender que decía, ellos debes de estar cerca planeando algo, su mirada barrio todo su alrededor en busca de sus posibles atacantes, ellos tenían que estar cerca, esperando la oportunidad para acabar lo que quedo pendiente en luna llena.

- ¿Snape? – La voz de Lupin se escucho peligrosamente cerca, el rostro de Snape se voltea violentamente para encontrarse con los ojos del contrario a escasos centímetros suyos, estaba tan concentrado en buscar al resto de merodeadores que se había olvidado de vigilar al Gryffindor frente a él, había bajado la guardia y ahora se sentía acorralado.

Lupin intento acercarse a Snape al notar el estado de este, el Slytherin retrocede violentamente mientras intenta ponerse de pie, su cuerpo no esta respondiendo correctamente y la voz apenas logra salir de su garganta, necesita salir y alejarse de él, no quería morir, no quería estar en esa situación de nuevo, miro al chico frente a el y solo pudo recordar la mirada del lobo hambriento corriendo frente a él, esto era un desastre, el tenia el poder de gritar la verdad de Lupin a todos, el tiene el secreto en su poder y sabe que ninguno de los merodeadores podría silenciarlo ¿no? Ellos no podrían hacerle nada, no se arriesgarían de vuelta, alguien llegaría a salvarlo, no dejarían que el muriera en la soledad de la biblioteca, de ninguna forma lo harían.

-A-Aléjate! - El grito salió desesperado de su garganta cuando el gryffindor intento volver a tocarlo, no quería que lo tocara, le daba asco, miedo, ira, no estaba seguro cual era la emoción predominante de todo el cumulo de mierda que tenia en su cabeza en este momento. Su espalda choco contra la pared en un intento desesperado de aumentar la distancia entre ellos, estaba acorralado y sentía como su garganta se volvía a cerrar haciéndole cada vez más difícil el respirar, las lagrimas empezaban a brotan sin que el pudiera hacer nada para detenerlas, no quería esto, no era justo, el se supone que debía de tener el control, no debería de estar en esta situación, no quería estar en esta situación, el no hizo nada para que lo vengan a molestar, quieren torturarlo, no pudieron matarlo así que quieren acabarlo por dentro, jugar con su mente hasta romperlo.

No sabe en qué momento termino en el piso ni cuánto tiempo estaba en la misma situación, ahogándose en sus propios delirios cuando sintió alguien tomarlo por los hombros y moverlo, el tacto lo tomo por sorpresa y solo pudo moverse violentamente intentando de soltarse, no quería que lo tocaran, estaba en problemas, muchos problemas, él lo sabía, y solo quería estar solo ¿porque el mundo estaba en contra de eso?

-Señor Snape cálmese por favor- La voz preocupada de una mujer lo hizo volver en sí, logro enfocar su vista frente a él y la vio, la señora de la biblioteca tenía una mirada alarmada, sintió su cuerpo relajarse lentamente mientras comprendía que el peligro se había ido, sintió unos brazos rodearlo con cuidado en una especie de abrazo algo incomodo, intentando consolarlo.

-Vamos chico, anda al baño, lávate la cara y camina un poco, tienes que relajarte ¿ya? - Su voz tenía un tono maternal, mientras le ofrecía su mano para levantarse, el no pudo evitar mirar a los lados, esperando encontrar al gryffindor mirándolo, pero ya no estaba ¿se habría ido antes de que llegara la bibliotecaria?

-El señor Lupin fue enviado a sus clases y se le advirtió mantenerse alejado, si eso lo hace sentir más tranquilo- Fue como si le hubieran leído la mente, un suspiro aliviado se escapo de sus labios, necesitaba mantenerlos los más lejos posibles, aunque sea hasta que volviera a ser el mismo.