Secuelas

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Los días pasaron lentamente para Severus, tuvo que estar bajo vigilancia durante 1 semana para evaluar que sus heridas mejoren sin mayor problema, Barty y Regulus ayudaron a que sus días en enfermería fueran más gratos llevándole libros de la sección prohibida para que leyera en su tiempo libre, Severus no lo dirá en voz alta pero realmente agradece profundamente tenerlos como amigos, Regulus incluso le consiguió la materia para que no tuviera que pedírsela luego a Rosier.

Si bien los días se volvieron más tranquilos, las noches seguían igual de tortuosas, la enfermera se negó a darle ningún tipo de poción para dormir sin sueño a menos que fuera realmente necesario, así que Snape tuvo que acostumbrarse a las constantes pesadillas, siempre era el mismo lugar y la misma bestia, a veces las voces cambiaban, a veces escuchaba una risa, otras escuchaba gritos, lamentos y a veces solo era silencio, y para sorpresa de si mismo, el silencio era la peor de todas, no soportaba la idea de que podía morir y nadie siquiera se enteraría del paradero de su cadáver, su piel se erizaba con solo pensar en eso, sacudió la cabeza intentando alejar esos pensamientos, ya es hora de superarlo, la enfermera dijo que si hoy sus heridas se encontraban mejor podría por fin volver a su vida normal, aunque deberá ir semanalmente para encargarse de que no le queden cicatrices.

-Lo has hecho muy bien, tu cuerpo esta sanando a buen ritmo- Decía Madame Pomfrey mientras terminaba de revisarlo, Severus puso los ojos en blanco, era obvio que iba a sanar rápido si lo tenían encerrado en esa sala, ni siquiera podía levantarse a buscar su comida -Estas listo para darte el alta, eso si recuerda, tienes que venir una vez a la semana para asegurarnos de que no quede cicatriz- La mirada que le dio dejaba en claro que no era una opción, así que simplemente asintió.

-Gracias_ Dijo secamente mientras recogía los libros que Black y Crouch le habían dejado, estaba ansioso por volver a sus clases, tenia que ponerse al día con la materia, tenía que admitir que estos días leyó de todo menos los apuntes que tenia que estudiar, no se había sentía de humor para eso y ahora se arrepentía un poco.

Luego de guardar sus cosas se dirigió a su sala común, solo quería dormir una vez en su cama sin la mirada curioso de todo el que entrara a enfermería, esos idiotas chismosos. -Como los odio- Murmuro para sí mismo mientras seguía su camino.

Cuando estaba cerca de las mazmorras alcanzo a escuchar unas voces acercarse, las reconoció al instante, los merodeadores, nunca le resulto grato escucharlos, pero ahora se sentía distinto, mientras más se acercaban las voces más enfermo se sentía, tenia que esconderse, no podía dejar que lo vieran en ese estado tan deplorable. Corrió y se encerró en el interior de uno de los salones vacíos, rogándole a Merlín que no lo hayan visto, no podía darle más armas en su contra.

A medida que las voces eran más fuertes su pecho se sentía más apretado, podría jurar que había dejado de recibir el aire en sus pulmones, se sentía asfixiado y su cuerpo no dejaba de temblar, no se sentía en control de su cuerpo, era como el despertar de cada una de sus pesadillas, solo que ahora no había pesadilla, ¿porque tenía tanto miedo? La risa de uno de ellos lo golpeo y lo volvió a esa pesadilla, esa risa fue la que escuchaba en sus pesadillas, esas voces, eran ellos, ellos estuvieron ahí.

-Maldita sea- Maldijo en voz baja mientras sentía que la bilis subía por su garganta, ellos tenían que ver con el lobo.

Sirius lo miraba con burla, lo tenia agarrado del cuello de su camisa, había pillado a Severus espiándolos y Severus sabia que estaba en problemas apenas esos ojos grises se posaron sobre el antes de que pudiera ocultarse.

-Así que el murciélago Snivellus está de curioso, ¿acaso no sabes el dicho la curiosidad mato al gato? Bueno, murciélago en este caso- Rio burlonamente mientras lo tenia contra el piso, inmovilizado.

Caos de Luna LlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora