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| Extraño calor |

Ya era la tercera hora y Aiko caminaba hacia su salón con sus amigos: Denki, Jiro, Kirishima y Bakugou. Estaban bromeando y empujándose entre sí, pero por accidente, jiro chocó con bakugou interrumpiendo la diversión.

- ¡IDIOTA! ¡FÍJATE POR DONDE VAS, OREJAS! - gritó Bakugou con agresividad, haciendo que todos retrocedieran, abrazándose mutuamente ante sus gritos.

- Uy, ya se enojó la princesa - susurró Aiko con un tono burlón.

Pero para su sorpresa, Bakugou escuchó sus palabras y se acercó a ella, sus rostros quedaron muy cerca.

- ¡REPITE ESO EN MI CARA, MALDITO AIRE ACONDICIONADO! - Gritaba Bakugou aún más fuerte que antes.

- Si que sabes inventar apodos, ¿eh? - Murmuró Aiko intentando ocultar su miedo con una sonrisa nerviosa y a la vez retrocediendo temblorosamente.

- Qué manera tan brusca de tratar a las señoritas, señorita - Interrumpió Monoma con un tono de superioridad.

Monoma ya los había visto desde lejos y al ver cómo bakugou se acercaba tanto al rostro de Aiko y luego le gritaba no podía quedarse sin hacer nada.

- Se nota que no eres bueno con las chicas, katsuki bakugou - Monoma continuaba provocandolo, se estaba desquitando un poco con él.

Bakugou frunció el ceño, claramente irritado por el comentario de Monoma. Sin embargo, en lugar de responder con más gritos, decidió tomar una actitud desafiante y se acercó aún más a Monoma.

- ¿Y tú qué sabes, mocoso presumido? - le dijo Bakugou, con una mirada desafiante.

Monoma sonreía disfrutando del conflicto que había provocado.

- Solo estoy señalando lo obvio, Bakugou. Acaso tu manera de conquistar a una mujer es... ¿gritándole? - Respondió con un tono burlón y cegado por sus celos.

Aiko y sus amigos observaban la confrontación con una mezcla de interés y preocupación, preguntándose cómo iba a terminar todo esto.

Para su salvación, Kendo, la compañera de Monoma. Sin decir una palabra, se acercó a Monoma y le lanzó un rápido golpe dejándolo completamente noqueado en el suelo.

Los amigos de Aiko y Monoma se quedaron atónitos ante la repentina intervención de Kendo, pero Aiko no pudo evitar soltar una pequeña risa.

- Lo siento mucho, ya le dije que dejara de molestar pero no hace caso, que pena - Kendo se disculpó con los demás por los problemas que había causado Monoma.

- No te preocupes, ya estamos acostumbrados - dijo kirishima rascándose la nuca.

Kendo levantó a Monoma del suelo y comenzó a arrastrarlo lejos de allí. Mientras se alejaban, Monoma se volteó hacia Aiko y le guiñó un ojo de manera coqueta.

Aiko respondió con una sonrisa y un gesto de despedida con la mano, sintiendo una mezcla de confusión y diversión por la extraña situación en la que se encontraba.

El maestro aizawa finalmente llegó al salón de clases y con su típica franqueza, anunció la actividad del día: una sesión de entrenamiento práctico diseñada para poner a prueba los quirks y habilidades de combate de los estudiantes.

El profesor Aizawa guió a los estudiantes hacia el área de entrenamiento, donde obstáculos habían sido preparado. Cada obstáculo representaba un desafío único que requería el uso creativo de los quirks de los estudiantes.

- ¡Que obstáculos tan grandes! - exclamó Hagakure, impresionada por el tamaño de las paredes que debían escalar.

- Parecen difíciles - agregó Jiro, observando con atención los obstáculos que les esperaban.

- Me imaginaba algo así - comentó uraraka observando el campo de entrenamiento.

- Se ve un poco difícil - Admitió denki con algo de preocupación

- Esto no es nada - Respondió bakugou con seriedad y confianza.

Sonó el timbre dando la señal del comienzo de la actividad y Aiko se enfrentó al primer obstáculo: una pared alta que debía escalar. Con un gesto decidido, activó su quirk y desplegó una ráfaga de energía caliente que la impulsó hacia arriba, superando la pared con facilidad.

Mientras avanzaba por el campo, Aiko se enfrentó a una serie de desafíos cada vez más difíciles. Desde enfrentarse a robots simulados hasta rescatar a maniquíes atrapados, luchó con determinación, pero también enfrentó dificultades y obstáculos.

Al final de la actividad, el profesor Aizawa ofreció retroalimentación a los estudiantes, destacando sus puntos fuertes y señalando áreas en las que podrían mejorar. Aiko recibió elogios por su esfuerzo y capacidad, pero también consejos sobre sus habilidades.

- Aiko - habló en maestro aizawa - He notado que enfrentaste algunas dificultades al controlar tu quirk, especialmente en situaciones de alta presión -

Aiko asintió, consciente de las áreas en las que había luchado durante la actividad.

- Tu quirk de Termocontrol tiene un gran potencial - continuó el profesor Aizawa.

- Necesitas trabajar en tu control y precisión. Practica más y te recomendaría que busques la orientación de héroes experimentados que puedan ayudarte a perfeccionar tu técnica -

Aiko asintió, agradecida por el consejo del profesor Aizawa. Sabía que tenía mucho trabajo por delante, pero estaba decidida a mejorar y convertirse en una heroína.

............

Después de esa actividad Aiko se estaba sintiendo muy mal, pues el uso constante de su quirk la agotaba mucho.

Se dirigía a la enfermería como podía, estaba apunto de desmayarse.

No había ido con nadie porque insistió en qué podía ir sola, Aiko siempre se había acostumbrado a ser independiente desde muy pequeña y no necesitar ayuda de nadie nunca. La mayoría de cosas las había aprendido sola.

Aiko se tambaleaba por los pasillos, el agotamiento pesaba con cada paso que daba.

Su visión se volvía cada vez más borrosa y las piernas le temblaban. Estaba a punto de desmayarse.

Justo cuando sentía que sus fuerzas la abandonaban por completo, una figura familiar apareció a su lado.

Monoma, su expresión característica burlona no era presente en este momento, pues miraba a Aiko con preocupación.

- ¿Qué demonios estás haciendo aquí, Aiko? - exclamó, aunque su tono de voz sonaba con preocupación en vez de crítica.

Aiko intentó sonreír, pero sus labios apenas respondieron.

- P-pensé... q-que podía... llegar sola... - murmuró, luchando por mantenerse consciente.

Monoma la tomó del brazo con firmeza, sosteniéndola antes de que cayera al suelo. Provocando un leve sonrojo por parte de ambos.

- Dios mío, pero que terca te escuchaste, te llevaré a la enfermería - su voz suave y reconfortante a pesar del tono ligeramente regañón relajaba a Aiko, la voz de Monoma era como musica para sus oídos.

Aiko sentía un extraño calor al sentir la cercanía de Monoma.

Luchando contra el mareo, Aiko se dio cuenta de que quizás no era tan malo depender de alguien de vez en cuando.

............

Monoma Neito y tú ‧♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora