~♡ Waiting You ♡~ [Zoro x lectora]

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Narra ___

Otro aburrido día, en mi vida.

Era martes y no tenía ninguna gana de ir a trabajar, pero de todos modos hay que ir. No quiero que me despidan.

Me desperté y me preparé lo más rápido posible, me hice un café y me lo llevé en un vaso térmico para beberme en el camino. Salí de mi casa, con mis cosas para ir a la agencia. Entré en mi coche y arranqué para ir.

Fue un camino agradable, no había demasiada cola y llegué temprano a mi puesto de trabajo y organizar viajes a todo tipo de personas.

(...)

Durante el día vinieron varias personas pero me llamó mucha la atención una pareja, que se querían ir de viaje a una isla tropical y pensé en mí.

Las miles de veces que me imaginaba yo siendo pareja de Zoro y teniendo una vida junta en sueño y amándonos como nadie, pero, oh, adivinen quién se echó atrás por contarle sus sentimientos. Me vine un poco abajo pero se suponía que había más peces el mar.

Después de que la pareja se fuera cogí mi móvil para hablarle a Zoro y hablarle o si quería ir a cenar, por algo se empezaba. Pero mierda, me dio mucho corte, ni siquiera sabía si tenía novia.

El otro día no hablamos de nuestra vida amorosa y ahora mismo él podría estar en una relación. Y si me entero que esta comprometido o peor ¡Casado! Deseaba que no lo fuera. Aún así no le escribí ni lo llamé. Preferí quedarme con las ganas antes que arriesgarme un poco.

Tenía una mala cara y se dio cuenta uno de mis compañeros, Fuyuki. Él era muy bueno conmigo y teníamos una muy buena relación.

- ¿Por qué esa cara larga?- Me dijo él sentándose en una de las sillas que se sentaban los clientes.

- Estoy cansada, ya me quiero ir.

- Pero si todavía es martes y tampoco has hecho un gran trabajo.- Dijo él confundido, pero si supiera que en realidad me había quitado las energías pensar en mi amor imposible.

- Así soy yo, no hago nada pero me canso.- Ambos nos reímos, era una estupidez.- De todos modos, es porque no dormí muy bien.

- El que tiene buena noche no puede tener buen día.- Me sonrojé y le di una pequeña patada por debajo la mesa.- ¿No es verdad?

- Pero si yo no tengo pareja ni nada que se parezca.- Dije yo muy nerviosa.

- Mientes...- Fuyuki tenía un tono burlón

- ¡Qué no!

- Vale, vale si insistes. Aunque yo aprovecharía que estas soltera porque yo ahora no me puedo escapar.- Me enseñó su dedo con el anillo de compromiso.- En verdad, poder puedo, pero no debería, ni quiero hacerlo.- Ambos nos reímos y Fuyuki se fue.

Fuyuki tenía unos pocos años más que yo pero él a mí edad tendría mil cosas más que yo, no sé una casa, pareja, un trabajo estable... Que yo también tenía mis logros pero quería ser como él.

Igual de feliz y enamorado de su esposa. Y yo estaba enamorada pero no alguien que era mi pareja. Parecía que él tenía su futuro organizado.
Es más, me habló de sus futuros hijos y que estaban hablando sobre el tema, tampoco es que me interese mucho ese tema... Pero bueno.

Me puse recta y de nuevo empecé a trabajar y a ordenar unos papeles. Luego seguí atendiendo a más clientes y por último organizar unas cosas que tenía pendientes e irme ya a mi casa.

(...)

Ya después de comer y descansar un poco me cambie de ropa a una más deportiva para ir al gimnasio.

Me gustaba ir al gimnasio, a veces sentía que hacía el ridículo pero me entretenía y me hacía estar en forma, claro, a veces  me entretenía viendo algunos cuerpazos.

Entonces fui caminando, porque quedaba cerca de mi cada y me puse a estirar y luego con las maquinas, pesas o hacer flexiones.  También hablé con algunos conocidos que tenía y otra vez a casita.

Me pase 1 hora o 1 hora y media en el gimnasio y ya estaba reventada, era un sin parar. Saque una botella de agua en la máquina expendedora porque había dejado la mía en casa, la abrí y me senté en un banco que había ahí. Había más gente sentada pero alejada de mí, pero justo un hombre puso una minipesa en el banco al lado mío y luego apoyo su pierna en la misma para beber agua, me llamó la atención y cuando vi quien era me dio un golpe de felicidad.

¡Era Zoro!

Por casualidad, o por cosa del destino estábamos en el mismo gimnasio, quería dar saltos de la alegría, pero me limite a sonreír y saludarlo.

- ¡Hola!- Le dije yo con mucha ilusión.

Zoro movió la mirada hacia mí y tenía una mirada de pocos amigos, pero cuando me vio... No cambió por completo. Solo miro al lado contrario mío y se rió.

- ¿Qué pasa?- Le pregunté yo ¿Se estaba riendo de mí?

- Nada. No tenia pensado ver a nadie conocido.- Me dijo él guardando su botella en su bolsa.

- Ni yo tampoco, es curioso que no hayamos coincidido.

- Claro...- Algo me decía que pensaba otra cosa.- Que yo sigo ¿Tú ya te vas?- Asentí.- A vale, adiós.

No dije nada más, él solo se puso hacer un ejercicio con las minipesas y yo ya me iba a ir. Pero tenerlo ahí en frente, estaba regalado, era el momento de decirle si quería quedar a cenar algún día. Pero me daba vergüenza yo... No podía. Recogí mis pocas cosas e iba salir del gimnasio, pero me arrepentí y volví a entrar.

- ¡Ey, Zoro!- Zoro puso el ojo en mí.- Ya que te tengo aquí, me preguntaba si un día querías quedar, no sé a cenar u otra cosa.- Ya lo había dicho, pero estaba nerviosa ¿Por si me decía que no? Tal vez.

- Mmm... Está bien ¿Cuándo te viene bien?-  No me lo pude creer ¡Había aceptado!

- Yo toda esta semana trabajo de mañana, menos el sábado y el domingo.- Le dije yo, a él no le importaba cuando iba a trabajar sino cuando me venía bien, pero lo pensé tarde.

- ¿El sábado por la noche?- Me preguntó él sin líos.

- El sábado por la noche.- Zoro asintió pero igual de serio que de costumbre.- Muchas gracias, nos vemos.

Zoro levantó la mano como señal de despedida, yo salí del gimnasio y me fui a mi casa.

Al momento de salir caminé con alegría y daba saltos de felicidad ¡Lo había logrado! Ahora solo faltaba que llegara el día y no cagarla.

Continuará...