Capitulo 1

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Narrador

Un joven corría a toda velocidad rumbo a su casa, en su cara una enorme sonrisa y su alegría deslumbraba. Max corría a todo lo que podía quería compartir su felicidad con sus padres lo había logrado, lo aceptaron en el ejército después de tanto tiempo, nuestro alfa esquivaba personas y alguno que otro vendedor, cuando doblaba en una esquina chocó con alguien llevando a ambos al suelo.

—Ah —Solté un quejido de dolor al momento que choque contra el suelo coloque una mano en mi cabeza por inercia mientras elevaba mi vista— lo siento

— No te disculpes fue un accidente —Levante mi vista para encontrarme a un joven rubio dándome la mano, la acepte para poder levantarme con más facilidad — Me llamo Sergio

— Mucho gusto Sergio, mi nombre es Max — Volví a extender mi mano a forma de saludo— Eres muy bonito — Hablé tan rápido que cuando pude procesar que es lo que había dicho fue demasiado tarde, sentí como mi cara se pintaba de rojo.

— Sentí como mi cara se calentaba y desvíe mi mirada a otro lado— Creo que debo irme no quiero que me regañen

— Sostuve su brazo antes que se marchara— Nos volveremos a ver ... Sergio

—Eso no lo sé — jale mi brazo para salir corriendo de ahí con mi corazón latiendo a mil.

Max solo sonrió ante la desaparición de Sergio, luego de unos momentos emprendió la marcha más tranquilo a su casa pensando todavía si algún día volvería a cruzar su camino con el del castaño.

10 Años Después

— Max que pasa amigo la reina nos dio unos meses libres acaso no estás contento con eso — mire a mi amigo, su cara parecía descontenta desde que la reina menciono los días dados en victoria de la última batalla, pero aparecer a mi amigo no le caía en gracia la noticia.

—Daniel claro que estoy feliz, al fin volveré a ver a mis padres y pasar tiempo fuera del castillo, pero...Hay algo, una sensación en mi pecho que no me deja tranquilo —mire mis pies como si fuera lo más entretenido del mundo.

— Oh, quizás cierta persona te ayude a olvidar todo eso. —Golpee ligeramente su brazo con mi codo soltando una que otra risa.

Lo aparte de mi dándole un ligero empujón — Porque mejor no cierras la boca— Un sonrojo empezó a cubrir la cara del alfa de cabellos rubios

— Pero cuánto darían todos por ver al capitán suspirar por un Omega eh —le di un ligero empujón al rubio.

— Ey a este paso nunca llegaremos —Se hizo escuchar el más joven del grupo.

— Porque no se adelantan con todos los demás quisiera ir a darles la sorpresa a mis padres, así sirven de algo y buscan un lugar donde pasar las noches que nos quedan por delante. — Todos tuvieron de acuerdo con lo dicho y cada uno emprendió marcha a su destino.

Narra Max

Caminaba sin fijar mi vista en algún punto en concreto, millones de preguntas cruzaban por mi mente unas absurdas y otras no tanto pero un leve choque me hizo salir de mi pequeña ensoñación.

— Lleve una mano a mi pecho y mi vista al suelo dónde mire un cuerpo — Yo lo siento, no mire por dónde caminaba

—No creí reconocerte cuando te mirara otra vez, pero no has cambiado nada desde que nos vimos hace mucho, después de todo esta forma de saludar no es del todo común.

— miré como esa persona recogía lo que parecía frutas y entonces conocí esos ojos cafés — Sergio — Pregunté con duda sin sonar grosero

— Eh si quien más — Solté una ligera risa mientras terminaba de recoger las frutas caídas— Gracias por tu ayuda Max, verdad— Dije más como pregunta que como afirmación.

 Mi rostro se calentó un poco mientras mis manos no se quedaban quietas — Sí, que vergüenza cuánto lo siento.

— No pasa nada — me levanté sacudiendo un poco mis pantalones mientras fijaba mi vista en su rostro — Cuánto tiempo desde la última vez.

— Mucho diría yo, has cambiado un poco.

— Bueno éramos unos niños en ese entonces — Tuve que caminar a su alrededor para poder quedar del lado contrario— me gustaría quedarme, pero estoy algo ocupado en este momento

Me di un golpe mental— si lo comprendo, pero podríamos quedar para poder vernos otra vez —le dedique una ligera sonrisa.

— Bueno yo trabajo en una pequeña caverna cerca del centro de la ciudad, es la única que queda por esa zona, podrías alcanzarme ahí te parece.

— Si perfecto, ahí te encuentro entonces.

Los dos se despidieron con una sonrisa mientras el más bajo salía caminado, el azabache solo continuo su camino cuando esté se perdió de la vista de Max por completo el alfa con una sonrisa se dirigió a su destino, al llegar enfrente de la puerta de la casa de sus padres tocó despacio esperando que abrieran las personas que dejó ahí hace mucho tiempo.

Abrí la puerta encontrándome con un muchacho alto de cabellos rubios— Max

— Regresé padre — dije con una pequeña sonrisa, Sentí como unos brazos me rodeaban, al instante correspondí el abrazo mientras veía como otra figura se asomaba detrás de mi padre y me regalaba una sonrisa.

— Como es que estás aquí, me refiero ahora — Coloque mis manos en sus mejillas mientras buscaba alguna herida.

— La última pelea nos dejó muy heridos —agarre sus manos para que dejara mi cara— así que su majestad nos dio un descanso, decidimos pasarlos fuera del castillo.

— Que bueno hijo, que vinieras a visitarnos, te echábamos de menos —Termine de abrir la puerta haciéndome de lado para que pudieran entrar— Pasen no se queden ahí en la puerta.

— Aún nos debes de contar cómo te ha ido.

— Y lo haré —agarre sus manos— pero enserio me gustaría descansar un poco — Los mire algo apenado pues entiendo que lo primero que quieren es saber cómo me ha ido.

Los tres se sentaron en el sillón que se encontraba en medio de la sala, dos adultos que no dejan a su hijo y un alfa ansioso de encontrarse con cierto omega.

En la Noche de ese mismo día

— Padres, saldré un momento — fui a darles un abrazo y un corto beso a papá.

— Adónde vas con exactitud —levanté una ceja a modo de curiosidad— si es que se puede saber.

— Bueno quedé con los chicos en ver un lugar a donde quedarnos, veré si los puedo encontrar y de paso saldré con alguien —me dirigí a la puerta— no se preocupen estaré bien.

— Está bien al cabo que no podemos meternos más en tu vida.

— Ya hablamos de esto padre — salí rumbo a la caverna sin darle mucha importancia a lo dicho.

Caminaba rumbo a la caverna dónde trabajaba Sergio con alguna suerte divina encontraría a los chicos en dicha caverna, apenas llegué y sentí un brazo rodear mi cuello jalándome a una mesa cercana, internamente no sabia si sentirme feliz de coincidir o maldecir por lo mismo.

— Capitán que bueno encontrarnos aquí, pensábamos en ir buscándote casa por casa —solté al rubio para poder sentarme— Que bueno que nos agarraste a de tiempo.

— Solo estoy aquí por qué resulta que mi cita trabaja en este lugar —rodé los ojos para luego tomar lugar a un lado de Lando.

— ¿Cita? — pregunté con una sonrisa— Tan rápido León, no tenemos ni un día en las calles y ya tienes a alguien

— Bueno resulta que cierta persona trabaja aquí —tome un trago del vaso de la única mujer entre nosotros.
— No me digas que esa persona trabaja aquí, vaya Max pero que suerte te cargas

—Si, si lo que sea ahora vengo iré a preguntar por él — me pare para dirigirme a un muchacho de baja estatura que llevaba un delantal— Disculpa.

El Guerrero de Armadura de Plata [Chestappen Versión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora