El Guerrero de Armadura de Plata [Chestappen Versión]

Capítulo 4

Narra Max

Cuando pude abrir mis ojos pude identificar el techo de madera de la zona de recuperación del castillo, mi desorientación se transformó rápidamente en desesperación haciéndome pararme de donde estaba acostado pero un par de manos me obligaron acostarme nuevamente.

—Hey capitán, tranquilo —Pude identificar de inmediato al dueño de la voz y obligándome a tranquilizarme

—¿Dónde está Mick?, ¿él está bien?, quiero verlo —Muchas preguntas salieron de mi solo queriendo saber el estado del pequeño rubio —¡Donde esta él? — La orden sonó con fuerza, pero la incredulidad gobernó en todos lados de mi cabeza al ver que nadie me contestaba y que algunos solo agachaban la cabeza me fue imposible no empezar a llorar —Por favor Fernando, dime que él está bien

—Lo siento Max, la caída fue muy dura y él ya estaba muy herido no pudo soportar el golpee —Coloque mi mano en su hombro en señal de apoyo, pero fue apartada de un manotazo

—Fuera, ¡quiero a todos a fuera! — La ira gobernó por un momento y empecé a lanzar todo lo que estaba a mi alcance cuando por fin estaba solo me permití llorar por el joven alfa —Perdóname Mick, solo quería traerte a salvo.

El luto del alfa mayor duro una semana más y con el pasar de los días fue recuperando toda esperanza de volver a ver a su compañero, sus amigos más cercanos lo visitaban regularmente para hacerle saber que no estaba solo que ellos estaban a su lado apoyando cada uno de sus pasos de recuperación. Un día sin embargo la presencia de la reina se hizo ver en aquella sala de enfermos dirigiéndose así a donde se encontraba el mayor.

—Mi señora — Con mi agilidad ya recuperada me levante de la cama y me incline ante la presencia de la soberana

—Max, veo que se encuentra bien —Coloque una mano en su hombro en señal de que podía volverse a poner en pie.

—Sí mi reina, aunque creo que quedara una cicatriz algo profunda en donde me fue clavada la espada enemiga —Sentí unos brazos cerrarse alrededor de mi cuello en un abrazo cargado de cariño y el aroma dulce de manzanas se extendía por toda la habitación —Elissa — su nombre salió de mis labios en un bajo susurro de sorpresa

—Pensé que te perdería Max, no sabes lo angustiada que estaba, mande a todos los soldados a buscarte una vez que tu mano derecha me dijo que te habían perdido en el campo. —No pude contener el instinto de posar una mano en su mejilla aun sin poder creer que el alfa estaba bien y lo tenía delante de mí, pero mi sorpresa fue más grande cuando mi mano fue retirada gentilmente de aquel rostro. —Max.

—Perdóneme su majestad pero debe saber que lo que tuvimos en ese tiempo ya fue, usted me hizo comprender que entre nosotros no podía ver nada, acepte que nos mandara a la ciudad unos meses por que quería verme lejos de usted aunque le dije que lo nuestro podía quedar como una amistad yo lo acepte, es por eso que ahora le comunico que me case —Y sin poder evitarlo una sonrisa escapo de mis labios al imaginar a mi esposo esperándome en casa — Yo encontré a mi pareja ideal, un hermoso omega que debe estar muy angustiado al no saber nada de mí, discúlpeme su majestad si esto la ofende pero no quiero faltarle el respeto a la relación y compromiso que tengo con mi ahora esposo. — Acaricie su mano que aun sostenía en señal que todo estaba bien y que me encontraba mejor que nunca.

Las lágrimas se asomaban, me fue imposible contenerlas ante la confesión de mi mejor guerrero, amigo y en su tiempo amante, busque su mirada y cuando estas se encontraron pude ver que lo había perdido, pues en su mirada estaba la sinceridad y amor en sus palabras, el alfa ideal para cualquier persona se encontraba enlazado con su compañero y yo lo había perdido por el miedo y la falta de coraje —Lo entiendo ahora Max, ahora en tu mirada lo veo, te he perdido para siempre porque en tu mirada no veo nada más que amor al hablar de él, como la sinceridad de tus palabras se asoman y no sabes cuanto me arrepiento de dejarte ir en ese momento, no me ofendes por que por lo que alguna vez tuvimos solo te deseo el bien y la felicidad.

—Elissa, gracias —La abrace, un abrazo de cariño y de alegría porque sabía que la amistad que tenemos no se arruinaría —Me gustaría que lo conocieras, te va a encantar, es hermoso, carismático y directo, se sonroja fácil incluso con pequeñas acciones, sus ojos cafés cuando te miran te quitan el sueño, su sonrisa tan contagiosa y ruidosa, él te va a fascinar.

—Eso espero, y tan bien espero verlo en el baile de despedida

—¿Quién se va a ir? — Un corriente de pánico recorrió el cuerpo del cobrizo.

—Max, venía a verte y decirte que sí quieres retirarte de la guardia puedes hacerlo, venía a proponerte que reinaras conmigo, que fueras el rey que esta ciudad necesita pero ahora solo me queda decirte que puedes retirarte e ir a vivir tu vida a lado de la persona que amas, sin preocuparlo más, sin angustiarlo de si sigues con vida o de hacerlo pensar que ya nunca volverás a casa, la decisión es tuya Erik —Me sostuve de los brazos que me levantaron e hicieran que diera vueltas en el aire, la risa gobernó en la sala por parte de los dos.

—Gracias, gracias Elissa —El mayor bajo con suavidad a la mujer y la rodeo en un fuerte abrazo. — Nada me gustaría más que poder ir a casa y terminar lo que me queda de vida a lado de mi compañero.

—Entonces nos veremos muy pronto Max, hare que la invitación llegue a tu casa, por ahora si quieres y es de tu voluntad irte a casa a partir de este momento puedes marcharte, en la ceremonia una vez que se haga oficial ante todos los demás soldados tu responsabilidad con el reino terminara.

—Gracias su majestad.

Con un asentimiento la soberana se marchó dejando al capitán con una felicidad enorme en su corazón, una vez que le mencionaron que ya podía retirarse a sus deberes el cobrizo fue a reunirse con su tropa para darle las buenas noticias y entre lágrimas y felicitaciones el mayor se despidió de aquella tropa que más como compañeros de armas eran familia, así entre abrazos y palmadas el mayor emprendió camino a su casa encantado de reunirse con su esposo.