Capítulo 14. Valentina López. Santa Lucia.

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               Habían pasado varios días desde mi última entrevista con Samanta sobre los casos de las Santas Ofrendas Mortales.

Estaba sentada en la barra de Pa' que Luis como todos los sábados, tomándome unas cervecitas bien frías. Eran las 5 y media de la tarde y el sol caía calentando el local, pero se mezclaba con las ráfagas de viento que refrescaban por momentos el lugar, anunciando la inminente llegada de la noche maracucha.

-Buenas Noches Andrea.

-Hola Germán. ¿Cómo estáis?

-Bien y vos. Sabéis que te tengo tremendo chisme.

-Pa' que soy buena, contáme.

-La vieja Marcia estuvo por aquí y me dijo que, ¿Te recordáis del robo de la Joyería? Bueno que escuchó a su vecino Rosendo.

-Ajá, y qué dijo ese hombre.

-Bueno mija, que él y otro conocido hicieron el robo. Que están buscando quien les compre la mercancía.

- ¿Y esa gente me conoce?

            En ese momento, irrumpió un hombre por la puerta, formando un alboroto como solo los maracuchos saben hacer. Al verme sentada tuvo la osadía de acercarse.

-Mirá. ¡Qué muñeca vino por unas cervecitas hoy!

-¡Valentina! y no soy ninguna muñeca. Si vais a estar aquí, respetáis.

-¡Una muñeca poseída pues!

-¿Sabéis qué? Apartáte antes que tengáis un problema conmigo.

            Me volteé hacia Germán ignorando al payaso y le dije:

-¿Por dónde íbamos?

-Te estaba contando de Rosendo y el amigo. La verdad, no creo que sepa quien sois vos, ellos no vienen casi por acá.

-¿Por qué me contáis esto?

-Ese Rosendo es el que está creando una banda por acá y le está perjudicando a Luis y a todos en el barrio. Yo le dije a Luis que vos nos podrías ayudar con esto. Averiguar un poco y echarle a la policía.

-Podría ser la informante de la policía. Pero debo tener alguna prueba, no solo rumores.

-¿Qué se te ocurre?

-Le podéis decir a la señora que insinúe que hay alguien con dinero, que podría comprar las joyas y le hacemos una emboscada. Si caen en el cuento, los cito, pero con los policías encubiertos.

-Me parece una buena idea, yo te voy avisando. Gracias.

            Una de las facultades, por las que se me considera una excelente reportera, es porque me puedo mimetizar con todos los entornos. Adecúo mi vocabulario para poder hablar con todas las clases sociales e intento simpatizar con todos, así he encontrado el cariño de la gente y logro meterme en sus corazones, para que me cuenten con confianza, lo que necesite averiguar.

Entraron por la puerta dos mujeres y se pusieron a hablar, mientras yo me tomaba mi cerveza, no pude evitar escuchar.

-¡Quién diría eso de Alejandrito!

- ¿Verdad?

- Con la cara de tonto que tiene.

-No. Yo no me confío de esos con cara de tonto, son lo peor.

- Tenéis razón.

-Yo se lo dije a tía. Ten cuidado con ese muchacho, ya tiene 32 años y solo está de vago en la casa.

SANTAS OFRENDAS MORTALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora