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Habían pasado una o dos semanas desde la llegada de la novata. La cual ahora ya estaba más acostumbrada al lugar. A pesar de algunas preocupaciones que tenía.

Estaban siendo días tranquilos, todos esperaban estaban emocionados por la llegada de un nuevo novato, al igual que Abigail. Y digo Abigail, porque ella no logro recordar su nombre, y el que le dijo Newt de broma, no le sonó tan mal.

Por otro lado, los demás chicos del área, estaban contentos con la estancia de Abigail ya le habían agarrado apreció y siempre intentaban que se sentiría cómoda. Alby siempre les repetía que debían hacerlo, o si no, tendrían una noche en el pozo.

—¿Vas a ayudar?— Le pregunto el rubio enfrente de ella. Ambos estaban en los huertos, aún que Abi estaba perdida en sus pensamientos. Como siempre.

— Estoy pensando. — Le comento, en ves de responderle su pregunta.

— Siempre piensas mucho Abi. Deberías dejar de preocuparte demasiado. — Le dijo Newt, mientras seguía con su trabajo en los huertos. — Además no es tu trabajo.

— Quizás. — La chica lo miró pensativo, pensaba que Newt era un gran amigo, y que la ayudaba demasiado. — En que te ayudo.

Se levantó de su lugar y se acercó al chico, quedando a un lado de el. El le señaló lo que estaba haciendo, para mostrarle como debía seguir, y así lo hizo.

Al cabo de unas horas, ambos tomaron un descanso, por lo que fueron por agua, mientras la cena estaba lista.

— ¿Crees que llegue una nueva chica? — Le dijo Abi, pensativa ante la posibilidad.

— Es muy probable. Por algo empezaron con una. — Le respondió el rubio que estaba a su lado.

— ¿Y si no me llevo bien con ella? — Abigail solo quería ser aceptada en ese lugar, el echo de que ella sea la única chica era fácil, ya que muchos ya la apreciaban. Pero siempre pensaba en su llegara alguien más.

— Lo más seguro es que le caigas bien. — Le dijo Newt para tranquilizarla, el pensaba que Abi era un gran chica.

Ya le tenía aprecio, incluso más que otros. Era su mejor amiga.

Ambos rubios se levantaron directo a su trabajo de nuevo. Su rutina de siempre, aún que ellos quisieran hablar por horas, era imposible. Tenían trabajo, pero sabían que hablarían más tarde.

Por parte de Abigail siempre estaba pendiente si alguien necesitaba de su ayuda, le encantaba sentirse útil y eso la ayudaba a amar el lugar.

Por otro lado también tenía cosas que pensar, muchas posibilidades y preguntas, aún que no le preocupaban tanto, sabían que tendrían respuesta pronto.

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Por parte de otras personas, la observaban veían cada paso que daba, con cada persona que ella hablara, por mínima que sea, ellos la veían y en cierto punto se preocupaban por ella.

Dentro de su corazón el se sentía mal, sabía que por su culpa estaba ahí, y que ella no merecía estar en ese lugar, mucho menos por su culpa. Aún que la otra chica, estaba molesta, no podia permitir que las cosas quedaran asi. Thomas y Teresa se encontraban en las instalaciones de Cruel, viendo todo lo que los demás científicos hacian por sus amigos ahí dentro.

Aún que la persona que más se preocupaba por el bienestar de ellos, era Thomas. En cambio Teresa, solo sería salvar el mundo. Aún que eso significará ser la mala con los demás.

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La noche llegó en el área, y todos estaban durmiendo, pero siempre pasaba que alguien no podía dormir, y ese alguien o más esa alguien, era Abigail. Aún que nunca lo demostrará le pasaban cosas, más en la noche, sus sueños la atormentaban a cierto punto y solo los quería controlar.

Un sonido tan pequeño pero para la mente fría que tenía en ese momento, fue como un relámpago. Ella se levantó mirando a los costados el lugar proveniente del sonido. Fue tanto tiempo cuando diviso a Alby, llendo por el área a dirección del mirador.

Ella se levantó, tomó sus zapatos y fue con el. Alby siempre había sido un gran apoyo para todos, lo querían como un padre y lo veían con mucha admiración, y para Abi no era la excepción.

— ¿Interrumpo? — Abigail hablo, haciendo mostrar su presencia ante el chico moreno.

— Para nada, Abi.

Ella se acercó y se sentó junto a él, admirando como el sol empezaba a asomar ante los muros que rodeaban el área.

— ¿Te sucede algo? — Le preguntó Alby, y ella asintió.

— No podía dormir. — Ella sentía tanta confianza con él, al punto de poder contarle como se sentía en verdad.

Suspiro y miro al contrario, que esperaba pacientemente a que ella le contara todo lo que pasaba.

— No podía dormir, porque cuando lo hago tengo sueños, bastantes malos. Y no me gusta verlos...

— Entiendo, pero son solo sueños. Quizas aparecen por todo lo que piensas. — Le dijo, intentado que de verdad se dejara de preocupar.

— Quizás... — Ella no estaba tan segura de eso, pero aún así quería confiar en las palabras de Alby.

Ambos chicos siguieron charlando hasta que los demás empezaron a levantarse, indicando que ya empezó el día. Abigail fue por sus cosas, en busca de sus amigos para empezar a trabajar. Y después esperar al nuevo.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora