Parte 10

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Era lunes por la tarde cuando Jimin estaba en casa con Giselle viendo una película. No habían podido salir por la tormenta cuando recordó la ultima escena que tuvo con Minjeong. Su mente comenzó a volar en los recuerdos y en lo que le hubiese gustado hacer y no pudo. De repente recordó el miedo de Minjeong cuando cayó aquel trueno y pensó en escribirle para saber si estaba bien. Sabía que Minjeong solía estar sola y le preocupaba que estuviese sufriendo. "Y si le molesto? Igual está con alguien. O quizás está ocupada y no quiere que nadie la moleste. Aunque a lo mejor está sufriendo con la tormenta sola. Podría decirle que se viniese con nosotras. No, porque tendría que salir de su casa. Podría ir yo? No, como iba a autoinvitarme. Bueno, le voy a mandar un mensaje rápido y cortito.''

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Minjeong se preparó leche caliente. Se le hacía muy raro que verano hiciese este tipo de tormentas. De donde ella venía apenas llovía. Estaba sola en casa así que cogió una cajita de pastas y su leche, echó las cortinas y se puso a jugar al ordenador. De esa manera no escucharía ni vería la tormenta. Pasaron un par de horas cuando sonó su móvil y al mirarlo vio algo que la alegró:


Minjeong luchó por no responderle que si quería podía ir a ducharse con ella. Aunque fuese una broma, que en realidad no era tan broma, pensaba que podía ser excesivo teniendo en cuenta la situación. Le había alegrado mucho que Jimin se preocupase por ella. Tenía momentos en los que pensaba que Jimin y ella acabarían juntas en algún momento y otros en los que asumía que Jimin estaba jugando con ella. No tuvo más mensajes así que pasó el resto de las horas jugando hasta que llegó la hora de dormir. Pensó mucho en Jimin, en si hablarle más o no, pero no sabía cómo continuar la conversación con ella, así que se puso una peli e intentó dormirse.

Llegó el martes y el día estaba completamente despejado y soleado. Jimin y Giselle salieron a comer fuera. Era su última semana de vacaciones y querían aprovechar para ir a un restaurante nuevo que habían abierto, pero los fines de semana siempre estaba lleno.

- Mañana he vuelto a quedar con Ningning. Vamos a ir a comer y espero que la cita se alargue mucho. Creo que voy a intentar besarla. - explicó Giselle.

- En serio? Y si te rechaza? - pregunto Jimin.

- Pues eso que me llevo. No quiero vivir sin hacer lo que siento por miedo.

- Mucha suerte, ya me contarás - respondió Jimin.

- Lo haré, y si sale mal vas a tener que matarme.

- Lo apunto - dijo Jimin riendo.

Jimin no quería contarle a Giselle que había quedado con Minjeong. Temía el hecho de que todo lo que pasó fuese un error para Minjeong o un momento de debilidad y quedar mal. Jimin no había vivido el rechazo de nadie y no sabía muy bien cómo lo enfrentaría, y en caso de ser rechazada le sería más fácil que nadie lo supiese. Sobretodo para su orgullo.

Llegó el miércoles y Giselle salió de casa sobre las 13. Jimin aprovechó que se quedó sola para ducharse y arreglarse. Minjeong solo se iba a pasar a recoger su ropa pero aún así no quería que la viese sin arreglar. Cuando salió de la ducha tenía un mensaje de Minjeong preguntándole si le iba bien que se pasase sobre las 14 o le molestaba mucho la hora de comer. Jimin le respondió que se pasase sin problema, así que intentó arreglarse en los 30 minutos que le quedaban. Sonó el timbre de su casa y abrió. Los pocos minutos que tardó Minjeong en subir se le hicieron eternos a Jimin. Estaba nerviosa. Muy nerviosa. Sentía que iba a vomitar de los nervios.

- Hola - saludó Minjeong tímida pero con una sonrisa.

- Hola - respondió Jimin, devolviéndole la sonrisa. Ambas se quedaron unos segundos sin saber que decir ni donde mirar.

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