Cᴀᴘ 2 - ¿Eʀᴇs ᴍᴜᴅᴀ?

509 46 1
                                    

Estábamos a dos horas y media de mi destino, realmente tenía bastante sueño ya que la noche anterior no pude dormir bien por los nervios, éste era un gran comienzo para mí, realmente nisiquiera sabía que trabajar, solo iría a hacer los papeles para ya poder entrar a cualquier trabajo, sentía cómo mis manos sudaban de los nervios y mi pierna no paraba de moverse por ansiedad, seguía mirando el paisaje hasta que sentí cómo la chica de mi lado me tocaba el hombro, haciendo que yo volteara. —¿Puedes parar de mover tu pierna? Es molesto.— rápidamente dejé quieta mi pierna y la miré a los ojos, asintiendo para luego devolver la mirada al paisaje. —¿Eres muda?— me preguntó, fruncí el ceño y volví a mirarla.— Claro que no.—

—¿Antisocial?— preguntó, yo aún seguía con el ceño fruncido.—Tampoco.— respondí sin quitar la mirada de sus ojos, los cuales eran marrones, podía sentir su perfume inundar mi fosas nasales, tenía la piel tan blanca cómo la nieve misma, y su voz era dulce.

—¿Entonces?— me miró a los ojos y levantó una ceja.— Pues nada, ¿Por qué tendría que socializar contigo?— pregunté algo molesta, no soy de hablar tanto con personas que no conozco.

—Porque al parecer vamos al mismo destino.— levantó su mano y me mostró su celular, en él había un mapa marcando exactamente el mismo lugar al que yo iba.—¿Y tú cómo sabes que iré ahí?— pregunté luego de ver el celular de la chica. Ella simplemente señaló uno de los papeles que llevaba en mi mochila, la cuál estaba abierta.

Suspiré y devolví la mirada al paisaje, ¿Por qué tengo tanta mala suerte? Encima de estar nerviosa y ansiosa, debo de aguantar a una niña que aparenta tener 15 años, y cree que tengo ganas de conocerla, al parecer.

—¿No te caigo bien?— me preguntó. — No te conozco.— respondí, sin quitar mi mirada del paisaje. — Pero podríamos conocernos, quizá si vamos al mismo destino nos convenga.— solté otro suspiro y la miré.—¿Cómo te llamas?— pregunté, intentando demostrar algo de emoción por conocerla, pero realmente no quería, sólo me preocupaba lo que tendría que hacer el día de hoy.
—Soy Rainelis, ¿Y tú?— respondió, y yo fruncí el ceño.— Que nombre tan.. raro, yo me llamo Alondra Michelle.— relajé mi rostro y sonreí.
—¿Eres mayor de edad?— pregunté. — No, voy para los 16 años.— me respondió. Tenía razón, una niñita de 15 años.
—¿Entonces por qué vas a un lugar dónde hacen papeles para trabajos?— pregunté.
— No se va sólo para éso, Alondra.— me encogí de hombros y volví a mirar el paisaje.

—¿Tú cuántos años tienes?— La chica me preguntó mientras me miraba.— Voy para los 19 años.— respondí, sin mirarla.

—¡Wow! Que vieja.— sin querer, se me escapó una risa y rápidamente volví a mi rostro serio. —¡Te reíste! Creí que eras hielo puro.— volví a mirarla una vez más.

— No me conoces, niña.— dije. —¿Tus padres nunca te han dicho que no hables con desconocidos?— pregunté.
— A mis padres nisiquiera les importa lo que haga.— respondió, agarrando su celular. — Y por lo que veo eres bastante adinerada, espero no seas creída.— abrí mis ojos sorprendida y me reí. — Claro que no, niña.—

Volvió a ponerse los audífonos y se quedó callada mirando al techo del autobús, devolví mi mirada al paisaje y me quedé pensando, la chica era bastante linda, su voz era hermosa, realmente me estaba empezando a interesar conocerla, aún así era muy pequeña, y eso quizá me trajera problemas, ¿Es ilegal formar una amistad con una niña de 15 años teniendo 18? No quiero ir presa sólo por ser amable.

Pasaron alrededor de 40 minutos y las dos seguíamos calladas, cada una en lo suyo. Veía de reojo a la chica mientras ella se maquillaba, grababa tiktoks, escuchaba música o cualquier cosa que hiciera.

—¿Que miras?— me preguntó y dirigí mi mirada al suelo.— Nada, sólo me molesta que estés grabando tiktoks casi mostrando el cuerpo.— dije. —¿Éso en qué te afecta?— respondió. — No me importa, sólo me sorprende lo raros que son los niños de ahora.— llevé mi mirada a sus ojos y otra vez me encontré con un color marrón chocolate. — No soy una niña, el próximo sábado cumplo los 16.— me reí. —¿Encima eres Tauro?— ella frunció el ceño y se quejó cómo niñita caprichosa. —¿Éso es algo malo?— comencé a reírme y negué con la cabeza. — Cálmate un poco, pareces bebé.— Puso su rostro serio y sentí un leve escalofrío en mis piernas, quité mi mirada y paré de reírme.

—¿Sabes que quedan cómo dos horas?— me preguntó y yo asentí. —¿Por qué eres tan callada?— no dije ni una palabra y me encogí de hombros. —¿Te comieron la lengua?— asentí intentando provocarla. — Me iré a otro asiento si sigues callada, es aburrido.— volví a asentir y ella frunció el ceño, quitó su mirada y noté un rubor en sus mejillas por el enojo.

—¿Tanto te gusta mi voz?— pregunté mientras la miraba. — No te conozco, Alondra, no me gusta nada de tí.— sentí un leve dolor en la garganta al escuchar éso, nisiquiera sabía por qué, recién la conocía.
—¿No nos podemos conocer?— pregunté. — Tú no quieres.— devolvió su mirada a mis ojos y por unos segundos nos quedamos calladas mirándonos, hasta que decidí quitar la mirada. —Yo.. bueno, realmente me da igual eh.— me crucé de brazos y miré nuevamente el paisaje.

Ella soltó un quejido y volvió a mirar su celular. —¿Tienes ig?— me preguntó y volví a mirarla, ahora con una expresión seria, sólo asentí. — Pues pásamelo.—

— No quiero.— respondí, y ella rodó sus ojos. — Pues has lo que quieras.— se encogió de hombros y solté una risa. Tomé mi celular y abrí mi perfil de Instagram, para luego pasarle mi celular a ella. Rápidamente me buscó y comenzó a seguirme, para luego devolverme mi celular.

— Ahí está.— dijo. —¿Para qué me sigues? Si luego de bajarnos de este autobús no nos veremos más.— dije, ella me miró. — Por eso mismo, para que nos volvamos a ver.— solté una sonrisa y guardé mi celular.

Era linda, amable, algo tierna, dulce, enojona, menor.. perfecta, pero de igual manera, no la conozco, sólo espero que no me metan presa por interactuar con una niñata de 15 años, realmente me causaba gracia cómo le importaba tanto conocerme, quizá llamé su atención, no lo sé, tal vez no nos veamos más luego de éste viaje.

Lᴀ ᴄʜɪᴄᴀ ᴅᴇʟ ᴀᴜᴛᴏʙús - RᴀɪʟᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora