Cᴀᴘ 13 - Pʀɪᴍᴇʀᴀ ᴄʟᴀsᴇ

875 63 27
                                    

Luego de presentarme, fueron presentándose uno por uno, hasta que llegó el turno de Rai. —¿Su nombre?— pregunté, ella soltó una risa y rodó los ojos. — Rainelis Rosario.— la miré con una expresión indiferente. — Cambie de asiento, señorita Rosario.— dije, mirándola fijamente a los ojos. —¿Qué?— preguntó, frunciendo el ceño.

— Te distraes mucho ahí, por lo que estoy viendo, cambia de asiento.— todos comenzaron a reírse y ella me fulminó con la mirada. — ¡Alondra! Este es mi asiento.— dijo. — Para tí soy profe, no Alondra.— por dentro me estaba muriendo de la risa. Ella soltó un quejido y se cambió al primer asiento de la primera fila. Dejé de mirarla. — Bien, según lo que dijo la directora ésta clase la usaremos sólo para conocernos, ¿Quieren saber algo de mi?— muchos levantaron la mano para hablar, yo elegí a un chico rubio, parecía simpático. Lo señale con mi dedo índice para que haga su pregunta. —¿Tiene pareja?— preguntó el chico. Yo sonreí, miré de reojo a Rai, que estaba mirándome fijamente, parecía estar entre enamorada o harta de mí. — No, no tengo pareja.— respondí.

Rai levantó la mano y yo la miré a los ojos, cruzandome de brazos. — Profe, ¿A mí me puede dar clases en su casa?— dijo, mordiendo su dedo índice, yo sonreí algo sonrojada y aparté la mirada, todos se reían.

— Bueno, como realmente no hay mucho que conocer de mi, y ustedes ya se presentaron, comencemos.— me senté en el escritorio y saqué los papeles que me había dado la directora, hoy debían hacer un dibujo con colores ¿Primarios? Éso es para niños..

— Bien.— solté un suspiro. — Saquen sus materiales de trabajo, dibujen lo que sea por mientras, debe de tener colores primarios.— me puse de pie y miré a Rai. — Rosario, salga del aula.— dije.

— ¿Qué?— preguntó. — Salga.— dije intentando fastidiarla, realmente era divertido tener poder sobre ella. Obedeció, y yo salí detrás de ella, cerrando la puerta del curso. Ella me miró enojada. — ¡Michelle! ¿Que coño haces aquí?— preguntó. — Ten respeto, o te hago un llamado de atención.— dije, entre risas. Ella me dió un golpe en el hombro. — Yo te hablo como quiera, Michelle.— dijo, cruzándose de brazos, sus mejillas estaban rojas, como de costumbre cada que se enoja o molesta con algo. Miré hacia todos lados, el pasillo estaba vacío. La tomé por la cintura y la acerqué a mí, pegándola. — A mi si me gusta ser tu profesora.— dije, mientras acariciaba su cintura. — Y para mañana vienes sin esa falda.— cambié mi rostro a uno serio.

— Alondra, es el uniforme.— dijo, rodando los ojos. —¿Me importa? No.—
— No molestes, Michelle.— noté su voz algo nerviosa, sus mejillas habían empeorado el color, y ella evitaba a toda costa mirarme a los ojos. — Rosario.— dije, ella no respondió ni me miró. — ¡Rosario!— rápidamente llevo su mirada a mis ojos. — Suéltame, tengo un trabajo para hacer.— dijo, intentando apartarse. — Rai, no estés así, ¿Que te pasa?— pregunté, abrazándola. Ella correspondió el abrazo. — Pasa que no pude ni saludarte cuándo entraste.— dijo, en un tono suave. — Aquí te aguantas las ganas.— me reí y ella se separó del abrazo. — Dame un beso.— dijo, con un tono frío. — No puedo, eres mi alumna.— sonreí. — Michelle.— solté una risa y me acerqué a sus labios, dejando un beso tierno en sus labios. Ella se separó y entró al curso.

Cuándo ingresé nuevamente al curso, Rai estaba sentada en su mesa haciendo su dibujo, sin hablar con nadie, parecía estar molesta o incluso llegue a pensar que se sentía mal. Estaba con sus audífonos. Un alumno se acercó a mi, que aún estaba cerca de la puerta, frente a la mesa de Rai. — Profesora, ¿Cuántos años tiene?— preguntó el alumno, quien si no me equivoco, cuándo nos presentamos dijo que se llama Alan.

— 18 años, Alan.— respondí, el sonrió. — Bueno, dos años no son nada, ¿Dijo que no tenía novio, verdad?— preguntó, y en ése mismo instante saltó Rai al ataque. — ¡ALAN!— grito, llamando la atención de todos sus compañeros. —¿Que te pasa ahora, Rojas?— preguntó Alan, mirándola. — Es una profesora.. no puedes andar con ella.— noté cómo apretaba fuertemente su lápiz. — Son solo dos años, aparte, no tiene novio.— se defendió Alan.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 01 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Lᴀ ᴄʜɪᴄᴀ ᴅᴇʟ ᴀᴜᴛᴏʙús - RᴀɪʟᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora