Cᴀᴘ 11 - ¿Aʟᴍᴀs ɢᴇᴍᴇʟᴀs?

452 46 2
                                    

Ya eran las seis de la tarde, y yo debía volver a casa, mamá me estaba esperando. Luego de un par de horas viendo videos y platicando con Rai en la cama. Apagué mi celular y la miré. — Debo irme.— dije, sentandome. —¿Ya, tan rápido?— frunció el ceño y se sentó igual.

— Si, mamá me está esperando.— me puse de pie y tomé mi celular, para guardarlo en el bolsillo de mi pantalón. — Te voy a extrañar.— se sentó en el borde de la cama, con las piernas separadas. Me tomó de la cintura y me acercó a ella. — Yo igual, Rai.— sonreí y dejé un beso en su frente. Ella me abrazó apoyando su cabeza en mi abdomen.

—¿Cuándo vienes de nuevo?— preguntó. Yo me separé del abrazo. — Mm, cuándo tu madre me de permiso de volver.— respondí. Ella se puso de pie. — Bueno, entonces será pronto.— soltó una sonrisa y entrelazó su brazo con el mío. Nos dirigimos a la puerta para salir del cuarto, y luego bajar las escaleras hasta la puerta principal. Miré a ambos lados, buscando a su madre para despedirme. —¿Tu madre se fue?— pregunté, llevando mi mirada a Rai. — Quizá, no dudo en que haya discutido con papá por lo del almuerzo, o quizá salieron, no lo sé.— respondió.

— Si te llegas a sentir mal aquí, puedes ir a mi casa, y vemos una peli.— dije, sonriéndole. Ella me devolvió la sonrisa y asintió. Abrí la puerta y salí de la casa, Rai estaba aún en la puerta mirándome, dí un par de pasos, hasta que frené mi paso y volteé. Me regresé a la puerta y tomé a Rai de la cintura para luego pegarla a mí, y darle un beso. Fué corto pero se sintió cómo si hubieran sido horas. Rai quedó toda roja e impactada, al parecer no se esperaba éso. Después de despedirme, me fuí de una vez a mi casa.

18:15 PM

Al llegar a casa y entrar, ví a mamá en la sala sentada, mirando a su celular. Dejé mis cosas a un lado de la puerta y fuí con ella. —¿No tenías que salir?— pregunté, para luego sentarme a su lado. — Ya.. al final no iré.— respondió.

—¿Y eso?— pregunté extrañada. — Quiero pasar tiempo contigo, más ahora que te has enamorado por primera vez, Rai me lo ha contado.— dijo y yo abrí mis ojos. —¿A qué te refieres?—

— Si, me ha mandado mensaje por Instagram contándome, dijo que era una venganza por besarla frente a su madre, ¿De verdad has hecho éso?— mis mejillas se pusieron rojas. — Yo.. no.. osea, si, pero, ¿Que tiene?— tartamudeé.

—¿Me contarás todo?— preguntó dejando su celular a un lado. — Supongo, ¿Tengo otra opción?— ella negó con la cabeza y yo solté una risa.

— No pasó nada tan interesante, sólo fueron un par de besos.— dije, apoyando mi codo en la mesa, y mi cabeza en mi mano. —¿Ahora sí tienes respuesta para lo que te había preguntado la otra vez?— yo asentí y sonreí. — No sé si decir que estoy enamorada, mamá, no sé cómo se siente estar así.— dije.

— Ya, más adelante sabrás bien, pero por ahora puedes decir que te gusta, ¿No?— preguntó y yo me quedé unos segundos en silencio, mirando un punto fijo. — Creo que sí, me gusta.— sonreí y llevé la mirada a los ojos de mi madre.

— Puedes contar conmigo para todo, ¿Si?— asentí. — Aún así, ten cuidado, no quiero que salgas lastimada.— acarició mi mano, sonriendo. — No te preocupes, por ahora todo bien.— dije, poniéndome de pie. — Iré al cuarto, estoy algo cansada.—

Mi madre asintió y yo me dirigí al cuarto, cerré la puerta y me tiré en la cama. Por alguna razón, al quedarme viendo al techo lo único que pasó por mi cabeza fué lo que dijo el padre de Rai en el almuerzo, quizá será imposible llevarme bien con él.

Mientras tanto, Rai estaba en su casa, con Alex. Estaban en el cuarto, Rai tirada en la cama mirando al techo y Alex en la silla de su escritorio. —¿Se besaron?— preguntó Alex. Rai se sentó rápidamente. — ¡Si, nos besamos!— respondió emocionada, para luego ponerse de pie. —¿No es increíble, Alex?— preguntó, parecía estar drogada. — Niña, me alegro mucho por ti, pero no comiences a..— Alex no pudo terminar de hablar, Rai había comenzado a saltar de la emoción. — ¡QUEDATE QUIETA!— gritó Alex, mirando a Rai para luego reírse.

Cuándo Rai logró calmarse, Alex se sentó en la cama, tomando las manos de su amiga y haciendo que se quede quieta, mirándolo. —¿Estás enamorada, Rosario?— preguntó con un tono serio. — ¡NO! es decir, no.— respondió, apartando la mirada y sonrojándose. —¿No, entonces?— Alex entrecerró los ojos. — Bueno.. no lo sé.— dijo Rai, para luego sentarse al lado de su amigo. —¿Ésto es malo?— preguntó la inocente niña de 15 años, que al parecer piensa que el amor es algo peligroso.

—¿Qué, hablas enserio? No es malo.— dijo Alex. —¿Seguro?— preguntó Rai, demostrando inseguridad. — A ver, si ella siente lo mismo, no es algo malo.— Alex se sentó cómo indio y tomó las manos de Rai. — Tú disfruta al máximo.— Rai sonrió. —¿Y si ella no siente lo mismo?— preguntó, luego de borrar por completo su sonrisa.

— ¡Rai! Si te ha besado es obvio que algo siente.— dijo Alex, rodando sus ojos. — Quizá son.. ¿Almas gemelas?— Alex miró a Rai de una forma pícara. La pelirroja frunció el ceño. — No lo sé, tengo miedo, Alex.— dijo.

—¿Miedo de qué? No pasará nada.— aclaró Alex, poniendo toda su atención en Rai. — Me pasa muchos años.— respondió.

— Sólo son cuatro años, Rai. Yo he estado con hombres de 26 teniendo 16.— respondió Alex, para luego taparse la boca con una mano. —¿Qué? Que asco.— dijo Rai, haciendo una mueca. — Bueno, pero ahora no es momento de hablar de tu novia, ¿No habría pijamada?— preguntó Alex, poniéndose de pie y dando pequeños saltos. — ¡No es mi novia!— aclaró Rai en un tono molesto. — ¡Da igual! Vamos a preparar las cosas.— Rai soltó una risa y se puso a armar toda la pijamada.

Alex y Rai pasarían la noche viendo películas de terror, jugando juegos y demás. Mientras que yo me estaba preparando mentalmente para la próxima vez que vea a Rai, y sobretodo, no paraba de pensar en que hacer la próxima vez que me encuentre con el padre de ella, realmente me aterraba la idea de que ése señor me odie.

Lᴀ ᴄʜɪᴄᴀ ᴅᴇʟ ᴀᴜᴛᴏʙús - RᴀɪʟᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora