Emociones (En curso)

Help

¿Qué las noches en penumbra dan miedo? ¿Qué bajar a los sótanos te hace sentir como en una peli de terror? ¿Qué sentir un mínimo ruido cuando todo está en silencio asusta? No... eso son bobadas de chiquillos, porque al contrario de las películas no fue una llamada el aviso de algo espeluznante, fue un mensaje:

"Me gustan mucho tus ojos, los quiero solo para mí"

Una chica invisible me enviaba mensajes, una chica que no conocía, hablaba cosas extrañas como que me amaba, yo creí que fuese alguna de esas de la universidad que se la pasan coladas por mí y la dejé por incorregible. Un día desperté y no amaneció el nuevo mensaje, había desaparecido, tal vez se había cansado de que la ignorara.

Pasaban las semanas y ya yo no me acordaba de aquellas estupideces de esa chiquilla obsesionada hasta que un veintinueve de noviembre vuelve a llegar un nuevo mensaje:

"Help"

Pensé en ignorarla como otras veces pero este mensaje era diferente, le pregunté si necesitaba ayuda y una llamada entró de ese mismo número, en aquel mismo instante:

—¿Hola? —fue lo primero que dije

—Hola querido cuervo —su voz sonaba sarcástica pero lo que más me sorprendió es que era la voz de una niña

—Pequeña ¿me dices tu nombre? ¿De donde me conoces? —quise saber

—Conozco todas mis presas —respondió

—¿A que juegas?

—Help

—¿Necesitas ayuda?

—¿Yo? —inquirió y después se oyó una fuerte risa —quien necesita ayuda eres tú

En ese momento detrás de unas columnas apareció Rocío, la mejor amiga de mi hermana de ocho años.

—¿Roci? ¿Qué haces a estás horas aquí? —le pregunté y la llamada se colgó

—Estoy jugando, debes correr

—Anda vamos a casa que no son horas de jugar

—Esta es la hora perfecta para este tipo de juegos —contestó con una sonrisa demasiado retorcida para su edad

Entonces jugamos el juego en que todo se veía rojo y salpicaban las paredes, jugamos y fue ella quien ganó.