Esto es mas que nada traducciones de cosas que me encuentro por Tumblr. El contenido no me pertenece las historias la saque de Tumblr en cada capitulo dejare de quien pertenece.
En el cual: le dices a Veritas que lo amas. Él se molesta contigo.
advertencias: a pesar de lo que sugiere la sinopsis, es pura dulzura, te lo prometo. 1.000 palabras, primera vez diciendo "te amo", lector/a un poco gruñón/a, sin menciones del género del lector, el Dr. Ratio tan enamorado que se vuelve tan cursi y enamorado. Confesiones.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"¿Por qué, por qué estás enojado?" Exclamas, observando cómo Veritas cruza los brazos y hace pucheros con la petulancia de un niño. Su mirada se ha apartado de tus ojos y todo lo que puedes hacer es sentarte en su regazo con los brazos colgando a los lados, tu mente buscando incansablemente todas las razones por las que podrías haberle enfadado.
Él no te da ninguna pista, en cambio, se ve disgusto en sus ojos.
"¿Es porque dije 'te amo'?"
El de pelo morado frunce el ceño y levanta la nariz, su cabello se mueve con sus acciones mientras tú te tambaleas ligeramente en sus piernas debido a su rápida reacción. Aunque te encanta su perfil de lado, te gustaría aún más si te hablara sobre lo que le preocupa.
En este momento, el mundo se detiene. Piensas que está genuinamente enojado, y el estado impulsado por la furia del Dr. Ratio no es algo que debas tomar a la ligera. Realmente, lo has visto varias veces, y aunque nunca ha sido dirigido hacia ti, esperas que nunca lo sea. Por eso te sientas en su regazo ahora, esperando tensamente su respuesta y la respuesta a lo que hiciste mal.
"Debería haberlo dicho primero", murmura, perdiendo la arrogancia que llena su tono cada vez que habla, el aire se llena de sinceridad.
"¿Disculpe?"
"Me escuchaste. Yo debía ser quien dijera 'Te amo' primero."
Tu confusión es tangible en este momento. Audible, si quieres, porque suena como el canto de una cigarra. "¿Estás siendo serio?"
"Letal."
"Tú... ¿por qué no pudiste simplemente decirlo?" Balbuceas, golpeando su deltoides definido, la preocupación se va transformando lentamente en frustración. "¿Necesito recordarte que fui yo quien te confesó primero también?"
"Sí, y fue absolutamente el mejor día de mi vida". Lo dice como si fuera un hecho simple. Sin sentimiento, sin declaración sincera, solo otra afirmación lógica directamente de un libro de texto de su vida.
Dicen que ser amado es ser cambiado, pero no importa cuánto ames a Veritas, todo lo que él sabe es ser un dolor astronómico en tu trasero. ¿Sabrá lo asustado que estabas por su respuesta? Pensaste que habías hecho algo imperdonable, o que él no te amaba lo suficiente como para responder de la misma manera, o peor aún, que ya no quería tener nada que ver contigo.
Sin embargo, ¿él está actuando mezquino porque no fue el primero en decir esas tres palabras? Francamente, no sabes por qué tu corazón late tan fuertemente por él. De hecho, quieres golpearlo en la cabeza con su propio códice.
Colocando tus manos firmemente sobre sus hombros, sales de tu posición desde su regazo y plantas tus pies en el suelo. "¡Oh, eres tan exasperante! Haz como si nunca dije nada y volveré a mi oficina hasta que tú...
Ni siquiera a dos pasos de distancia de él y una mano se aferra a tu muñeca para arrastrarte de vuelta a donde comenzaste: en el regazo del Dr. Ratio. Sus brazos te envuelven como cadenas, sin dejar espacio para luchar y liberarte.
"Nunca dije que pudieras irte. Especialmente después de decirme que me amas", murmura en voz baja contra tu clavícula, su aliento acariciando tu piel.
"Estoy empezando a arrepentirme".
"¿No puedes al menos decirlo de nuevo?"
"No quiero", murmuras, mientras tus brazos se enroscan alrededor de sus hombros. "No te lo mereces."
"Bueno, eso es un poco duro. ¿Así es como tratas a los que amas?"
"No has dicho ni una palabra en respuesta", le pellizcas la piel. "Habla de ser duro".
"¿Recuerdas la primera vez que nos conocimos?", pregunta con una risa cariñosa, sin perder la oportunidad de dejar besos en un rastro a lo largo de tu piel, subiendo por tu cuello. Luego, cuando sus ojos se encuentran con los tuyos, casi te derrumbas de vergüenza por el recuerdo que ha inyectado en tu mente.
Lo apartas y levantas una mano para proteger tus ojos de él, claramente reviviendo un recuerdo inquietante. "Por favor, no me lo recuerdes".
"Ya sabes, no todos los días alguien me regaña y tiene razón. Si no fueras tan hermosa, no lo habría dejado pasar, pero no todos los días una genio hermosa cae en mis manos con el valor de desafiarme".
"Estaba... agitada ese día, así que deja de hablar de eso, por favor. De hecho, por mi bien, por favor, olvida ese momento. Completamente".
"¿Olvidarlo? ¿Completamente?" pregunta el erudito con genuino asombro impregnando su tono. "Me enamoré de ti en ese mismo momento, ¿cómo esperas que deje de hablar de ello? Me convertiste en un tonto enamorado y esperas que no piense en el mismo momento en que sucedió? Cariño, ¡fue un momento crucial en mi vida!"
"No lo suficientemente crucial si ni siquiera puedes decir 'Yo también te amo'".
"Al contrario, te he amado por más tiempo. Te añoré en la vigilia y en mis sueños. Deseaba que miraras en mi dirección, y cuando lo hacías, nunca quería que tus ojos se desviaran de mí. Qué desgarrador fue cuando lo hicieron". Su mano se ha deslizado debajo de tu camisa ahora para frotar círculos en tu piel. Si se separó de ti, teme que te le escapes y lo peor que puedes darle es espacio. "¿Sabes lo que se sintió al perseguirte porque eras el único que estaba fuera de mi alcance? Durante tres años, lo único que quise fue ser tuyo. Me hiciste idiota".
Atónito por su confesión y el peso de la misma, lo dejas continuar, su lengua afilada suavizándose. La única motivación que ofreces es una mano que llega a acariciar su mejilla, apartando sus flequillos para poder ver su expresión en su totalidad.
Sus ojos dorados brillan cuando te miran de nuevo. Por primera vez, sientes que estás viendo las partes de él que Veritas oculta a todos los demás.
"Te amo", continúa con una devoción desgarradora. "Seguiré amándote hasta que los arroyos se detengan, los ríos se congelen y los océanos se sequen. Con trescientos mil ochenta y tres mil quinientos setenta y un planetas descubiertos en el cosmos, ese fenómeno tomará aproximadamente-"
Sellas sus labios con los tuyos en un suave beso, acunando su mandíbula y tragándote sus palabras. Como cera al fuego, Veritas se hunde en ti, completamente indefenso ante tus afectos.
Pero, oh, lo amas, y nada más en todo el universo importa.
