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La Muerte, desesperada y determinada a rescatar a su amada Abigail, intentó una y otra vez realizar el conjuro que le permitiría traerla de vuelta a su lado. Sin embargo, la magia era inútil sin la presencia de la joven a la que amaba.

Pero la Muerte no se rindió tan fácilmente. Decidió emprender una peligrosa y temeraria misión: ir a rescatar a Abigail, cueste lo que cueste, aunque ello significara enfrentarse a su propia muerte. Confiaba en que su amor por ella le daría la fuerza y la determinación necesarias para superar cualquier obstáculo y alcanzar su objetivo.

Decidió adentrarse en la oscuridad, desafiando a los peligros que acechaban en aquel lugar corrompido, dispuesta a arriesgarlo todo por el amor que sentía hacia Abigail. La Muerte sabía que el camino sería difícil y lleno de peligros, pero estaba dispuesta a enfrentarlos con valentía, porque sabía que su amor por Abigail era más fuerte que cualquier otra fuerza en el universo. Y así, con determinación y esperanza en su corazón, la Muerte partió en busca de su amada, dispuesta a sacrificar incluso su propia existencia por el bienestar de su amada.

Danzando con la  muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora