Rᴇᴠᴇɴɢᴇ: Tʜᴇ Lɪᴇs (ᴶᵉᵒᶰ ᴶᵘᶰᵍᴷᵒᵒᵏ) Completa

Prólogo

Todos decimos mentiras.

La mujer sentada junto a ti en el metro, el cura de tu parroquia cercana, los compañeros de universidad de ese grupo exclusivo; hasta ese chico eternamente enamorado su amiga a la cual que jamás le dijo cuando la amaba.

El padre de Han YuMi también mentía, al igual que todos a su alrededor y la única que no lo hacía era ella.

Adoptada en su niñez por el subdirector del orfanato donde fue entregada, Han YuMi vivió bajo el amparo del hombre más bueno de la comunidad que la rodeaba. Criada llena de cariño y todo lo que necesitaba también vivió atormentada por los mandamientos de su padre y la doctrina religiosa.

Han Woo Sik, un hombre devoto de su comunidad siempre hizo el bien y buscaba proteger a su hija de los hombres que traían la lujuria viva en la sangre, hombres de mala fe que solo buscaban la pureza de chicas como su hija y abusar de su inocencia.

Lo que Han Woo Sik no veía venir era que su hija en una oportunidad única, emprende viaje a un tranquilo pueblo a las afueras de Seúl a cumplir su practica universitaria en una escuelita rural y es ahí donde conoce a Jeon JungKook, un chico del cual no se sabe mucho pero llega a la comunidad para ayudar a una pareja de gente mayor que tiene una verdulería en el pueblo.

A través de los encargos de la escuela y los propios de su nuevo hogar, JungKook y YuMi se vuelven más cercanos hasta restar la distancia entre sus pieles haciendo que YuMi comience a derribar las mentiras que había sembrado el terror de su padre en su mente, dejando espacio para que las manos lujuriosas de Jeon se cuelen bajo su vestido.

Miré por la ventana con su voz a mis espaldas, estaba gritando cuando la que debería estar molesta era yo. Me abrazaba a mi cárdigan y mi vestido de anoche con fuerza e intentaba no llorar mientras JiMin seguía molesto hablando en voz alta lo que seguramente pasaba por su mente una y otra vez.

—¡No me cabe en la cabeza toda esta creencia acerca de los hombres y el infierno...

—No es el infierno— me giré para mirarlo y tenía su rostro algo enrojecido de molestia.

—¡YuMi, tienes veintiséis años y actúas como una niña pequeña que sigue creyendo las historias de terror de su padre!— se apegó contra la pared del cuarto y miró el techo.

—¡Me tocaste mientras yo dormía, te sentí!— mis lágrimas se desbordaron y rodaron por mis mejillas. —Fui clara con...

—¿Crees que yo me quería aprovechar de ti?— miró directamente hacia mí —¡YuMi llevamos cinco meses saliendo. Es normal que desee tocarte o que mi cuerpo reaccione cuando te tengo cerca ¡Me gustas!— la vena de su frente se marcó y aquello me llenó de temor. —Esto es culpa de tu padre y sus creencias arcaicas—.

—No hables mal de mi padre— miré el piso hacia mis pies descalzos que se enfriaban contra la madera del piso flotante —Él me advirtió de esto y los hombres

—¿Y crees que yo soy un hombre que solo quiere tener sexo e irse?— chisteó con su lengua y tomó asiento en la cama —Que tu padre diga constantemente que los hombres somos prácticamente unos animales que sacamos provecho de chicas como tu lo hace ver ridículo ¿Acaso él jamás sintió algo por una mujer?— se giró a verme de reojo —YuMi, él es un viejo que teme quedarse solo y te retiene con sus ideas religiosas acerca del sexo como un abuso de poder o temor a Dios, pero eso no existe— se levantó y me miró directo a los ojos.

—Entonces casémonos— hablé bajo con temor

—YuMi creo que debes pensar bien en lo que quieres y alejarte un poco de todo. Vivir tu vida por tu cuenta por un tiempo— sacó de su cajonera junto a la cama y me dió una tarjeta —Llama a la oficina y pide esa pasantía a Gwang Village

—¿Iremos juntos?— Tomé la tarjeta en mis manos, miré el nombre y el número telefónico para luego pasar a sus ojos ahora húmedos y brillantes.

—No YuMi, irás sola. Ambos necesitamos darnos este espacio— se acercó a mí —Y quiero que no pienses en mí mientras estás allá, solo experimenta la vida nada más. Lo que pase allá se queda allá ¿Me entiendes?— su calor corporal me recorrió el cuerpo pero yo seguía rechazando su tacto por la forma en la que me había acariciado el cuerpo bajo las sábanas de su cama.

—Está bien— lo aparté lentamente y él salió del cuarto rumbo al baño.

Tomé mi chaqueta y mis zapatos dejando la llave de su apartamento en la mesa de la cocina pensando si era buena idea darnos este espacio por unos meses. Lo bueno era que quizás podía olvidar el miedo que se colaba en mis huesos cada vez que intentaba interactuar conmigo de forma íntima.

Mi padre dice que cuando los hombres quieren algo de ti se acercan de forma íntima para marcarte como si fueras ganado. Tomarán de ti todo lo que deseen y luego te envuelven en su perversión transformándote en un juguete para ellos, es por eso que una desea involucrarse en este vicio de la intimidad.

En la oficina la maestra Wang me entregó una carpeta con los datos del párroco del pueblo Gwang Village que quedaba lejos de aquí siendo una desviación única del camino que unía a Busan y Seúl. Un pueblo perdido en el mapa pero reconocido por su calma y hospitalidad, pocos habitantes y el analfabetismo.

—Son un pequeño grupo de niños de la zona a los cuales el padre Lee desea enseñarles a leer y pensé en ti desde el primer momento— sonrió la maestra —Y tendrás tiempo para escribir ese libro que tanto deseas— tomó mis manos sobre el escritorio —Tu padre estará orgulloso de tí

—Eso espero maestra Wang

No olviden pasarse a leer las maravillosas historias que complementan esta colaboración

@WangNini_ @dorasilove