Capitulo 12: El bebé perdido

90 19 21
                                    

Era la tercera en la fila para la tienda de los Choi y había mucha más gente tras de mi para poder obtener frutas y verduras frescas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era la tercera en la fila para la tienda de los Choi y había mucha más gente tras de mi para poder obtener frutas y verduras frescas. El verano estaba siendo fructífero para toda el comunidad GwanYang Village y podría asegurar por la cara del Sr. Choi que se harían ricos solo con la venta de hoy.

—Quiero dos cajas de fresas, unas coles y brócoli además de un gran trozo de cerdo, cebollines y morrones— sonreí sacando el teléfono que me vibraba en el bolsillo pero por el tumulto de gente no alcanzaba a escuchar lo que mi padre, quien había llamado, me decia a través de la linea así que me vi en la necesidad de cortar la llamada.

—Son muchas cosas, le diré a JungKook que se las lleve a casa más tarde ¿Le parece?— preguntó la Sra. Choi mientras guardaba todo en una bolsa de papel.

—¡Me parece perfecto!— JungKook apareció entre la gente y tomó la siguiente caja que tenía pedidos —. Obviamente despues de todos estos encargos, supongo que la Srta. Han no le molesta esperar— sonrió.

—Estaré con la Sra. Kwon, le agradecería que me llevara a casa ya que con este calor pedalear de vuelta se hace un infierno— me limpié la frente para sacar el sudor de mi frente y le guiñé a JungKook quien se giró a mirarme antes de desaparecer por la puerta.

Luego de pagar mis compras miré en la puerta de la Sra. Kwon un papel que decia "Salí un momento, ya vuelvo" y me llamó la atención. Justo al doblar la esquina de la avenida la ví botando las flores secas del altar entrando de nuevo a la capilla que tenia sus puertas abiertas.

Me asomé a mirar notando que no había nadie más que ella ahí y caminé con la mayor tranquilidad del mundo, el lugar parecía ver sido encerado hace unos momentos y la frialdad el lugar hecho de adobe y paja le daba esa cualidad de frescor en pleno verano ardiente.

—Leí el papel y pensé que podía estar aquí— le hablé tomándola por sorpresa.

—Siempre que esté abierto este lugar voy a estar aquí— sonrió acomodando las flores en el gran jarrón —. ¿Podrías ayudarme con las demás flores?

—¿Habrá ceremonia hoy?— pregunté curiosa ya que hacían días que no veía al Padre Lee por el pueblo.

—Sí, es una misa que se hace para agradecer la cosecha— mostró la cesta en el altar —. Todas las familias que tienen terrenos son responsables de rellenar esta canasta con uvas para el Padre las reparta en la eucaristía y este año han dado muchos frutos las parras de nuestro pueblo, ya sabes que con el clima aquí es imposible así que consideramos que es un regalo del señor— miró el cristo crucificado —. Con mis uvas pediré el deseo de poder volver a ver a mi bebé

—¿Se pueden pedir deseos?— la miré curiosa.

—Cuando el Padre te da la ostia te entregará un grano de uva o quizás más y cuando te lo lleves a la boca puedes hablarle a Dios y pedirle lo que desees— acomodó las ultimas flores  en el jarrón y cruzó el altar para ir por el siguiente.

Rᴇᴠᴇɴɢᴇ: Tʜᴇ Lɪᴇs (ᴶᵉᵒᶰ ᴶᵘᶰᵍᴷᵒᵒᵏ) CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora