La joven se encontraba en su habitación sentada sobre la cama acurrucada entre las finas sábanas de ceda, con la mirada perdida en el cielo nocturno que desplegaba su bello manto de astros y cuerpos celestes espectáculo que se apreciaba desde la vista de una ventana a la luz de la velas de los candelabros plateados de la habitación.
Tenía la mirada perdida en el horizonte más la suave brisa fresca que se colaba en la habitación hasta que sus pensamientos son interrumpidos por un llamado a la puerta.
- Adelante -expresó.
Tras un pequeño chirrido, tras la puerta de fina madera bautizada apareció la figura de Lourdes asomándose por una rendija.
- ¿Ocupada? -preguntó.
- No Lourdes, adelante pasa de todas formas esta es tu casa -agregó simpática mientras acomodaba los mechones de cabello tras sus orejas.
- Gracias -expresó mientras se adentraba en el cuarto mientras una esclava la acompañaba- Como no alcanzaste el postre -dijo acomodandose el vestido para hacerle compañía a la doncella en la cama- me tomé la osadía de traerte una rebanada de pastel, es tu favorito.
- No te hubieras molestado, no era necesario además no tengo ambre.
- Bueno, si eso desea, ¡Gemma! -se dirigió a la esclava que permanecía de pie junto a la cama con la charola en las manos- Regrese a la cocina y de paso dile a Olga que Cassandra rechazó su pastel.
- No...espera -Se abalanzó al ver a la mujer con intención de irse- Esta bien, lo acepto, pero ojo eh, lo hago porque Olga lo hizo.
Lourdes sonrió complacida y tomó la charola en las manos para alcanzarse a la joven el bocadillo- Olga siempre te quiso mucho, recuerdo que cuando eras más pequeñas pérdidas el mismo postre todas las noches e incluso hasta el día de tu cumpleaños -sonrió.
Cassandra comenzó a reír al recordar aquellos tiempos, recordaba que su madre la reprimia por comer tanto postre, alegando que iba a engordar y nadie la iba a querer nunca y aún así comia a escondidas.
Lourdes le ordenó a la mujer que fuera a descansar y así se quedaron ambas en la habitación, la mujer observaba a la joven sonriente mientras degustaba el postre y después de un suspiro comenzó el tema de conversación.
- Puedo notar...que las cosas últimamente han estado muy tensas entre tú y Amaro, ¿No es asi?.
- Amaro es un auténtico monstruo la verdad, odio esa pose de hombre líder al cual todo el mundo le debe obediencia y respeto, no soporto que se meta en mis decisiones en mi vida, no sé porque se ensaña contra mí, esa actitud...
- Esa actitud es la que tiene con su hija, con su hijo, y creo que hasta con su mujer debió haber visto ayer como Amaro maltrataba a su hijo y Krisel no dice nada al respecto y hasta creo que en sierto punto ella le teme -murmuró la última frase.
- Pero es que si así fuera la entiendo, Amaro es un troglodita pero aún así que haga lo que quiera con su familia pero que a mi me deje en paz -agregó tomando otra cucharada de pastel- Y la idea de ser novicia no es ningún berrinche...lo he pensado y....creo que es la mejor decisión prefiero eso antes que un matrimonio arreglado.
La mujer lo pensó por unos instantes y luego comenzó a acariciar su rubia cabellera.
- Pero...tal vez y la idea de un matrimonio no sea tan mala después de todo, se que puede parecer intimidante e incluso asustar pero la verdad no es tan malo como parece.
- Lourdes, con todo el cariño que te tengo debo preguntar, ¿Acaso este jesto de bondad es un truco para tratar de convencerme?.
- Como cree, claro que no, sólo pienso que tal vez tienes una idea un poco errónea sobre el matrimonio.
ESTÁS LEYENDO
Quintillizas
Historische RomaneEste libro narra la historia de la Familia Belmonte, una de las más influyentes en la Aberfort de 1700 y de como los miembros de ésta misma se ven envueltos en batallas internas sobre el compromiso y el deber cuestionando lo que se deve y lo que se...