El joven miró a la chica impresionado por la propuesta, ella permanecía de pié frente a él con la mirada decidida a hacer una locura que sólo aguardaba una confirmación.
- ¿Acaso enloqueció? -la observó con curiosidad.
- Supongo que sólo diré que no pienso dejar que nadie me ponga límites y se los pienso demostrar a todos, sólo necesito de la compañía de un noble caballero que me ayude a cumplir dicha proeza, ¿qué dices?.
Gaél y David observaron a Tobías con impactada atención aún con la boca abarrotada de golosinas cuando de repente después de pensarlo unos segundos se puso de pié y quedó frente a frente con la doncella.
- Cuenta conmigo -objetó decidido tomando su mano, ella lo miró con orgullosa ternura y después juntos de manos salieron rumbo al salón principal.
- Esto se va a poner feo -opinó Gaél siguiendolos con la vista.
Ambos jóvenes rebosantes de impetu y adrenalina salieron rumbo al salón, en donde los hombres estaban reunidos en grupos distintos en cada rincón hablando de negocios y las damas sentadas en las sillas o charlando en los rincones con los abanicos en el rostro, cosa que hacían más que para refrescarse era con el objetivo de que no fuera evidente cuando criticaran a otra persona. Cassandra se acerca a los músicos quienes ahora sólo tocaban los violines para otorgar al entorno un agradable ambiente y llamó.
- Oiga señor, ¿tiene un segundo por favor? -gesticuló la doncella haciendole una seña de aproximación al director de la orquesta.
- Si, ¿desea algo señorita? -respondió acudiendo al llamado. Era un hombre regordete notablemente panzón, vestía un traje negro cuidadosamente planchado y unos zapatos relucientes de color negro y carecía de cabello en el centro de la cabeza.
- Un placer, Cassandra Belmonte -hizo una reverencia al presentarse y después añadió-. Me encantaría consultarle algo -expresó-. No he tenido oportunidad de bailar ningún baile hasta el momento, así que me encantaría que por favor usted tocara una pieza para mi -propuso.
- Lo siento mucho señorita Belmonte, el problema es que todas las piezas musicales están estrictamente planificadas para durar toda la noche -expuso-. Tal vez podría esperar a la proxima ronda.
- Está bien -expresó con tolerancia-. ¿Cuándo es la próxima ronda?.
- Dentro de tres a cuatro horas señorita -comunicó.
- ¡Oh, por Dios!, ¿tanto? -gesticuló con impaciencia- ¿No puede hacer un esfuerzo?, alguna canción cualquiera, algo -buscó opciones.
- Lamentablemente no podemos ayudarla.
- Entonces se puede saber cómo es que se hacen llamar músicos si a la primera improvisación se hechan para atrás, no disierno -se sobresaltó con histérica contención.
- Ca...calmece señorita cre..creo que podemos encontrar una solución -intentó suavizar el músico la evidente irritación de la joven.
- ¿A ver? -expresó agresiva.
- Pues mi orquesta y yo tenemos pensado hacer una carrera como músicos independientes y bu...bueno, hemos estado trabajando en un número de creación propia...
- Perfecto -respondió decidida antes de que el director de la orquesta concluyera su afirmación-. Que mejor manera de comenzar un proyecto tan ambisioso como al que aspira, si no es en un evento tan importante como en la ocasión presente -accedió evidentemente insitando al músico-. Entonces a mi señal -indicó retirándose mientras el caballero retornaba a su puesto junto a la orquesta.
- ¿Cómo que te rechazó?, inaceptable, totalmente inaceptable -se desesperó el hombre-. Ninguna mujer puede hacerle tal desplante a un hijo de Gaspar Ramírez, ningúna -ratificó con disgustada autoridad.
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Quintillizas
Historical FictionEste libro narra la historia de la Familia Belmonte, una de las más influyentes en la Aberfort de 1700 y de como los miembros de ésta misma se ven envueltos en batallas internas sobre el compromiso y el deber cuestionando lo que se deve y lo que se...