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Capítulo 2: Primera reunión.

El día 32 del cuarto mes del año 1546 del calendario continental, el trono me fue cedido contra mi voluntad, uno pensaría que gracias a mi poder podría luchar contra ello sin embargo al final y probablemente debido que en realidad volver a casa ahora mismo está en pendiente debido a que no sé cómo hacerlo por mí mismo.

Pero volviendo al tema de la coronación, esta ocurrió en la capital del reino de Elfrieden, una ciudad llamada Parnam, que como toda capital era donde se encontraba la principal cede de gobierno de un país, en este caso el castillo de Parnam, alrededor del cual se había levantado una ciudad, que en una cierta forma me recuerda un poco a la estructura europea con unos ligeros tintes mediterráneos, los techos en los barrios nobles y campesinos eran de un color naranja uniforma, personalmente opino que quedaría mejor el rojo pero el naranja no se ve tan mal, por lo menos no son de ese tono azul desentonaste.

El castillo de Parnam estaba en el centro de la ciudad, estaba conectado con las puertas en los cuatro puntos cardinales por dos grandes carreteras que siempre estaban ocupadas por carruajes y/o grandes bestias de carga, o bestias montadas, y por supuesto además de las carreteras principales también había innumerables caminos de adoquines pequeños que comenzaban desde el castillo, y estos caminos estaban conectados por caminos más pequeños... por lo que Susaku me dijo, visto desde el cielo el diseño de los caminos era un poco como el de un copo de nieve, los cuales estaban flanqueados por mercaderes y comerciantes, y siempre estaban llenos de personas.

No es que eso fuera una gran sorpresa dado que aparentemente hoy era un día festivo, además de ser también el primer día en que yo el nuevo rey Naruto, o Qin como convencí a todos de llamarme había tomado el trono, y por lo que había escuchado el mercado estaba incluso más ocupado que de costumbre, no obstante este cambio repentino de monarcas había causado tensión en la ciudad del castillo por un tiempo, pero una vez que habían escuchado que el trono fue cedido al héroe invocado y que el ex rey Albert había anunciado su abdicación por propia voluntad... bueno propia voluntad del rey ya que yo mismo me había negado más de una vez hasta que discutir se había vuelto más molesto que útil, aunque aun no entiendo muy bien porque razón insistió en el compromiso con su hija, y aparentemente no era el único pues muchas personas estaban confundidos por esto, o al menos lo estuvieron durante un buen tiempo.

Después de todo si bien mi método de gobierno de "aplasta a todos los que se te opongan y protege con tu vida a todos los demás" contrasta enormemente con el método de Albert de "ser amado por tu pueblo" la gente dejo de hablar... al menos las cosas malas.

Susaku realmente fue muy útil para ayudarme a mantener un ojo en las personas, y algunos cuantos en realidad tenían interpretaciones bastante curiosas, aunque la mayoría eran indiferentes, lo que solo me dejo una cosa clara sobre este reino, y eso era que aparentemente la actitud indiferente del rey era muy una especie de moda en el lugar si el que todos fueran indiferentes a lo que pasara era una señal de ello, es decir incluso pese a que el trono se me fue impuesto por la fuerza, la gente no se resistió en lo absoluto, a decir verdad era un poco decepcionante que no hubiera pasado, no obstante agradecía que fuera un día pacifico.

- ¿Su? Pregunte tan pronto como note como mi fiel compañera fénix saltaba de su percha para ponerse frente a mi escritorio.

- Algo está pasando Qin, iré a echar un vistazo. y con eso dicho y tras enlazar nuestras vistas gracias a nuestro vinculo ella simplemente salió volando, por la ventana.

Donde efectivamente algo había cortado la apacible tarde, o mejor dicho alguien, alguien que estaba cabalgando un caballo blanco a toda velocidad con sus cascos aparentemente sin herraduras resonando en los adoquines.

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