To be threatened by secrets and lies || Pretty Little Liars

3-. To kill a mocking girl

Las chicas estaban en el bosque dirigiéndose a donde solían ir cuando eran niñas para hacer algo en memoria a Alison. Liv no tendría nada en contra de esto sino fuera en un lugar que la hacía sentir sucia y con tantos mosquitos.

—¿Y esto de quien fue idea? —preguntó Hanna mientras caminaban.

—De la mamá de Emily —dijo Spencer.

—Esto fue idea mía, mamá solo dijo que debíamos hacer algo por nosotras.

—¿Y no podía haber sido algo sin tantas moscas? —preguntó Hanna.

—¿O sin tanta tierra, o sin hormigas, o sin bichos en general? —apoyó Liv, rascándose un brazo. La tierra en el bosque la hacía sentir sucia y los bichos la hacían sentir una comezón horrible.

—No son moscas, son mosquitos —aclaró Aria.

—¡Como sea! Son pequeños y se me están metiendo en la nariz.

—Debió haberlos atraído tu perfume, tu producto para el cabello y tu lápiz labial —le dijo Spencer.

La mención del lápiz labial le recordó a Liv sobre el mensaje de A que le había llegado la noche del funeral de Ali. Se preguntaba si A estaba insinuando que a ella le atraía Hanna. De tanto pensarlo los últimos días le daba vergüenza ver a Hanna a la cara.

—¿Que quieres decir, que atraigo a las moscas? —le preguntó Hanna, ofendida.

—Mosquitos —volvió a corregir Aria.

—Cuidado, Han, no vaya a ser que los mosquitos se enfaden porque les digas moscas y entren también en tus oídos —dijo con una sonrisa de lado, Hanna sonrió y Aria rodó los ojos.

—¿Por que siento que este no es el camino correcto? —preguntó Emily.

—No, sí lo es. Recuerdo ese árbol, es el punto medio —les aseguró Spencer—. Hay ciento treinta y seis pasos hasta el cobertizo.

Las chicas la miraron con extrañeza.

—¿Has venido desde lo de Alison? —preguntó Em.

—¿Venir? No, claro que no.

—Pero, recordaste este árbol —dijo Aria señalándolo.

—Y los pasos exactos —señaló Liv.

—Chicas, no es tan raro. Veníamos cuando éramos niñas todos los días. Y aun después.

—¿Pero la cantidad exacta de pasos? —insistió Liv.

No tuvo importancia porque las chicas rápidamente cambiaron de tema.

—Creo que no es lugar indicado para hacer un... como le llames, altar —dijo Spencer.

—No es un altar. Es un lugar para recordar a Alison, ¿que hay de malo?

—Hacerlo aquí es como si tuviéramos algo que esconder —explicó Spencer.

—¿Te preocupan lo que puedan decir? —le preguntó Emily.

—¿A ti no? ¿Quieres darle más razones a ese detective para interrogarnos?

—Suenas como mi mamá —comentó Liv con una mueca.

Liv notó como Hanna soltaba un suspiro, incómoda ante la anterior mención del detective Wilden, y comenzó a caminar. Ella no dudó en seguirla y la tomó de la mano antes de preguntar.

—¿Estás bien? —preguntó en un susurro, pues las demás no sabían todo. Hanna asintió, pero en su rostro podía ver que no lo estaba—. Mira, lo vamos a resolver. No se como, pero lo haremos, te lo aseguro.