No iba a mentir, sí había sido raro.
Una vez que se despidió del Yoon en la entrada de su departamento, cerró la puerta y se quedó allí, de pie, internalizando lo raro que había sido todo aquello. No raro de espeluznante, claro, pero definitivamente todo el asunto de olerla fue... particular.
Es decir, había leído algo como eso antes. Todo el asunto de las hormonas y el olor particular del sudor de algunas personas combinado con los perfumes y bla bla bla. Sabía que para algunas personas, el aroma del sudor de sus parejas les podía llegar a parecer atractivo. Conocía la teoría.
También estaban ese sin fin de tropos de libros de romance en el que los protagonistas quedaban encantados por el aroma personal de sus parejas y todo el asunto del Omegavers...Si, esperaba nunca tener que explicarle eso a alguien (o el cómo lo sabía).
¿Pero en la vida real?
Nunca esperó encontrarse con alguien que, bueno, la oliera. Es decir, claro que había salido en citas con hombres que alegaban su perfume, y por supuesto que cuando se preparaba para esas citas utilizaba cremas para el cuerpo con aromas en combinación con su perfume. Pero ese era un detalle dirigido más hacia ella misma, algo que le gustaba hacer para sentirse sexy y agradable. Nunca esperó algo más que un halago superficial por parte de su acompañante, en caso de que recibiera uno.
Nunca se imaginó un escenario en el que dicha pareja se sintiera particularmente atraída por su aroma o el de su perfume. Entonces, a pesar de haber tranquilizado al castaño, si encontraba todo el asunto un poco extraño.
Eso no quería decir que le hubiera mentido, en realidad, una vez que hizo el símil, genuinamente tenía la idea de que aquello podría ser como aromaterapia. Tal vez, las notas aromáticas de su perfume estimulaban una respuesta relajante en Yoon Ji Hoo y por ello podría ser de ayuda a la hora de conciliar el sueño.
Esperaba que funcionara.
Si rociar algo de su perfume en las sábanas de su cama o en el ambiente de su habitación, lo ayudaba a ser el ermitaño perezoso que había conocido por primera vez hace algunos años, pues que así fuera. No iba a ser ella la que lo mirara con recelo.
Estaba bastante cansada, satisfecha por las compras que hizo, pero cansada. Abrió el agua caliente y la dejó correr para que se llenara su nueva y linda bañera. Roció algunos aceites esenciales y un baño de burbujas, se despojó de la ropa que llevó durante todo el día y en cuanto la bañera estuvo lo suficientemente llena se metió en el agua.
Se sumergió en el agua, incluyendo la cabeza, y permaneció allí durante unos segundos. Luego salió a superficie y se recostó en el borde, con los ojos cerrados, permitiendo que sus músculos se relajaran.
- Quiero una copa de vino.
Se quejó en voz alta.
Lamentablemente no podía tomar vino por el momento...De hecho, tendría que evitar cualquier tipo de bebida alcohólica durante los siguientes meses. Preferiría saltarse todo lo de la abstinencia, pero no tenía alternativa.
Iba a pasar los siguientes 20 o 30 minutos metida en aquel maravilloso baño. Inundada por el aroma de los aceites relajantes y sintiendo la calidez del agua en todo su cuerpo. No quería pensar en las cosas que tenía por hacer, no en el trabajo y tampoco en la decoración de su apartamento. Le encantaba la decoración, era la verdad, pero por ese día había tenido suficiente.
Tal vez por eso su mente comenzó a divagar.
Estaba adormilada cuando le sobrevino un recuerdo.
Era de unos meses atrás, cuando estaba en New York, en su antiguo apartamento, de aquella noche cuando se emborrachó con Ji Hoo. Se había quedado dormida en el auto que tomaron de regreso a su lugar, y cuando llegaron, fue el castaño junto a su secretaria los que la ayudaron a bajar.
ESTÁS LEYENDO
Degrees of Connection
Romantik¿Han escuchado sobre los grados de separación? Se supone que todos conocemos a alguien que conoce a alguien que conoce a otro alguien que, sorpresa, conose a alguien también... El caso es, que todos estamos conectados de alguna manera por ese amigo...