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Punto de vista: [] explicación. <>pensamiento.

Narra ___*

-¿Cuál será el primer movimiento? -pregunté.

-Reencontrarte con el Camaleón. 

-¿Cuál es tu plan? -le seguía el paso, pareciese que íbamos al mercado. 

-Él siempre se encuentra ayudando a los pueblerinos a estas horas de la mañana, y más por el mercado, es la hora que salen las jóvenes y acompañan a sus madres a hacer el mandado, ellas aprovechan la oportunidad de ver al joven Madrigal y tratar de cortejarlo. Aunque eso sólo las a llevado al fracaso, ninguna joven a llamado la atención del Camaleón, simplemente se dispone a jugar con ellas. Pero sé que está esperando el regreso. 

-¿El regreso de qué? ¿De qué hablas? -pregunté un tanto confundida. 

-Tú regreso, por supuesto -una sonrisa ladina apareció en su rostro. -El Camaleón no a tenido ojos ni corazón para ninguna mujer que no sea ___ Rodríguez. 

-¿Por qué lo dices tan confiada, abuela? 

-Porque sé las cosas que te decía de niños, él estaba perdidamente enamorado de ti. 

Nos acercamos a un puesto de verduras y frutas, la abuela tomó un canasto y comenzó a analizar las manzanas y colocar en la cesta las que eran de su agrado. 

-Tú misma lo has dicho, estaba, tiempo pasado, ahora soy mayor y él también es un adulto. 

-Nunca subestimes el corazón humano ___, ese puede ser tu gran error si lo haces. 

Iba a contestar, pero vi a la abuela que estaba mirando hacia atrás en mi dirección, así que hice lo mismo y divisé a Andrea, hablando con el mismo chico que la dejó anoche frente a la casa. Andrea estaba con los brazos cruzados y con el semblante un poco serio, mientras que el chico de rulos tenía una sonrisa divertida. 

-Iré a la tienda por algunas cosas, esta es tú oportunidad, no la desperdicies. 

Y sin más, ni dar explicaciones o detalles, se fue dejándome totalmente sola. Tal vez para pensar a que se refería, junte algunas manzanas que sean del agrado de la abuela. 

Narra Camilo*

Nueva mañana, nuevo día. Me desperté y arreglé los más pronto posible, ya olía las arepas que la tía Julieta había hecho para el desayuno, moría de hambre. Me miré al espejo, acomodé mis risos con crema, me eché un poco de perfume y sonreí ante mi reflejo. <De verdad que era guapo. Sé perfectamente porque las chicas suspiran cada vez que me ven>. Me vi por última vez, no sin antes lanzar un beso a mi reflejo y salir por fin de mi habitación. 

Casita era un caos, toda la familia iba de allá para acá, sabía cual era la razón, pero están haciendo bastante alboroto por un insignificante cumpleaños, solamente pueden hacer este alboroto cuando se trata de MI cumpleaños, y no lo es. 

-¿Tanto escandalo por un simple cumpleaños? -pregunté recargándome en el barandal de la escalera. 

-Te recuerdo, tonto hermano, que siempre se hacen estos escándalos previo a las fiestas, y si mal no recuerdo, tú eres el que hace más alboroto cuando se trata de tú cumpleaños -mi hermana Dolores había aparecido a mi lado de repente, llevándome un susto de paso. 

Mi venganza ➵Camilo Madrigal 🕯️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora