Susurros del Corazón

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"Ella vale la espera", cerré el libro con un suspiro mientras mi mirada se alzaba hacia el techo.

¿Alguna vez yo vali la espera para alguien?

Era obvia la respuesta; no.

Quizás era mi culpa, las personas a las que escogí querer, admirar, gustar, nunca sintieron lo mismo por mí. Al menos no al principio y, en algunos casos en ningún momento de nuestra historia.

Así que pensé que era mi culpa. Que no me escogieran, que no buscarán de mí.

Quizás mi personalidad tranquila y tímida no era algo que un hombre viera precioso de perseguir. Quizás yo no valía el esfuerzo, el tiempo, la espera.

Así que cambie.
Cambie cada pequeña parte de mí a una más brillante, más accesible, más deseable. O al menos eso pensaba yo.

Porque ahora me doy cuenta. No hice más que venderme a cualquiera que siquiera me mirase. No hice más que ofrecerme a cualquiera.

Necesitada de amor.
Necesitada de atención.
Sola y rechazada.

Y me desprecie a mí misma, y por ende, los demás me despreciaron a mí. Me tomaron como algo seguro. Como la chica que estaría esperando, siempre dispuesta a ellos. Siempre abierta y necesitada.

Así que ¿para qué esforzarse? ¿para que esperar? ¿para qué buscar? Si yo ya me había vendido.

Nunca valí la espera, el esfuerzo, la lucha.

Cuando fui retraída y me guardaba nadie quiso estar con alguien tan cerrado. Tan tímido, tan simplón y aburrido.

Y, cuando me abrí y trate de llenarme de joyas, de llamar la atención, de cambiar cada pedacito de mí, fui demasiado accesible para que alguien siquiera pensara que yo era digna de su esfuerzo.

Tengo la terrible necesidad de sentir que buscan de mí.
Que luchan por mí.

A pesar de ser un alma rota, corrompida, dañada y abierta en miles de pedazos.

A pesar de ya no ser esa alma pura que alguna vez fui, llena de sueños y de deseo de un amor puro y dulce.

Añoro sentir que no soy la única que busca hacer todo, que no soy la que busca y se ofrece hacia él en su comodidad.

Estoy cansada de ser yo.

Quizás carezco de eso que tienen todas las demás mujeres. Eso que atrae, eso que hace sentir que son merecedoras de ese esfuerzo.

Quizás mi cruz es cargar con ser un casi.
Casi tan encantadora.
Casi tan bella.
Casi tan merecedora.

Casi.
Casi.

Casi.

-Catarsis;;