Mi vida estaba dando un giro de noventa grados, y todo se debía al haber sido transferida desde la sucursal del resort Dreamland de Chicago a la sede principal en Seúl, Corea del Sur; desde que tenía uso de razón me gustaba servir a los demás, dado que muchos hermanos de la congregación y decian que tenía ese don de parte de Dios de siempre querer ayudar y servir a otros.
Sentía plenitud al servir a Dios y a los demás, más que recibir o ser servida en todo los aspectos.
Y por ello disfrutaba trabajar de encargada en el resort desde que tenía veintiún años, siempre procurando que los huéspedes se sintieran cómodos y bienvenidos, pero sobretodo que pudieran sentirse como en casa.
Amaba las sonrisas de satisfacción y bienestar en los huéspedes, y en cada persona al recibir ayuda o servicio cada vez que podía, en especial cuando les hablaba sobre Jesús cuando la oportunidad se presentaba.
Pero...
───No quiero tu amabilidad falsa.
¿Cómo impedir que esas palabras hirieran mi corazón de esa forma? Hice todo lo que creí correcto, fui honesta en todo y siempre le pedí al Padre por dirección.
Y aún así... Da Won me lastimaba.
───Yo... lo lamento, señor Song. ───Murmuré al realizar una venia como era costumbre en aquel país, soportando las ganas de llorar en ese momento tan vergonzoso para mí.
Todo en aquel evento que había organizado para que saliera perfecto, se vino abajo gracias a alguien que creí era mi amiga... pero solo era alguien cegada por la envidia que deseaba mi mal.
Y no fui lo suficientemente precavida para verlo...
───Dije que no quiero tu falsa amabilidad, porque quiero que te abras conmigo.
Tales palabras solo me hicieron verlo con asombro, seguido de él acercándose hasta a mí para abrazarme con fuerza, provocando que las lágrimas retenidas al fin salieran de mis ojos. Tantas emociones acumuladas en un mar de angustia finalmente salieron, y solo pude llorar en silencio mientras oraba por fortaleza y que mi corazón dejara de sentirse herido.
Su mano cálida se posó detrás de mi cabeza para acariciar mi cabello, sintiendo cómo me mecía ligeramente entre sus brazos a modo de arrullo para calmar mis llantos silenciados en la ataraxia.
───Fueron... meses de planificación para este evento... y lo arruiné... ───Musité hipando entre sollozos, recordando todo el esfuerzo realizado para que fuera directo a la basura.
La humillación hacia mi persona era lo de menos, la cara de decepción de los huéspedes y compañeros de trabajo por algo que no había hecho era lo que más lastimó mi corazón.
¿Estaría Dios también decepcionado?
───Y eso tendrá su recompensa, recuerda que los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien. ───Que Da Won me dijera eso, era como bálsamo a las heridas de mi corazón.─── tendrás tu recompensa por tu esfuerzo, y las mentiras saldrán a la luz.
Solo podía entender una cosa, y es que este agrio jefe mío que era todo un cristiano frío... había cambiado para bien, dejándose moldear por Jesús para ser realmente lo que Dios deseaba ver en él.
Aunque fuera tosco en sus palabras o no supiera expresarse correctamente, sé que yo debía entender que no tenía intenciones de herirme, no a propósito al menos.
───No quiero una amabilidad o felicidad falsa de tu parte sabiendo que estás quebrándote por dentro, conmigo no quiero que finjas nunca más.
Y tenía toda la razón, no debía fingir nunca más porque la hipocresía es un pecado.
Aún quebrándome por dentro, debía ser honesta con Dios y con mi jefe.
Ayayayayyyy, el prefacio está fuerte 🫢 y lo que viene también 😂😂 espero les vaya gustando esta historia porque también estoy entusiasmada con ella 🤍
¡Dios les bendiga y gracias por leer! 🤍✨
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ᴀɢʀɪᴅᴜʟᴄᴇ || novela cristiana
SpiritualEstar calificada para ser una empleada de un resort no era tarea fácil, especialmente cuando el jefe nunca había dado la cara y estaba la incertidumbre de cómo sería él. Para Ava era difícil adaptarse al ritmo de trabajo en un país que no era el suy...