Tres: Vaya primer día

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El resort en verdad era aún más grande por dentro que por fuera, parecía como si tuviera la facilidad de expandirse conforme avanzaba por el recinto a comparación del resort en Chicago.

Había recibido la inducción por medio de una empleada que estaba mostrando las instalaciones, me parecía bastante agradable y su nombre era So Hae aparte que era bastante amigable y dulce. Podríamos ser buenas amigas y compañeras de trabajo durante mi tiempo como empleada en el resort.

───Esta será la sala de descanso de las empleadas, y cerca está la cafetería para empleados para que puedan almorzar o directamente pueden salir a comer en otros lugares que estén cerca del resort. ───Las explicaciones eran detalladas y lo agradecía bastante, no tendría que estar preguntando por cada cosa gracias a So Hae.

───Entendido. Muchas gracias, So Hae-ssi. ───Hice una referencia a forma de agradecimiento por su hospitalidad, mientras que ella seguía sonriendo en mi dirección.

───No hay problema, Ava-ssi, ahora te guiaré hasta el vestidor para que te coloques el uniforme y comiences con tus labores hoy mismo.

Asentí suavemente sin dejar que el nerviosismo se apoderara de mí, tenía que estar segura en Dios de que Él iba a ayudarme y guiarme a hacer todo correctamente durante mi estadía aquí, pero aún como el ser humano que soy era entendible sentir temo...

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Asentí suavemente sin dejar que el nerviosismo se apoderara de mí, tenía que estar segura en Dios de que Él iba a ayudarme y guiarme a hacer todo correctamente durante mi estadía aquí, pero aún como el ser humano que soy era entendible sentir temor y nervios para empezar en un lugar nuevo dentro de un país que no es el tuyo.

Cuando estuve dentro del vestidor colocándome el uniforme (muy lindo por cierto), estuve haciendo una oración precisa al Señor para que me guiara con su Espíritu a hacer lo correcto, y que quitara de mí todo pensamiento o nervios que pudieran estar afectándome en mi trabajo.

Cuando estuve dentro del vestidor colocándome el uniforme (muy lindo por cierto), estuve haciendo una oración precisa al Señor para que me guiara con su Espíritu a hacer lo correcto, y que quitara de mí todo pensamiento o nervios que pudieran esta...

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───En Tus Manos estoy, Abba... en el nombre de Jesús, amén. ───Susurré arreglando el blazer azul marino del uniforme, con el cabello atado en una baja cola de caballo para que luciera prolijo y elegante.

Al salir del vestidor me topé con la vista de los casilleros pero no había rastro alguno de So Hae, lo cual era extraño porque dijo que me llevaría a recepción para empezar con la primera labor del día, pero supuse que se le habría presentado algo y tuvo que ir a atenderlo en esos instantes.

Pero yo no sabía lo que realmente pasaba por su mente, y eso solo me traería consecuencias a la larga por haber olvidado algo muy importante: ser mansa como una paloma, pero también ser prudente como la serpiente.

Y aunque el día iba transcurriendo perfectamente en mi primer día, el problema número iba a aparecer durante la entrega de un café que, sinceramente, creía estar viendo sutilmente que mis pies no se torcieran ni nada por el estilo

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Y aunque el día iba transcurriendo perfectamente en mi primer día, el problema número iba a aparecer durante la entrega de un café que, sinceramente, creía estar viendo sutilmente que mis pies no se torcieran ni nada por el estilo.

No había notado que la alfombra del gran salón de café tuviera un dobladillo que justamente hizo que mi tacón se viera enredado, provocando que la taza de café que llevaba para una huésped distinguida terminara cayendo en sus zapatos caros.

Y decía que eran caros porque el símbolo original de Louis Vitton estaba en ellos.

───¡Lo siento muchísimo! Mil perdones, señorita, yo... ───De inmediato me arrodillé para usar servilletas y limpiarle los zapatos.

Para algunos sería un acto humillante o denigrante, pero Jesús me había enseñado que servir era a lo que estábamos llamados a hacer, sin mirar a quién.

Pobre o rico, bueno o malo, servir debía ser una virtud que todo hijo de Dios debía poseer tras haber aceptado al Señor en nuestros corazones, pero a veces el orgullo humano era renuente a enteder estas enseñanzas que para el mundo son erróneas, especialmente para los que decían que jamás podrían amar a sus enemigos.

───¿Así es como tratan aquí a los huéspedes distinguidos? ¿Una torpe extranjera como tú? ───Expresó la mujer con molestia notable, provocando que tragara saliva debido a lo nerviosa que me estaba sintiendo.

So Hae estaba a una distancia de mí, creía que ella estaría cerca para ayudarme pero se quedó de pie, tal vez no quería meterse en problemas y podía entenderlo perfectamente.

Haciendo una reverencia de noventa grados en dirección a la mujer frente a mí, cerré mis ojos con fuerza.───Lo lamento muchísimo, señorita...

Hubo mucho silencio, excepto por los murmullos que pude escuchar de parte de otros empleados, y el apellido Song solo me hizo tensarme cuando lo escuché junto con el término de hermana del dueño de Dreamland.

───Levanta la cabeza.

Ante tal orden, miré a la ahora conocida como señorita Song quien me veía con una sonrisa satisfecha.

¿Qué estaba pasando?

───Pasaste la primera prueba, Ava Pierce, no usaste ni siquiera tu primer día como excusa por el error. Significa que tienes sentido de la responsabilidad. ───Estaba estupefacta sin duda, ¿ella estaba diciendo que fue una prueba?

Parpadeé varias veces tratando de asimilar la situación.───¿Cómo...?

───Mi hermano quiso ponerte a prueba antes de irme de la ciudad, y dado lo que has hecho y cómo llevaste la situación representa humildad, por lo que estás aprobada para quedarte en Dreamland. Desde ahora, trabaja más duro.

Con esas palabras, la mujer elegante se retiró mientras yo aún estaba sin poder asimilar todo lo que estaba pasando.

Vaya primer día...

ᴀɢʀɪᴅᴜʟᴄᴇ || novela cristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora