Me desperté y me levanté de la cama. Me acomode un toque el pelo, y salí de la pieza.
—Buenos días -Me saludo Jorge, quien estaba con la China y Ana.
—Buenas-Me senté en una de las sillas—¿Cómo andamos?-Pregunte mientras aceptaba el mate que me ofrecía Bella.
—Bien, como siempre.-Dijo Jorge encogiendo los hombros.
—¿Algo nuevo?-Dije luego de fijarme la hora.
—Alejo.-Dijo rápido la China.
—¿Alejo?-Interrogue sin entender
—Si, estaba en el kiosco y viene el pendejo a preguntarme si podía venir acá; a verte. Le dije que no, ni en pedo.-Explico Anabella.
—El no es ma...-Jorge me interrumpio.
—El si es malo, Luna. Vos sabés cómo funciona esto, ¿Por qué sos tan terca?
—Porque lo conozco y se que no piensa matarme.
—¿Sabes? Yo lo conozco más, a él y al padre.-Aparecio el Cochi.—¿Sabes por qué?-Negue—Porque yo le vendo al papá. Yo sé que no son como aparentan. El viejo ese es un falopero pelotudo y el pibe, pff, ni te cuento.
—¡Alejo no se falopea!-Lo defendí —¡El no es así!
—¿Nunca se drogo? ¿Nunca viniste acá llorando porqué el se drogaba?
—¡Si, se drogaba!¡Pero dijo que iba a cambiar!
—¿Y pensas que cambio?-Me preguntó la China—Posta te lo digo, ¿Pensas que cambio?-Asenti—Yo te voy a decir algo, Luna; La droga te cambia, te cega y hace que digas cosas que nunca vas a hacer o ser.
“Ya lo sé” Pensé.
—El dice que cambio o que va a cambiar. Es mentira eso, Luna.- Siguió explicando—Te miente, ¡Ese pibe es un falopero de mierda!
—Bue, ya está. No importa -Trate de parar.
—“Ya esta” no, no esta. Si el pendejito te quiere muerta, quiere morir.-Jorge me señaló con el índice
14:56PM Omniscient narrator
Luna salió a caminar un rato, obviamente con el fierro en la cintura y muy atenta a todo.
Mientras pasaba por el nudo cinco, sintió como alguien la agarraba del brazo y como la acorralaban.
—Dale wachina, no te hagas la piola.-Le dijo esa voz que conocía perfectamente, Alejo.—No grites, no pegues, no tires, ¿Escuchaste?-Le ordenó al oído mientras le ponía una navaja en el cuello.
—Dejame, Alejo.-Le pidió de buena manera, pero no iba a durar mucho así —Soltame.-Volvio a pedir.
La tentación de agarrar el arma se hacía cada vez más grande.
Un segundo más, y la usaría.
—Callate, no vayas a gritar-Dice Alejo mientras trataba de llevársela.
Ella no se dejó.
—¿Cómo? Repetime, que no te escuché.-Dijo y le apoyo la boca de fuego de la pistola que el mismo le había regalado en la nuca.
El metal frío del objeto provocó un escalofrío en Alejo.
Trago saliva y volvió a hablar.
—Sacame eso, Luna.-La chica no le hizo caso—Sacalo, Luna, Sácalo.
—Decime, ¿Que preferís? ¿Hacer un negocio conmigo o..?-Le pegó dos veces en la nuca con el cañon— ¿O te gatilló?
—¿Que tipo de negocio?-Preguntó el.
—Ya se que te falopeas, Alejo-El chico se sorprendió —Y se que allá en Palermo, no te venden mucho, ¿No?-Alejo Asintió—Entonces, vos nos dejas tranquilos y...-Alejo la interrumpio.
—¿“Nos”?
—Primero que todo, no me interrumpas, pelotudo. Y si, “nos”. A mí y a los del uno, ¿Escuchaste?-Asintio rápidamente —Sigo, nos dejas tranquilos y, de vez en cuando, yo te mando un poco.
—¿Cuánto sería y cuánto es “de vez en cuando”?
—Serian unos... ¿10 gramos? Tampoco te voy a dar un paquete, rey. Y de vez en cuando es... 4 meses, ¿Te parece?
Diga lo que diga, si acepta va a ser así.
—No-Dijo simple luego de unos segundos.
Luna sonrío y automáticamente las posiciones cambiaron.
Ahora, Alejo estaba acorralado y ella estaba enfrente.
—¿Seguro? Después, no hay vuelta atrás.
—Seguro-No le tenía miedo... ¿O si?
Luna destrabó el seguro y le pegó dos tiros en la panza.
—Yo te dije, era el negocio o esto. Elegiste esto, Alejito. -Hablo con una sonrisa —Que disfrutes tus últimos, chau.-Le tiró un beso y se fue caminando, tranquila como si no hubiera hecho nada.
Normal.
Total, ¿A quien le importaba ese pendejito de mierda?
A nadie, exacto.
Paso por un kiosquito y decidió comprar chicle.
—Hola, ¿En qué te puedo ayudar?-Dijo la chica cuando le abrió la ventanita.
—Hola, ¿Chicle Beldent de frutilla tenés?
—Si, ¿Te doy uno?
—Eh...-La pensó un poco—No, dame 3, por favor.
—Dale, no hay drama.-Agarro los tres paquetes del chicle y se los dió —Son 600 pesos.
—Dale, ahí te doy-Dijo Luna y le pago—Gracias, capa.
—De nada-Dijo y cerró la ventanita.
Se abrió uno y empezó a masticar.
El chicle, para ella, tiene que ser si o si, Beldent de frutilla. Si no, prefiere no probar.
RATO DESPUÉS
Ya estaba volviendo con los chicos, mientras caminaba estaba viendo un poco el piso. Tierra, tierra, tierra y mas tierra.
Nada interesante.
Una voz femenina se escuchó atrás de ella.
—¿Mataste a mi novio, Luna?,¿No te parece que haberme roto la nariz es mucho ya?
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Esto me hizo acordar MUCHO a
“Sin mirar pa' atrás, no, no, no Hoy salí lista pa' matar”
(Facts.mp3 de la Emi)
Y acá les dejo las partes de las pistolas.
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