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Natalia se despertó tarde aquel día. Miró hacia arriba y su vista se detuvo en un calendario, pegado en la pared contra la que estaba apoyada su cama; se giró, tomó un marcador negro de la mesita de luz de su derecha y tachó el día anterior con una sonrisa. Ahora era algo complicado leer lo que estaba organizado para aquel sábado 16 de junio, pero con esfuerzo lograba leerse, aunque con algunos espacios: "JODA EN LO DE NICO".

Sonrió al recordar la noche anterior, a pesar de que hubiera algunos espacios en blanco, y decidió volver a dormirse. Sus padres se habían ido de viaje aquel fin de semana, y su hermano había salido, por lo que a nadie le molestaría que cerrara sus ojos y descansara un poco más.

Ya estaba a punto de quedarse dormida, cuando una mano rozó su brazo izquierdo y le causó un escalofrío. Abrió los ojos de golpe, aterrada, pero tardó un poco en girarse hacia la izquierda. Cuando lo vio, ambos intercambiaron miradas durante lo que parecieron siglos, y lanzaron un grito al unísono. Él se sentó en la cama, con las manos en la cabeza, y ella se levantó y empezó a dar vueltas por la habitación. Nicolás estaba tan aterrado como ella, pero eso no la tranquilizaba ni un poquito.

-¿Cómo carajo llegaste acá? -le preguntó, aunque no estaba segura de querer saber la respuesta.

-No... no sé ni qué pasó ayer, Nati -le contestó con voz ronca-. Se me parte la cabeza...

-Esto está mal, esto está muy mal... -Natalia agarró su celular y buscó su conversación con Mariano sin pensarlo dos veces.

Marian: ¿Se puede saber qué te pasó ayer, Nati?
(09:42)
(en línea)

No sé de qué me hablás. ¿Te dije algo ayer?
(11:32)
(visto a las 11:32)

Marian: (escribiendo...)
Me llamaste gritando, y dijiste que no me querías ver más, no sé...
(11:33)
(en línea)

Perdoname, estaba muy mal ayer. No sé qué me pasó.
(11:34)
(visto a las 11:34)

Marian: (escribiendo...)
Hablemos en persona de eso, si querés. ¿Paso por tu casa hoy?
(11:34)
(en línea)

No creo que pueda hoy. Me siento mal y tengo que estudiar para el lunes, ¿te acordás?
(11:34)
(visto a las 11:34)

Marian: (escribiendo...)
Podemos estudiar juntos ;)
(11:35)
(en línea)

Mmm... puede ser. Pero más a la tarde, ahora está mi hermano en casa.
(11:35)
(visto a las 11:35)

Marian: (escribiendo...)
Bueno, a eso de las 4 estoy por ahí.
Mirá que lo de estudiar va en serio... dependiendo de cómo te portes.
Besos.
(11:35)
(en línea)

Natalia dejó su celular arriba de su escritorio y se sentó al lado de Nicolás, su mejor amigo de toda la vida. No podía creer que algo hubiera pasado entre los dos. Además, tanto él como ella estaban saliendo con otras personas... no. No había pasado nada, tenía que haber otra explicación.

-¿Te acordás cómo llegamos acá? -le preguntó a Nicolás, que parecía más confundido que antes- Yo no sé nada desde que salí al patio de tu casa, a acompañar a Mili a fumar...

-Me acuerdo por partes, algunas cosas -le respondió él, serio-, por ejemplo, de haber venido para acá con vos.

-¿Sabés si hubo... -hizo un gesto con los brazos para tratar de explicarse- algo entre nosotros?

-No me acuerdo tanto -dijo Nicolás-, sé que entré acá con vos en brazos, te ayudé a que te bañaras y tomamos un café en el patio de tu casa. De ahí, nada más...

-Bueno, entonces no pasó nada -concluyó-. Vos no le decís ni una palabra a Laura y listo. No pasó nada, nunca estuviste acá.

-¿Y tu novio? -le preguntó, algo inquieto- ¿Vas a hablar con él?

-Tengo que cortarle, hoy mismo -dijo Natalia, decidida-. No lo puedo seguir viendo, es peligroso y en cualquier momento alguien se va a enterar.

-Ni que fuera un profesor del colegio...

-No importa, está mal igual -lo cortó ella, tratando de disimular su nerviosismo-. Además, él solamente me usa, no quiere nada serio.

-En eso tenés razón, nena -dijo Nicolás, asintiendo con la cabeza-. Te merecés estar con alguien mejor.

-No sé si lo merezco, pero no vendría mal -concluyó Nati, y casi se había olvidado de que había despertado con su mejor amigo al lado. Sus ojos se le llenaron de lágrimas y corrió la cabeza rápido, para que Nico no la viera llorar. Él se dio cuenta en seguida, y se apoyó en su espalda y la acarició suavemente. Nunca lo admitiría, pero él también sentía ganas de llorar. ¿Cómo iba a explicárselo a Laura? ¿Se lo diría siquiera?

-Va a estar todo bien, Nati -trataba de tranquilizarla, pero era demasiado complicado. Él mismo no sabía bien qué pensar al respecto, aunque la cosa no hubiera sido tan grave como ella creía.

Los celulares de ambos vibraron al mismo tiempo. Se miraron extrañados, más de lo que ya estaban, y se dispusieron a revisarlos. Era un mensaje de la tribu.

Grupo: La tribu fiestera

Floor:
Chicos, me llamo la vieja de Lean para preguntarme dnd esta
(11:53)
Alguno sabe?
(11:55)

Ninguno de los dos tenía la menor idea de dónde podría estar su amigo, y pensar en eso los distrajo bastante de lo que les pasaba.

Nicolás decidió que iría a lo de Laura y hablaría con ella, y Natalia pensó que era mejor cortarle a Mariano ni bien pusiera un pie en la casa.

-Suerte con Laura, Nico -le deseó, antes de darle un fuerte abrazo-. Cualquier cosa podés hablar conmigo.

-Gracias Nati -dijo él, pensativo-. Nos vemos el lunes.

Ella se quedó leyendo unos apuntes que tenía que estudiar para el día siguiente, pero no tardó en rendirse. Agarró su celular y vio que tenía un mensaje de Mariano.

Marian:  Che, no sé si voy a poder ir hoy. Tengo que estudiar unos textos para la facultad.
(13:45)
(en línea)

Podemos estudiar juntos...
(13:56)
(visto a las 13:56)

Marian: (escribiendo...) Sabés que sería imposible concentrarme. Además, tengo que llevar todos los libros en la mano.
(13:56)
(en línea)

Podemos estudiar en mi cuarto, si preferís. Ahí hay mejor luz.
(13:57)
(visto 13:57)

Marian: (escribiendo...) Vos sí que sabés ganarme.
Nos vemos en un rato.
(13:58)
(en línea)

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