Capitulo 3: Miedo

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Era una idea simplemente loca. No había otra forma de decirlo.

Luego del incidente de su escritorio y que todos en la escuela empezaran a murmurar sobre eso, Alastor tomo una decisión que sabía era jodida y estúpida en todo el sentido de la palabra.

Le escribió al número que se juro jamás usar.

Se encontró a si mismo en la oscuridad de su habitación viendo su mensaje una y otra vez sin respuesta, ¿realmente no tenía intensiones de responder? Y justo cuando pensaba eso, su celular sonó, pero a diferencia de otras ocasiones, Alastor no sintió miedo, cosa que debía agradecerle a su ira.

Número: Desconocido.

¿No te gusto mi sorpresa?

Alastor frunció el ceño ante su cinismo. Claramente lo había hecho con la intención de asustarlo o joderlo. Cosa que había logrado. Haciendo en el proceso que toda la escuela se enterara de lo que con tantas ansias se había encargado de ocultar.

—¿Qué carajos pretendías lograr con eso?

Escribió tan rápido como pudo y para sus sorpresa, la respuesta llegó de inmediato.

Número: Desconocido.

Demostrarte cuanto te amo, ¿no es eso lo que he estado haciendo los últimos meses?

Alastor leyó el mensaje sintiendo su sangre hervir y antes de poder responder, llegó otro mensaje que lo detuvo en seco.

Número: Desconocido.

¿O debería de intentar ser más directo?

Esa respuesta, hizo dudar a Alastor.

No sabía con quién estaba tratando, creía y sospechaba que era un hombre, de algún modo en su cabeza no cabía la imagen de una chica haciendo eso, además, dado que de vez en cuando logro ver a la persona en la lejanía, eso lo hacía pensar con más razón que era un hombre.

Lo que lo llevaba meditar la respuesta que le dieron, ¿qué tanto era ser más directo?

Ya le habían llegado cartas a su casa, para nada tranquilizadoras. Así mismo estaban los mensajes en su casillero, los mensajes en su celular y recientemente en su escritorio. Hasta el momento no habían sido más que palabras. Nada que pudiera lastimarlo realmente. Sin embargo, eso no evitaba que estuviera alerta todos los días a todas horas esperando que en cualquier momento alguien saltara gritando ámame por la eternidad, le aterraba la idea de que ese día llegara.

Y ahora, con esa clara propuesta, ese miedo incremento.

Déjame en paz.

Creyó que era la respuesta más acertada, pues no se creía con el valor para citarlo en algún lado para confrontarlo directamente, así mismo sospechaba que de hacerlo, no acudiría.

Numero: Desconocido.

Respuesta equivocada.

Alastor ya no contestó.

Leyó ese par de palabras cerca de una hora y aún así no podía parar el martilleo de su corazón contra su pecho. Miles de horribles escenarios se vinieron a su cabeza, todos por su culpa y no podía más que desesperarse por la situación.

Se puso de pie aún nervioso y camino de un lado a otro en su habitación, sopesando la idea de responderle. ¿Qué podría decirle? No tenía porque disculparse. Y esa persona no aceptaría dejarlo en paz, cosa que acababa de corroborar. ¿Qué debería hacer?

Justo cuando se preguntaba eso, su celular volvió a sonar. Y ante la insistencia de este, observó que era en realidad era una llamada de Charlie. Lo cuál lo hizo fruncir el ceño.

Era tarde. Muy tarde, cerca de medianoche y ella junto a Husk, no acostumbraban a dormir tarde. Sin embargo, antes de poder contestar, la llamada paro. Sostuvo su celular antes de que el claxon de un auto lo hiciera saltar en su sitio totalmente fuera de si. Al asomarse por la ventana, miro el auto de Vaggie estacionado frente a su casa. Verlo no hizo más que incrementar el súbito miedo que se había estado agolpando en él desde hacia un rato.

Sin perder un segundo se puso sus zapatos y bajó corriendo las escaleras hasta la entrada principal ignorando el grito de su hermana. Apenas abrir la puerta, sus amigas ya estaban en la entrada de su casa, cuyas expresiones, no le daban una buena señal. Y aún si lo hubieran hecho, no lo habrían preparado para lo que le dijeron.

—Al, ocurrió un accidente, nos acaban de llamar los padres de Mimzy y-

Alastor ya no pudo oír ni una sola palabra después de ese nombre. Pues a su mente vino un último mensaje. El vació en su interior no hizo más que incrementar al tiempo que sentía que su mundo se desmoronaba a partes.

"Respuesta equivocada"

¿Había sido su culpa?

Senpai [Radiodust]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora