Capítulo 8: Una visita inesperada

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Capítulo 8: Una visita inesperada

Continuando desde el capítulo 7...

Mientras todo parecía estar yendo según lo planeado, alguien llegó de manera inesperada. Era mi hermano Alexander, ahora convertido en duque debido a su reciente ascenso en la nobleza.

Alexander entró en la habitación con una sonrisa en su rostro y saludó a todos. "¡Hola, familia! Me enteré de que tengo un sobrino, ¿de quién es? Lena, supongo que podría ser tuyo, ya que eres la que le encanta andar en fiestas", comentó de manera sarcástica.

En ese momento, el pequeño Liam apareció caminando, sosteniendo dos ratones de peluche en sus manos. Al ver a Alexander, le mostró sus juguetes y una sonrisa que cautivaba a todos en la sala. Mi hermano se acercó a él, se agachó y lo tomó en brazos. "Pues no tiene nada de un Luthor", expresó Alexander, sorprendido por la dulzura y encanto del niño.

Luego, Alexander se dirigió a mí con una mirada desafiante. "Dime, ¿estás segura de que es tu hijo o simplemente la chica se casó contigo por beneficios?", cuestionó, poniendo en duda mi relación con Kara.

Kara, firme y decidida, respondió: "No sé quién eres y no me importa quién eres o no. Yo no me casé con tu hermana por beneficios. Sabemos que este bebé es su hijo, claro que es su hijo. Además, ella y yo nos conocemos hace mucho tiempo".

Lena intervino en la conversación para respaldar mi afirmación. "Sí, yo le creo a ella. Ella me juró y me mostró una prueba de paternidad que demuestra que es mi hijo. A pesar de que soy mujer, puedo reproducirme y dejar embarazada a cualquier chica que yo quiera. Estoy completamente segura de que es mi hijo", afirmé con convicción.

Sin embargo, Alexander no estaba convencido y continuó cuestionando la paternidad de Liam. "En dónde está el papel? Quiero pruebas. Recuerdas cuando Emily McColis, una plebeya de Las Vegas, afirmaba que su hijo era tuyo, pero la prueba de ADN demostró lo contrario", argumentó.

Lena respondió con sinceridad: "El acta de ADN se perdió en el vuelo. Todas nuestras cosas se perdieron en el accidente".

Ante esta respuesta, Alexander propuso una solución. "Esto es fácil. Podríamos decirle a nuestro médico que le haga una muestra de ADN al pequeño y a ti", sugirió.

Sin embargo, Lena se negó rotundamente. "Creo que no. No tengo por qué darte una prueba de ADN que justifique que Liam es mi hijo. Estoy segura de que es mi hijo", afirmó en su mente, aunque en realidad sabía que Liam no era su hijo biológico, pero pretendía hacerlo pasar como suyo. Además, a pesar de lo que Alexander creía, el niño se llamaba Elián en honor a nuestro abuelo.

Alexander persistió en sus dudas. "Aún exijo la prueba de ADN en tres dedos. Sospecho que no es tuyo. No tiene nada tuyo. Es rubio y tiene los ojos azules, tú tienes el cabello negro azabache y ojos verdes. Ni siquiera tiene tu nariz, tus labios o tus orejas", argumentó.

En medio de la tensión y los cuestionamientos, el secreto de la verdadera identidad de Liam pendía de un hilo. ¿Podría Lena mantener el engaño y seguir haciendo pasar a Liam como su hijo? ¿Qué ocurriría si Alexander descubriera la verdad? Estas interrogantes nos sumergían en un mar de incertidumbre y peligro, mientras todos nos adentrábamos en un territorio lleno de traiciones y revelaciones inesperadas.

Continuará...

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