Obligada #2

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Espero que les guste~

Nota: No puedo negar que me emocione un poco de más con esto :3

-¡Sonic!- Tails llamo con preocupación, aliviado cuando Knuckles agarro al erizo antes de que pudiera llegar muy lejos, corriendo tan rápido como le permitían sus cortas piernas para acercarse y revisar a su amigo. -¿Estás bien?- hizo una mueca al escucharlo quejarse.

-Golpea...casi tan fuerte como Knuckles- jadeo, luchando por unos segundos para recuperar el aliento.

-¡L-Lo siento mucho!- alzaron la vista y el zorro frunció el ceño con confusión ante la eriza de púas rosas, cuyo arrepentimiento se notaba desde lejos, su expresión llena de culpa y no luciendo para nada dispuesta a luchar pero aun así, manteniendo su postura algo temblorosa, con el martillo en alto. Algo en toda esa imagen no encajaba del todo bien en la mente analítica del menor entre ellos.

-Yo me encargare de esto- el equidna gruño con los dientes apretados, dejando caer sin mucho cuidado al de púas azules al suelo y levantándose, golpeando sus puños entre ellos, iluminándose de color rojo antes de lanzarse a gran velocidad sobre ella. La eriza chillo, un poco en pánico, retrocediendo un paso como si quisiera huir, pero el zorro pudo notar como las luces del collar metálico se iluminaban en rojo por unos segundos antes de que ella apretara los labios con fuerza y se lanzara sobre el equidna, dispuesta a golpearlo con su martillo. Lo más raro de todo es que, aunque la eriza estaba aprensiva y temerosa, parecía poder mantenerse al día con la fuerza y rapidez de alguien como Knuckles, incluso si por segundos se veía perdida y como si quisiera tirar su arma, se recomponía y adaptaba.

-¡Sonic!- Maddie y Tom, quienes se suponían iban a quedar dentro de la casa, no tardaron mucho en salir para acercarse a ellos, preocupados.

-¿Estás bien, cariño?- ella no dudo en arrodillarse a su lado para revisarlo, incluso cuando el erizo se estaba retorciendo e intentando alejarse, queriendo levantarse, demasiado inquieto y con energía como para quedarse abajo durante tanto tiempo.

-¿Qué paso?- él, en cambio, lucia confundido mientras miraba la pelea. -Parecieron llevarse bien por un segundo- no va a negar que en ese pequeño segundo, había respirado con alivio, solo para alarmarse al verlo ser golpeado. Ninguno se había esperado eso.

-¡Yo pensé lo mismo!- Sonic alejo las manos de la mujer que insistía en revisarlo por alguna razón y se levanto de un salto, haciendo grandes gestos con las manos, luciendo recuperado del golpea anterior. -Nos vimos, estábamos super emocionados porque ninguno de nosotros había visto otro erizo antes...- esta hablando un poco más rápido de lo usual. -...pero de repente, esa cosa suya se ilumino...- hizo un gesto hacia su cuello y Tails frunció el ceño, pensativo, al darse cuenta de que el otro se refería al collar metálico. -...creo...creo que le hizo daño o algo así, y entonces, ¡Boom! ¡Me golpeo!- se detuvo, parpadeando, pareciendo darse cuenta de lo que acaba de decir. -Esa cosa...- miro al zorro, como si estuviera buscando alguna especie de confirmación y él hizo una mueca mientras su mente corre en busca de planes.

-...¿el collar la controla?- Maddie luce horrorizada, llevándose las manos a la boca, mirando de reojo a la eriza que sigue peleando a pesar de luce cansada y parece querer rendirse en ese mismo instante.

-Eso creo- Tails se ilumino, sus colas agitándose cuando una idea se le viene de repente. -¡Ustedes intenten sostenerla y que se quede quieta, yo buscare una de mis herramientas!- hace un gesto rápido y corre de vuelta hacia la casa.

-¡Si, jefe!- Sonic sonrío, haciendo un rápido saludo como si fuera un soldado, antes de alejarse con un destello azul y lanzándose a la pelea. Convencer al cabeza dura y terco de Knuckles que la eriza no era una enemiga mortal cuesta, tanto como lo había esperado, pero al menos, con la promesa de una sesión de entrenamiento intensa de la que el erizo se va a arrepentir más adelante, decide aceptar.

Sujetarla es un poco más complicado de lo que esperaban.

-¡Quédate quieta!- Knuckles es quien medio la abraza con fuerza y firmeza, manteniendo las manos ajenas sujetadas por las muñecas para que no volviera a golpearlos, el martillo tirado y abandonado no muy lejos de donde están. Ella se retuerce, luchando por escapar, gruñendo y casi sollozando, solo empeorando con el pasar de los segundos.

-¡Deja de patearme!- Sonic se lanza sobre sus piernas, aferrándose con cierta torpeza, intentando no recibir una bota directamente contra el rostro porque eso no sería nada divertido.

-¡No lo entienden!- sollozo. -¡Tienen que soltarme antes de que...!- las luces del collar se vuelven rojas y ella aprieta los dientes con fuerza, sus púas iluminándose, tensa y notablemente adolorida. 

-¡Tails!- el erizo suena un poco en pánico en este punto y justo a tiempo, el zorro sale corriendo por la puerta de la casa, luchando por llegar a ellos lo más pronto posible.

-¡Apúrate, la lastima!- ni siquiera el equidna es tan ciego como para no notar aquello, afianzando su agarre en cuando el menor logra alcalizarlos.

-¡Ya lo sé!- Tails no tiene otra más que medio trepar para llegar al collar y tarda unos segundos en ver la cerradora pero en cuanto lo logra, mete la punta de su herramienta y empieza a intentar forzarla. No ha hecho algo así en un tiempo y se siente ansiosos, un poco tembloroso, también presionado.

-¡Tails!- reclaman en cuando ella ya no parece aguantar y abre la boca para permitirse gritar, lleno de dolor notable, solo haciendo que los presentes estén más desesperados.

-¡Ya casi...lo logro!- su herramienta giro y con un chasquido satisfactorio, el cerrojo del collar se abrió, este cayendo al suelo. La eriza parpadeo, sorprendida, mientras los demás retrocedían unos pasos y al soltaban para darle algo de espacio. 

-Ya...¿no esta?- ella levanta las manos para tocarse el cuello, con ligeras quemaduras que van a tener que tratar en unos minutos, sus labios temblando cuando se da cuenta de que es real. Ya no tiene esa cosa. -...ya no esta...- traga, su voz un poco rota, y con lagrimas ligeras corriendo por sus mejillas. Mira a Tails, quine se sobresalta pero no duda en mostrarle una ansiosa sonrisa, aliviado de haber podido ayudar. -Gracias- le sonríe con sinceridad pero es todo lo que alcanza a hacer antes de tambalearse, repentinamente agotada, con toda la adrenalina anterior abandonando muy rápido su sistema, y cae, siendo el equidna la única razón por la que no se golpea.

Ellos entran en pánico, como niños un poco desesperados, y Maddie es quien toma el liderazgo, llevándose a la inconsciente eriza al interior de su hogar para poder revisarla, mientras Tom los consuela lo mejor que puede. Vaya comienzo de día para esa particular familia.

Sonic The HedgehogDonde viven las historias. Descúbrelo ahora