Espiologo

1 0 0
                                    


La propiedad de los Fletcher era bastante enorme para un matrimonio con solo tres hijas,contaba con tres plantas y más de cuarenta habitaciones las cuales se dividían correctamente para las frivolidades de los dueños ,pero con tanto lugar por donde andar ella siempre estaba en el mismo lugar, se había convertido en su lugar después de pasar todas y cada unas de las mañanas y las tardes de té en ese balcón , en ese sofá de terciopelo blanco acompañada solo por el paisaje , No era su culpa y no se le podía cuestionar por ello ya que aquel ventanal ofrece una vista grandiosa, se podía ver el hermoso cielo gris que arropaba la ciudad londinense o el azulado, ese si era hermoso y poco común, se podía sentir la brisa fría chocar con su rostro al compás de la danza de su cabello por los aires y ver los altos árboles cambiando de melena, mientras cambian las estaciones.Pero aunque la belleza superior de su jardín era para enamorar no era solo por eso que no se alejaba de él cristal, sino por unas cartas que no paraban de llegar así que si, ella se quedaba a un lado de el cristal hasta la llegada de el cartero .
Últimamente estaba mucho más errática mirando las manecillas del reloj moverse lentamente, esperaba con angustia a el cartero para refutar que las cartas cada vez eran menos concurrentes , sólo llegaban los periódicos de sociedad describiendo los antiguos bailes y vestidos de las diferentes damas , la subida de las monedas de oro,los escándalos de la burguesía y los nuevos títulos inmobiliarios absorbidos por el rey
—¡Señorita Fletcher!

En ese instante con un leve susto lo cual la hizo dar un brinco , con el corazón acelerado por la impresión de tal grito, salió de su burbuja volteando en busca de quien a logrado quitar su gélida mirada de el cristal inmaculado en el que ahora empezaba a deslizarse diminutas gotas de agua —¿Que ha dicho Lourdes?—pregunta con la voz encogida por las ansias.
Ya casi era la hora en la cual él cartero finalizaba su recorrido en caballo, trayendo sus cartas llegadas desde Estados Unidos para ella de su prometido.

—Su madre quiere hablar con usted de algo importante— le gruñe su doncella sabiendo lo que próximamente le diría Khloe al acomodarse el pelo rubio ondulado hacia atrás pegando sus labios en una gran señal de descontento , no sabía decirle que no a su madre , amaba su compañía aunque no pasaba a menudo .
—Lourdes...—cayó en un instante que su reloj de bolsillo timbró en un ruido finito,estaba anunciando el momento exacto que debería estar aquel hombre con cabellera completamente blanquecina—¡Llego!

De un brinco salió de él sofá para correr sosteniendo su vestido azul claro haciendo recorrer por todo el largo pasillo, hacia la puerta principal sin importar que sus actos serían catalogados como descortés o que en su salón se había construido una gran disputa.

Por otro lado la Señora Fletcher miraba con horror a sus mejor amiga lady Campbell olvidando todo los años de amistad por el insulto hacia su familia , se abanicaba creyendo que podía desmayarse en cualquier momento por tan horribles noticias que com vergüenza le daba.

— ¿Pero cómo ha podido?—susurraba caminando de un lado a otro sin soltar el abanico .

—Esme...—dijo intentando acercarse con cansancio.

Nunca había discutido por nada ,
¿Vestidos? O tal vez ¿joyas?
No, no habían tenido problemas en más de quince años por nada y de repente pasaba esto y se aproximaba el final de aquella amistad pues la señora Fletcher no era precisamente una dama poco rencorosa.

—Lady Campbell....—dijo con furia
—¿Cómo no has podido controlar a tu hijo?, esto será un escándalo , mi pobre hija estará en boca de todos.—Lady Fletcher hablaba rápido y sin detenerse a mirar en otro lado donde no estuviera su amiga y vecina Maybell

—Lo sé , lo sé , debes de estar queriendo colapsar pero ...

—¡En mi lugar qué harías!—grito Esme frunciendo el ceño y tirando el abanico de mano —Mi familia será la comidilla de los buitres londinenses y ni hablar de mi ¡DECENTE hija! , había confiado en él ... y yo confié en ti...

Maybell gimió incordiada y sorprendida por lo que decía Lady Fletcher de su hijo, pero siendo como siempre la mas sensata de las dos decidió que aquel gran problema que unía igualmente dos familias se tendría que resolver por la paz.

—Será mejor que me vaya, no quiero que vayamos a decir algo que ...—dijo ofendida y disgustada

—Pienso lo mismo...–considero no dejando terminar con su idea pacífica

Khloe corría por el césped ensuciando su vestido, viendo un carruaje detenerse en la acera de su frente , no reconoció el carruaje pero al ser una zona alta y residencial supuso que debía ser el cartero que había cambiado de transporte para uno menos rústico y apropiado, cruzó con el corazón latiendo muy rápido ,
El carruaje era muy fino de madera roja como el vino con el escudo de la corona en dorado , no se detuvo a pensar que los que no eran merecedores de título no podían poseer carruajes de esa clase .

Era inteligente pero estaba entusiasmada y despistada,ella solo pensaba que tendría más de cinco cartas atrasadas para leer y soñar.

Sé detuvo frente de el carruaje con una gran sonrisa olvidando que quería hablar seriamente con él cartero olvidadizo , las puertas se abrieron y de el carruaje descendió un hombre sumamente alto con pelo y barba color miel .

—Chris—susurró sin creérselo.

Era esa la razón que sus cartas habían cesado , sonrió dando tres pasos pequeños hacia él para que el después estirara su mano para ayudar a bajar a una hermosa señorita sin hacer reparo en la rubia –Chris...

Volvió a saludar viendo completamente a la mujer , cabello castaño rojizo , ojos sustidos de pestañas color verde oliva y lo más importante vientre abultado .

Levanto la mirada ya aguada, mientras jugaba con el anillo en su dedo pensando en lo que pasaba y viendo como lentamente bajaba los pequeños escalones , pero no fue necesario cuando aquella mujer aceptó los brazos que le ofrecía aquel caballero y esta se enrollaba en sus brazos agarrando su vientre hinchado con tanta confianza y cariño .

My only loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora