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Cuando el árbol sagrado y la naturaleza llena de vigor dió vida, una vez más, a un hada, fue regocijante y mágico.
Enorme e imponente, vasto y profundo bosque lleno de vida.

Todas las hadas, a excepción del rey y su hermana tenian alas de insecto.
Alas translúcidas medianas.

Qué lindas se vieron en la pequeña nueva hada, dijeron algunos.

Era desmesuradamente encantadora.
Aún en un letargo sueño, la hada yacia envuelta por refrescantes pétalos fríos de lirios.
Aún era un tierno y prematuro capullo verduzco podían notar la esencia pura que excedía.

Cuando se dio a conocer el nacimiento de esta nueva criatura, era claramente bien acogida. Era tan bello presenciar un acto mágico como este.
La población tenía un cálido sentir cuando notaban día a día el madurar del capullo.

No sabían, y en realidad poco les importaba en si la nueva hada, habían muchas ya y una más no hacía el cambio. Era más bien sobre la capacidad y brillante mágica naturaleza capaz de engendrar vida propia.

Una situación, al rededor de lo semi común, con dicha era regocijada, porque regocijar a la naturaleza como madre de ellos era fortalecedor para su espíritu. Era un augurio de buena fortuna para el reino.

Una mañana, el capullo se dió a soltar mucho más, era entonces cuando por fin se abrió por completo.

Una belleza de flor. Lirio blanco de los cielos, llena de pureza e inocencia.

Largos pétalos elegantes ligeramente caídos en sombrilla y antenas naranjozas, pecosa de puntillos rosados. Un tallo delgado y largo  que incita a querer cuidarlo y abonar para maximizar su beldad.

Más no era lo más vicioso de ver. En la cúpula interior estaba acurrucada una diminuta criatura. A simple vista una nueva hada común en este vasto reino con miles de hadas. Si, muy común era la situación.

Pero algo caracterizaba este nacimiento como único. Con una gracia y delicadeza muy bien atenuada por su belleza, la pequeña hada capturó muchas miradas. No era muy comun ahora para muchos quienes quedaron embelesados por la vista.

Con una confución desconcertada, creian ingenuamente contemplar un nacimiento de carácter real.

Obviamente, equivocados, dejaron de llevarse por sus impulsos y continúo el pequeño grupo de hadas, quienes estaban encargadas de gestionar está nueva vida a integrarce a su sociedad.

No e ra complicado. Era magnifico en algún sentido desconocido.

El tenue olor a lirios era delicioso.

Cuando notaron ligeros movimientos en la criatura, pudieron percibir algunos otros rasgos de ella.

Tersa piel lechosa con una lluvia ligera de pecas rosadas tal cual era su lirio.
Contextura delgada y ciertamente más pequeña del promedio en altura.
Un ligero tono rosado suave envolvia en color su larga cabellera. Era ligeramente ondulada, y llevaba flequillo recto. Cómo largas y espesas patas de araña colgaban de sus párpados, contrastando sus pomposos labios rojo carmín.
Aún más, unas cuantas delicadas pecas rosadas enmarcaban su pequeño rostro.

Oh, Dios divino. Juraban ver a una diosa.
Claramente las diosas excedían en belleza deslumbrante, eran muy bien caracterizadas por todos en ese aspecto.

Pero he aquí, no tan deslumbrante como una diosa, pero se asemejaba tanto, y dios, como querían tocarla, acariciarla y cuidarla, pero no se atrevieron. Cobardes algunos, y valerosos otros, todos alejaron todo contacto con la belleza. Temian cometer blasfemia.

Comentaron ya en su regreso, acogidos por su calidad guarida y declararon sus más transparentes pensamientos.

Si, hicieron bien. Tenía que ser una demonio que les jugaba un mala pasada.

Demonio penoso |Meliodas x Miwako| Nanatsu No Taizai x Paradise Kiss Donde viven las historias. Descúbrelo ahora