micro relatos cosmicos

Sesión N°1

⚠️ Advertencia. El siguiente es un oneshot de temática sexual. Lo escribí  para un concurso. No lo gane pero quería compartirlo con ustedes. Y si les gusta tal vez lo hacemos una novela ¿qué dicen? ⚠️

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El centro de salud para la impotencia era muy distinto a lo que esperaba, uno esperaría una sala fría y estéril como la de un consultorio común, pero el ambiente de esta era muy cálido y acogedor, parecía la alcoba de una dama cualquiera. Había una cama con almohadones en color vino y la colcha a juego con bordes negros muy elegantes y muy femeninos, alrededor se podía ver pequeños detalles como un florero con flores frescas, algunos cuadros de paisajes en las paredes y sobre la cómoda unas fotografías familiares en blanco y negro.

—Buenas noches, Señor Ortega, soy su terapeuta la Señorita N. Yo lo ayudare en su terapia el día de hoy. Disculpe ¿ya firmo los papeles de las responsivas? —Dijo la voz de una mujer que procedía desde la entrada.

Era una mujer preciosa, debía de estar muy cerca de sus treintas, cabello negro, ojos negros, complexión atlética como a mí me gustaban. En esta clínica de verdad que piensan en todo.

—¡Si señorita!, ya lo he firmado todo en la recepción. —respondí muy nervioso por su belleza abrumadora.

—¡Perfecto! Entonces empecemos con el tratamiento. He leído su historial médico y de acuerdo con nuestros profesionales y yo misma hemos diseñado un tratamiento de ocho sesiones no consecutivas para tratar su problema de impotencia señor Ortega. Este consistirá en estimulación visual las primeras sesiones, manual las siguiente y para la sexta en delante se pretende logar un coito 100% exitoso.

Lo que esta mujer describía más que tratamiento parecía un contrato de prostitución por etapas. Me estaba empezando a preguntar si esto que estoy haciendo es legal.

La joven mujer se quitó su saco y lo acomodo en una percha, se sentó en una silla que estaba cerca del tocador y me invitó a que me sentara frente a ella para platicar un poco antes de empezar. Para conocernos mejor.

—¡Oh vaya! Entonces es usted viudo —pregunto con una suave y reconfortante voz mientras colocaba su mano en mi rodilla

—Sí, desde hace 5 años, sé que es estúpido y que ya debería de haber superado su muerte, pero como ve no he podido hacerlo, es por eso que tengo el problema de la impotencia. He ido a tanatólogos, psicólogos y aunque el dolor por su perdida ha disminuido no he podido mantener relaciones sexuales con otras mujeres. A veces yo cuando estoy con una mujer, me pongo a llorar y otra simplemente no se para ¿Qué patético verdad?

Ella me miro con una carita compresiva y llena de amor mientras seguía tomando mi pierna ahora un poco más insistente y más arriba de la rodilla.

—No diga eso, lo que usted describe es un amor muy profundo y sincero, es obvio que no pueda remplazarlo ¡y no debería! cada relación es diferente. El primer error es querer remplazarlo, no lo vea de esa forma piense que cada nueva relación, cada nueva experiencia sexual o romántica es la entrada un mundo diferente de estímulos y sensaciones. No busque reemplazar, busque disfrutar y después con el tiempo podrá buscar el volver a amar.

Sus palabras eran cálidas y reconfortantes, unas cuantas lagrimas se me salieron al recordar a mi esposa. Ella me abrazo y consoló hasta que deje de llorar. Al terminar me sentí más aliviado y tranquilo.

—Me alegra que se sienta mejor Señor Ortega, el tratamiento comenzara en breve ¿desea que lo siga llamando por su apellido o prefiere su nombre?

—Mi nombre por favor…