Por fin Max había llegado a su nueva casa en Japón, lo único que deseaba ahora era descansar y alejarse de la vida que llevaba en Europa, pero Max no lo puede evitar, ¿Que sería de la vida sin un poco de acción? Nada, no sería nada. Además, si el jefe de la mafia de Japón llama a Max, ¿Quién es el para decir que no?
Max llamó a la puerta del gran edificio, poco después un hombre con una bufanda granate abrió la puerta.
-Oh, Max, encantado, soy Mori -El hombre extendió la mano-
-Igualmente -Max agitó su mano con cuidado-
-Pasa, te explicaré todo
Tras decir eso, Mori entró a la gran habitación, con Max siguiéndole de cerca.
Max miro alrededor de la habitación, había mucha gente... Sus ojos se posaron en una persona en concreto.
-¡¿Noa?! -Max exclamó sorprendido-
-¡Max! -La chica respondió felizmente-
-Os conocéis? -Un chico pelirrojo subió una ceja-
-Es el chico del avión del que te hablé
-Ah, con que eres tú, eh? -Chuuya le mira fijamente-
-Aha, soy yo -Max dice indiferente-
-Bueno, chico misterioso, lejitos de mi chica eh -El pelirrojo se ajustó el sombrero-
-¿Que? -Max subió una ceja-
-Ya me has oído.
-Chuuya! No le digas eso! -Noa resopló-
-Lo siento, lo siento... -Chuuya se rió levemente-
-De hecho, yo tiro más para la otra acera, pero bueno -Max se encogió de hombros-
Antes de que nadie pudiera responder, Mori les interrumpió.
-Callaros ya que me distraes a Max! -Mori agarró a Max de la mano y lo llevó a su oficina- Siéntate.
Max se sentó en una silla frente a Mori.
-Tampoco hay mucho que explicar, creo que sabes porque estás aquí -Mori sonrió de forma siniestra-
-Quieres que trabaje en la Port Mafia, lo sé
-Y bueno, ¿Que dices?
-No se, quiero alejarme de todo esto... -Max soltó un largo suspiro-
-Oh, Max, tú sabes perfectamente que no puedes, estás hecho para esto, necesitas matar, lo se.
Las palabras de Mori tuvieron un gran efecto en Max, ¿Y si realmente estaba hecho para eso? ¿Y si era su destino? Debería enfrentarlo, ¿no?
-Bien, trabajaré en la mafia...
-Perfecto, firma aquí...
Tras un rato haciendo papeleo que Max apenas se molestó en leer, Mori le llevó de vuelta a la sala.
-Venga, conoce a los demás que yo estoy ocupado -Dijo Mori mientras se iba de allí sin ningún interés-
Max no sabía que hacer, por un lado estaban Chuuya y Noa, y Max no pensaba sentarse al lado de una parejita, también había una chica de pelo negro y otro chico pelirrojo peleando, con una chica rubia y un chico pelinegro con mechas blancas mirando como si fuera un espectáculo... Todos muy escandalosos.
Max decidió sentarse solo, lejos de todo el mundo. Su mirada se posó en una estantería con libros, lo cual le hizo levantarse de inmediato.
La estantería era inmensa, Max podría distraerse un rato con los libros, o eso creía el.
A la vuelta de la esquina, se encontró con un hombre alto.
-Ah, hola, eres Max, ¿No?
-Ah, si... -Max apartó la mirada-
-¿Venías a por un libro? -Preguntó mientras tomaba una calada de su cigarro-
-Si, y a alejarme de esa gente caótica...
-Te entiendo, son muy escandalosos...
Max miró al hombre con más detalle, parecía tranquilo, tal vez había esperanza, tal vez no todos estaban locos aquí...
-¿Como te llamas? -Preguntó Max con una leve sonrisa-
-Hirotsu
-Encantado
-Igualmente
Hubo un silencio incómodo durante unos minutos, el cual fue interrumpido por unos gritos.
-Voy a ver qué pasa -Hirotsu suspiró-
-Voy contigo, no me dejes solo... -Max le siguió-
-Sueltame Higuchi! -Tachihara se retorció, tratando de liberarse de las cuerdas-
-Venga, quedate quieto! -Higuchi agarró sus manos-
-No! No me quiero pintar las uñas!
-Pues Chuuya si, aprende de el -Higuchi señaló al pelirrojo-
-¿Ves? Estoy divino
-Gracias a mí -Dijo Noa orgullosa, mientras le pintaba las uñas a su novio-
-Menudos imbéciles -Hirotsu suspiró-
-Ya ves... -Afirmó Max mientras volvía a la estantería de libros-
Hirotsu le siguió en silencio, prefería estar con un chico tranquilo, que con tremendos tarados.