¿Cómo amar a Tierra? [🌍💕] Venus x Tierra || Solarballs [✔️]

╔═🌹Ｃｏｎｆｅｓａｒ🌹═╗

Argh... Ese estúpido de Marte.

¿En serio piensa que puede arruinar mi relación con Tierra? ¿Cree que tiene alguna miseria posibilidad?

Me he obsesionado demasiado con La Tierra. Me da una razón para seguir existiendo y me da las fuerzas que necesito para seguir adelante. Todo de él me alegra los días. Si alguien me lo arrebata, verá las consecuencias.

Marte se alejó a lo profundo del cinturón de asteroides. Ese tipo a veces da miedo. No sé qué pretende, pero que cringe da.

Esta vez se lo dejaré pasar porque estoy seguro que Tierra me perdonará. No le puede creer a ese estúpido... ¿Verdad?

Me dirigí pensativo a la órbita de mi amado. Bueno, él todavía no sabe que lo somos. Estuve pensando sobre qué le pudo haber dicho ese patán para que Tierra estuviese tan triste.

No se me ocurría nada. Lleva mucho tiempo conociéndome. ¿Cómo es capaz de ni si quiera preguntarme a mí cómo me siento o si era verdad? ¿Por qué no fue capaz de dirigirme la palabra? ¿No confía en mí?

Sea lo que sea, lo quiero arreglar. Quiero ir por las buenas, pero por las malas también puedo jugar. Eso va por Marte.

Llegué a su órbita. Su luna me saludó sigilosamente para luego acercarme a Tierra. —Eh... ¿Hola? —dije nervioso.

—Oh, hola. —respondió sin ganas —¿Vienes a burlarte de mí o algo? —cuestionó enfadado.

—¿Cuándo me he burlado de tí? Tierra, yo nunca he hecho ni haría eso. ¿Me puedes contar qué te sucede? —pregunté intentando calmarlo.

—Ya lo sé todo. —susurró. —Solo querías acercarte a mí para ganarte mi corazón y luego abandonarme. ¿Esa era tu venganza por lo mal que me porté contigo, no es así? —comenzó a sollozar. —Entonces déjame decirte que lo has conseguido. —tras terminar me dio la espalda.

—¡Tierra, no! —grité, intentando hacer que me mirara. —No, eso no es verdad. Escúchame porfavor. —dije desesperado.

—No sé que pensar. —respondió llorando.

—Tierra. —me coloqué delante suya. —Yo jamás te abandonaría ni me vengaría de tí. ¿Crees que lo haría después de defenderte de las lunas? Di mi vida por tí y lo volvería a hacer las veces que sea necesario. —respondí con miedo. Debo admitir que me sonrojé un poco. Al parecer Tierra también.

No me contestó, ni si quiera abrió la boca. Se quedó mirándome como si tratara de leerme el alma o la mirada, pero seguía llorando.

—Pero, él me dijo-

—Tierra, olvida todo lo que te ha dicho Marte. No es verdad. No quiero perderte. —confesé. —No otra vez.

Volvió a quedarse callado, esta vez estaba reflexionando.

—¿Qué más cosas te dijo Marte?

—Que te burlabas de mí a mis espaldas, o cosas así... Pretendo olvidarlas. —contestó.

—¿Y tú crees que eso es verdad? Sé sincero.

—No, no creo que sea verdad. Estoy muy confundido. —dijo nervioso. —Marte ha sido mi mejor amigo desde hace miles de millones de años. ¿Por qué haría esto ahora? Siempre nos lo hemos contado todo y he confiado en él.

—Porque está celoso de que ahora pases tiempo conmigo. —solté. —Quiere que te alejes de mí. ¿Tú quieres?

—¡No! Claro que no quiero... Estuve muy mal en tu ausencia. No quiero volver a alejarme de tí.

No pude evitar sonreír al escuchar eso. ¡No quería alejarse de mí! No había estado tan feliz en mi vida. Tal vez mis sentimientos sí sean correspondidos después de todo.

—¿Entonces, qué harás?

—Quisiera poder hablar con él. Bueno, los tres debemos hablar. No está bien lo que ha hecho, y no sé si el problema sea que le preocupa que nos alejemos. —dudó.

—Estoy de acuerdo. No está bien lo que ha hecho. —susurré lo último y me imaginé qué hubiera pasado si su plan hubiera funcionado. Yo hubiera terminado solo, pero él muerto.

—Pero, antes de ir... Me gustaría decirte algo a tí en privado. —me dijo para luego mirar a su luna, que estaba detrás suyo. —Espérame aquí.

Ambos nos alejamos un poco de su órbita, casi entrando en la de Marte. Al principio pensé que íbamos a ir a hablar con él, pero luego recordé que me iba a hablar en privado.

—No sé por dónde empezar. —soltó una risa nerviosa. —Tengo tantas cosas que decirte en tan poco tiempo...

—Entonces más vale que comiences ya. —sonreí.

Suspiró. —Venus, desde que te conocí, cada momento a tu lado ha sido maravilloso. Tu belleza es solo una pequeña parte de lo que me hace amarte. Tu personalidad única, la forma que tienes de afrontar las cosas y tu ternura son cosas que hacen que te ame cada día más. Tu sonrisa me da la razón por la que este universo vale la pena. Quiero ser tu compañero en este viaje, compartiendo los buenos momentos y las dificultades.

Escuché atentamente las palabras de Tierra, notando como cada vez mi núcleo iba más rápido, mi vista se nublaba y mis pensamientos enloquecían.

—Tierra... ¿Estás diciendo lo que creo que estás diciendo? —pregunté al borde del llanto, intentando no ilusionarme aunque ya lo haya hecho. Sus palabras me habían alegrado toda la existencia, no me merezco tanto.

—Sí... No podía ocultarlo más. —respondió. —Cuando Marte me dijo eso intenté no creerle porque siempre te he amado y te tenía muy idealizado, pero, no siempre se puede confiar en quien crees que es tu mejor amigo.

—Oye, lo siento mucho por eso, enserio. —le dije, aunque en el fondo quería tener a Marte delante para gritarle: "¡Chúp4la!".

—No nos desviemos del tema. —rió. —Lo que quiero decir es que me gustaría estar junto a ti hasta que las estrellas dejen de brillar. Quisiera estar a tu lado por el resto de la eternidad, si tú quieres acompañarme en este viaje. Así que...

—Así que... —repetí emocionado.

—¿Te gustaría ser mi novio? —confesó. —No me puedo imaginar mi futuro sin tí.

Casi exploto de felicidad en ese momento. Que tu amor sea correspondido y que además se te declaren de esta manera tan hermosa debería ser una experiencia que todos deberían vivir. Es hermoso. No pude evitar llorar. Lloré como nunca antes, pero porque estaba contento. Nunca antes pensé que Tierra quisiera estar con un enojón como yo.

—¡Sí! ¡Sí, claro que sí! —grité. —¡No me gustaría, me encantaría! —ambos reímos ante eso. No lo pude contener más, me acerqué y deposité un breve beso en su mejilla.

—Yo tampoco podría imaginarme un mundo sin tí. Siempre me has gustado. —confesé. —Solo que nunca te lo dije porque tenía miedo al rechazo o a la burla.

—Pero ya has visto que no ha pasado eso, y es algo del que nos tenemos que alegrar.

Estuvimos mirándonos uno al otro, sonrojados hasta arriba y apreciando el momento más feliz de nuestras vidas.

Lástima que no duraría mucho.