La Familia Targaryen Hightower

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Comienzos de la primavera de 124 D.C

—Otto —Daemon llama la atención de Otto, quien está sentado debajo de un árbol leyendo— Sigues haciendo lo mismo cada vez que llega la primavera.

—Bueno, es una tradición. Después de todo el invierno se fue y la primavera llegó —responde Otto mientras se levanta y toma la manta que había estado usando para evitar mojar su ropa— ¿Pasa algo, Daemon?.

—Se trata de Aerys. Está llorando mucho y las criadas no saben qué hacer —explica Daemon mientras lo observa— Por eso te estoy buscando, necesita a su madre.

—Entendido, iré de inmediato —responde Otto, doblando la manta y acercándose a Daemon— Vamos.

Otto toma la mano de Daemon y juntos caminan por el jardín, que ahora está cubierto de flores que poco a poco se están abriendo. Solo ha pasado una semana desde que el invierno llegó a su fin, y la naturaleza comienza a despertar. Mientras avanzan por los pasillos, los sirvientes se inclinan respetuosamente ante ellos.

Después de un rato, Otto y Daemon llegan a la habitación donde se encuentra el hijo menor de Otto, Aerys, de tres años. El niño estaba dando trabajo a las criadas que intentaban cuidarlo, ya que corría de ellas y se negaba a dormir. Aerys deseaba la presencia de su madre y no quería estar con las criadas, quienes intentaban que durmiera su siesta.

—Aerys —Otto llama a su hijo, quien lo ve y corre hacia él— Mi pequeño niño —dice mientras lo carga— ¿Por qué les estás dando trabajo a las criadas?.

—Mamá —Aerys finalmente abraza a Otto por el cuello— Mío.

—En eso te equivocas, Aerys, él es mío —interviene Daemon al tomar a Otto por la cintura— Apenas lo comparto con Viserys.

—Daemon, deja de pelear con tu hijo —interviene Otto con calma al enfrentar a Daemon— Ya pueden irse, les agradezco por cuidar de Aerys —dice al dirigirse a las criadas.

—Es nuestro deber, Majestad —responde una de las criadas inclinándose— Con su permiso, nos retiramos.

Otto y Daemon observan cómo las criadas se retiran, luego Otto se acerca a la cama y se sienta con Aerys en brazos. El pequeño empieza a sentir sueño, por lo que Otto comienza a cantarle una canción de cuna, una costumbre que tenía con todos sus hijos, para ayudar a Aerys a conciliar el sueño.

—🎶Es hora de dormir, cierra tus ojitos, mamá está aquí, yo te cuidaré, no te dejaré, a tu lado siempre estaré. Tú eres mi hermoso tesoro, duerme mi dulce niño, mamá estará siempre a tu lado. Duerme, mi dulce niño, siempre estaré aquí. Mi hermoso tesoro🎶 —Otto termina de cantar y se da cuenta de que Aerys se ha quedado dormido— Así es, mi niño, duerme.

—Debo decir que tienes una voz preciosa —Daemon observa cómo Otto coloca a Aerys con cuidado en la cama— Sabes, yo pensé que me casaría con alguien más; nunca imaginé que me casaría contigo.

—Del odio al amor solo hay un paso —Otto habla en voz baja para que Aerys no se despierte— Ven, vamos, nuestro hijo ya está descansando.

—Dejemos a una sirvienta a cargo de Aerys —sugiere mientras toma la mano de Otto y se dirige hacia la puerta.

Mientras tanto, con los demás hijos...

—Rhaenyra se casará conmigo, Alicent —Baela mira a su hermana mayor, la futura reina— Yo soy la mejor opción para ella.

El Único Omega: El Legado De Otto Hightower Donde viven las historias. Descúbrelo ahora