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Veía como buscaban la salida, solo me dirigí al cuarto y en las bolsas de mí chaleco empecé a empaquetar todo lo necesario con la información que podía tomar. También agarré las hojas y libros que tenían información de la crueldad del experimento, hubiera agarrado más cosas si no fuera porque noté que ya me andaban dejando.

Corrí hasta la dirección de todos y me subí a los helicópteros, yendo a ayudar a meter a todos en aquellas jaulas. Poniéndome un poco triste ante la situación, algunos de ellos me miraban con curiosidad, felicidad e inocencia. Queriendo que jugará con ellos, volteé un poco la cabeza incómodo e inquietó. Hasta que vino el cameran a tranquilizarme.

—Gracias, cameran. Pero, solo quiero que terminemos de una vez esto.—

Dije monótono y con la voz apagada, suspiré pesado y recargue mí mano izquierda en el cristal.

Mire a un Speakerman que estaba ahí, bueno. Estaban varios, pero. Solo vi a uno en especial, su número era '#456'. Una ola de nostalgia recorrió por todo mí cuerpo y propinandome un pequeño escalofrío, recordando pequeños lapsos que tenía con el.

Encendí mí reproductor y comencé a cantar, mí voz era baja, suave, nostalgica y algo deprimida.

—I thought I found a way, I thought I found a way.—

—◇¡Linda voz, pero. Juega con nosotros!.—

—But, you never leave. So, I guess I should stay.— Agacha la cabeza. —I hope to one day get out of here, even if it takes all night or a hundred years.— Se levanta del asiento, camina a la puerta de la jaula y la abre mientras entra a ésta. Reproduciendo lento y despacio el tono en su parlante. —I need a place to hide, but. I can't find one nearby.— Camina al centrode la jaula y se sienta. —I want to feel alive, outside I can fight my fear.— Acaricia la cabeza del Speakerman que se recostó en sus piernas. —Isn't it lovely to be completely alone?— Mira como todos los demás se ponen a su alrededor, sentándose o recargandose en él. —Heart made of glass, my mind of stone.— Nota como algunos se van quedando dormidos, otros luchando contra el sueño y muy pocos le ponían atención a su música. Logrando su objetivo de un principio, calmar a los 'pequeños'. —Tear me into pieces, skin and bones.— Suspira profundo e inhala pesado. —Hello, welcome home.—

Terminé de cantar, vi a todo mí alrededor el como todos los 'niños' estaban durmiendo plácidamente a mí alrededor.

Me levante despacio y con cuidado, salí de ese lugar y caminé hacia unos científicos que estaban junto al cameran. Mis pasos eran lentos y perezosos, no tenía mucha prisa en llegar.

Al estar junto a ellos, abrí mí saco y comencé a sacar todo lo que me había traído. Dándoselos a los científicos, sin decir nada. Me retire de ahí, me fui a sentar en mí asiento y me quedé ahí.

Pasaron varias horas y los chiquitos ya habían despertado, estaban desesperados por salir, ellos querían jugar con nosotros, cosa que era la muerte para nosotros.

Escuché que dijo 00-67. —¡A que no me alcanzas!.—

Resoplo 3-445. —¡Ya dame mi tablet!.—

Estábamos en el laboratorio, cuando dos CamaraMan entraron corriendo por una tablet, empezaron a jugar como locos y rápido se fueron, lo malo fue que los pequeños querían hacer lo mismo, empezando a tocar el cristal haciendo que este empezará a derretirse, a lo que un científico rápidamente metio en la jaula un pequeño soldado de manera que caminaba solo, obviamente los distrajo, el problema fue que un CamaraMan lo agarró y los demás se acercaron a verlo, el problema fue peor cuando este se derritió, haciendo que los niños empezarán a llorar.

Contigo Siempre Será Mejor TOMO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora