En el crepúsculo de las despedidas,
la sombra del apego se enreda en el alma,
un susurro silente, una voz callada,
que clama al corazón, que anhela quedarse.
En cada adiós, un eco de amor perdido,
un vínculo que se aferra al tiempo,
mientras el reloj de la vida se detiene,
en el instante eterno de la partida.
¿Por qué el corazón se aferra al pasado,
mientras el presente se desvanece en el horizonte?
¿Acaso es el miedo a lo desconocido,
o la nostalgia por lo que ya no será?
En el abrazo final, en el último adiós,
se entretejen los hilos del destino y la voluntad,
y en el dilema de quedarse o partir,
se revela la paradoja de la despedida.
Pues cuando uno no se quiere ir,
siempre se despide en silencio,
dejando un rastro de amor en el viento,
y un eco eterno en el corazón del universo
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Cuando el corazón habla.
Puisi"La verdadera sabiduría está en aprender a escuchar el susurro de nuestro propio corazón en medio del bullicio del mundo."
