Mía, nuestra

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Jimin caminaba a lo largo del pasillo, jugando con sus manos, dando pequeños pellizcos en sus palmas. Mordía el interior de su mejilla y sentía un cosquilleo en la parte trasera de su cuello.

Nunca se le había hecho tan largo el pasillo que conducía urgencias con pediatría, nunca... hasta hoy.

¿Por qué estaba de tal forma? La respuesta es simple, al igual que se comprendería la forma de actuar del castaño, después de escucharla.

Mingyu aguardaba por ellos en la sala de juntas.

Entrando a aquella y blanquecina sala, la cual estaba llena de luz, con una linda vista a los edificios y la calle principal, gracias los grandes ventanales.

Una mesa de cristal en medio, con sillas blancas alrededor. Una gran pizarra de cristal en la pared de frente un proyector encima de la mesa. Ahí estaba Mingyu, con papeles sobre la mesa y manos entrelazadas sobre la mesa.

Jungkook apareció a un lado de Jimin, el castaño ni siquiera se dio cuenta de la presencia de su novio, y no lo hubiera hecho si no fuera por el repentino y cálido toque de su mano sobre su cintura. Un sonrisa débil de su parte. Jimin negó, conociendo cada uno de los semblantes de Jungkook.

Algo malo ocurría.

—Bien, ya que estamos los tres puedo comenzar.

Por primera vez, Mingyu no bromeó con ellos al verlos. Algo que hacía con frecuencia. Mingyu no era un hombre serio.

Jungkook lo ayudó a llevarlo a su asiento, al lado de Mingyu. No quitaba su mano de su cintura, sin embargo, tampoco pronunciaba palabra alguna.

Jimin ya sentía el frío en todo su cuerpo, una extraña sensación en su estómago, un dolor y un vacío al mismo tiempo.

—¿Qué pasa, Jungkook? —preguntó en voz baja con la voz titubeante.

El pelinegro formó una mueca. Conectó sus miradas, y negó.

Corrió la silla para cedérsela a Jimin.

—Algo no va bien con el trámite de Gianna para su adopción definitiva. Es lo único que sé.

El castaño apoyó su espalda en la parte trasera de la silla, tirando de sus cabellos y mirando al techo. Ya sabía que no podían ir bien dos cosas en su vida, al mismo tiempo.

Jungkook tocó su pierna con su pulgar. Un gesto discreto para ellos. Siempre lo hacían en cada junta que tenían con los demás médicos. Una forma de apoyarse sin que los demás supieran.

Esta vez, no había necesidad de ocultarlo, Mingyu debía saber todo de ellos por el bien del proceso de adopción, incluyendo su relación, algo que pensaba decírselo en la siguiente cita con él, la cual se adelantó a ese día. Ahora entendían la urgencia.

—No daré rodeos con ustedes —empezó a hablar Mingyu mientras más confundidos e inquietos los veía—. Siempre doy una plática y todo lo demás, pero sé que ustedes prefieren todo directo sin tanto tacto —ambos asintieron—. Bien —apretó sus labios—. El padre biológico de Gianna está reclamándola. La quiere con él.

Jimin frunció su ceño, girando su cabeza. Jungkook abría su boca, con una mano abierta sobre la mesa.

No sabían que existiera algún padre biológico de Gianna, ni siquiera que hubiera algún familiar directo.

Jungkook peinó su cabello con frustración, sin seguir comprendiéndolo del todo.

—¿Perdón?

Mingyu tomó aire por la boca, sacando unos papeles de su portafolio. Colocándolos encima de la mesa, frente a ellos. Jimin no dudó en tomarlo, hojearlos y leerlos a detalle.

maybe... co-parents? 𐙚 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora