😏ᴇᴘɪ́ʟᴏɢᴏ😏🔥

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—¿Ya están listos, Minho, Hamin? —pregunte desde la sala, ninguno de los dos me respondió. ¿Acaso se estarán comiendo el...?.

Por favor que no sea lo que estoy pensando.

Bueno al final, Hannie y yo nos casamos 3 años después, actualmente tengo 20 años y mi alfa, 22. Tuvimos una hermosa cachorra llamada Lee Hamin. Le pusimos así ya que este nombre significa; gracia divina. En lo que pensamos antes fue en nuestros nombres, los juntamos y ¡pum!.

De ahí el hombre de nuestra cachorra, pero después lo busque por internet porque me parecía lindo y a la vez curioso el nombre, y resulta que tiene ese significado. Y como a Hannie y a mi nos gustó mucho, pues no pensamos en otro y le dejamos ese.

Cuando fuimos al hospital y el doctor con algo de paciencia ya que Hannie no dejaba de gruñirle, cada vez que me sonreía o le decía algo bonito a la cachorra, nos atendió, dijo que iba a ser niña.

Hamin es muy hiperactiva, alegre, y siempre está pendiente de sus seres queridos.

—¡Lali! —la ví a lo lejos, tiene la boca cubierta de chocolate. Ya sabía yo, que uno de los dos se había comido el pedazo de pastel que quedaba en el refrigerador.

Y para que entiendan mejor, “Lali” es papi. Pero lo dijo a su manera ya que a penas dice las palabras coherentes.

Corrió hacía mi y abrí los brazos, esperando que llegara a mí. Al hacerlo la abraze mientras sonreía. Pude ver como Hannie se nos acercaba, él en vez de tener la boca cubierta de chocolate, tenía las manos.

Rápidamente fruncí el ceño.

—Han Jisung, ¿le diste de comer pastel a la niña con las manos? —su aroma tan inestable y su silencio, lo delató.

—Es que no me dió tiempo —hizo un puchero —, cuando me acerque a los cubiertos para agarrar la cuchara, escuche tus pasos y rápidamente subí las escaleras. No te enojes con nuestra pequeña, hazlo conmigo. Yo tuve la culpa, y también miedo a que me descubrieras agarrando tu pedazo de pastel —bajo la vista.

Por la forma en que me confesó todo, se que no está mintiendo, nunca lo ha hecho así que le creo. Además confío demasiado en él, se que nunca mentiría.

—Nunca me enojaría con Hamin, Hannie. Puede que cuando sea más grande si, pero a penas tiene 3 años —nuestra pequeña solo jugaba con mi cabello y de vez en cuando le daba leves jalones. Que para mi gusto, ya se están volviendo algo fuertes.

Me acerque a Hannie y le di un suave beso en los labios, su aroma volvió a la normalidad y sonreí.

—No te preocupes por el pastel, no estoy enojado. Así que quita esa carita de perrito regañado. Pero eso si —levantó la vista y me miró —, no lo vuelvas hacer, ¿ok? —el asintió sonriendo. Quite suavemente las manitos de Hamin de mi cabello, con este acto ella solo lloró. No pude evitar virar los ojos.

Es idéntica a su padre. De mi nada más saco los ojos, esas mejillas de ardillita las saco de Hannie,  sinceramente creo que será alfa. Aunque Hannie cree que será omega. Sea lo que sea, para ambos se que está bien.

Tiene el cabello de un color castaño oscuro y sus ojos de un color achocolatado, hermosas y pequeñas pestañas. Una nariz pequeñita y redonda, su carita es redonda y gordita, con solo verla te dan ganas de pellizcar sus mejillas.

La vestí con: un vestido color negro, que tiene en la parte inferior un estampado floral con flores pequeñas de color rosa y azul claro, con ribete con fruncido y sus zapatitos blancos.

Simplemente hermosa.

Fui a la cocina y le limpie su boca, luego sus manos y de paso me limpie parte del poco pelo que me había ensuciado, y volví a la sala.

¡Quiero sexo! (ʜᴀɴᴋɴᴏᴡ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora