En todas las líneas ¦ MikeTora

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➺ Sexy Nukim

Chico puedes mantenerlo lento
Mientras hacemos el viaje
Te pintare esta noche
No tengo que mandarte DM
Ya escuchaste sobre mi equipo

El lujoso auto negro de vidrios polarizados pasa por el exactamente a las nueve en punto de la noche. Toma su mochila con un cambio de ropa, sales, jabones de olor y una botella especial de lubricante que especialmente le gusta mucho. Sube al auto con calma, ya esta acostumbrado a ello, tiene alrededor de seis meses trabajando para el mismo alfa.

Mira por la ventana, todo se ve oscuro pero el cielo estrellado es algo que no se puede perder. Lo dejan afuera de una gran mansión, es una casa que ya conoce por dentro y por fuera con lujo de detalle. El jardín es grande, tiene una piscina climatizada, una fuente rodeada de arbustos y grandes rosales, también un árbol de cerezos muy hermoso y frondoso en el que debajo ha leído un par de libros.

Por dentro el lugar es grande, consta de tres pisos, pisos pulcros de mosaicos beige, con ciertos lugares con tapetes de bambú, rodeqdo de cuadros con fotos hermosas y pinturas bellas. Conoce el camino, sube las escaleras de marmol con orillas de cristal y sube el segundo piso, camina hacia la derecha y topa con la puerta color amarillo opaco un par de pasos después.

Toca suavemente. Espera con calma a que la puerta es abierta y cuando está se abre, da pasos vacilantes hacia el interior. Esta, como cada mes, bastante nervioso.

Kazutora ha estado dentro del burdel Glamho desde los últimos seis años. Fue su mejor amiga, Ali, quien le dio la fabulosa idea. Glamho se caracteriza por trabajar únicamente con alfas de posición económica estable dispuestos a pagar cantidades exhuberantes por un omega para pasar su celo. Las cantidades son grandes y en dólares pues los omegas reciben el sesenta por ciento de la paga y el burdel toma el cuarenta restante para cubrir gastos, además tiene servicio de habitaciones dividido en tres secciones; platino, gold y vip, añadiendo a esto una barra abierta al público del tipo bar pero de élite, con bebidas importadas.

El beso hambriento que recibe le roba un jadeo, su labio inferior es apresado entre los dientes del alfa que le muerde con suavidad, robándole un gemido quedito.

Ha trabajado para Manjiro Sano durante seis meses; el alfa llego a Glamho una noche antes de su celo buscando un compañero fijo con quien mantener un acuerdo determinado. Kazutora se ganó la lotería al ser el recomendado por su jefa y luego al ser aprobado por el alfa.

Visitaba la mansión una vez cada mes durante cuarenta y ocho horas, veinticuatro horas de celo y otras veinticuatro posteriores para mimar al alfa. Parecía agradarle mucho a la parte lobuna de Manjiro como para que su lobo le dejase pasar el tiempo delicado posterior con el, simplemente hablando, leyendo, disfrutando de la cama de la habitación en sesiones de besos más tranquilas.

Luego de ello, esperaba todo un mes solo para volver a ver al hombre que le arrancaba con voracidad y de manera frenetica gemidos y gritos en su nombre. Tal como en ese momento.

Manjiro es lento, se toma su tiempo para admirar a a Kazutora vuelto un desastre en su cama. Lo admira, como si fuese una joya de aquellas invaluables. Se deleita con su cuerpo, marcando cada rincón del fino y delgado ser del omega. Lo prepara con avidez y calma, mete sus dedos en su interior y juega a su antojo con la entrada tanto como le da la gana, torturando al chico recostado y haciéndolo suspirar. Lo toma de las caderas y eleva las piernas sobre sus hombros, alinea su pene y entra, los juegos previos ayudan.

Kazutora jamás se cansara de esas sensaciones recorriendo su cuerpo, como Manjiro lo toma con delicada para arremete en su interior con fuerza, duro y profundo, tocando su próstata y haciéndolo perder la poca cordura que tiene su lobo.

El omega necesita con urgencia más dedos en las manos para poder contar todas las veces que es anudado en el trayecto de la noche, madrugada y parte del amanecer. Cuando terminan, su cuerpo pesa, cada parte de si está entumida y no soporta el cansancio.

El resto de las horas que pasan, ambos, tanto Manjiro como Kazutora las pasan entre actividades agradables. Tomando el desayuno, viendo alguna película, tomando un baño juntos, comiendo en la terraza, disfrutando el sol en la piscina y bajo el árbol de cerezos.

Kazutora se regaña, porque no debería disfrutar tanto cada acción como lo hace, pero no puede evitarlo. Sin embargo, disfruta la compañía que le es brindada al menos por un muy breve tiempo.

-El fin de semana hay una exposición de arte, ¿quieres ir conmigo?- Manjiro ofrece, rompiendo el silencio

Están bajo el árbol, Manjiro con Kazutora teniendo su cabeza sobre sus piernas mirándole desde arriba. La belleza que posee el omega lo pierde a veces, sabe que es preciosos y quiere mirarlo tanto como le sea posible.

-Oh, suena bien- dice bajo -Pero no podré ir- añade, sintiendo a su lobo quejarse e insultarlo en idiomas que ni si quiera conoce

-¿Ocupado?- pregunta, de manera casual, como si no quisiera indagar a fondo en la agenda privada del omega

-Algo así- rie -Es mi fecha de celo, no sería bueno salir- el alfa asiente, dándole la razón a Kazutora sobre ello

-Podría ayudarte con eso entonces- Manjiro murmura, tan bajo que apenas es escuchado

-Yo... Bueno, no es una mala idea- habla trabado, no sabe que decir realmente, ignorando que su omega quiere brincar sobre el alfa y llenarle de besos el rostro

Manjiro sonríe, mirando a Kazutora hacia abajo, entonces le planta un beso en la frente.

-En realidad- tomo cierto impulso, Kazutora nunca lo había visto de esa manera -Con lo de antes, se que no fui lo suficientemente claro, Kazutora quiero cortejarte, ¿puedo?- le pregunta, mirándolo atentamente

Kazutora no responde, simplemente lo jala del brazo y lo besa.

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Pinché canción espectacular, me da mucha inspiración siempre 😻

Espero que esto les guste tanto como a mi, mil gracias por leer! 💗